Por Francisco Coll Morales* La situación que atraviesa el mundo, actualmente, hace que todo el trabajo en materia de relaciones diplomáticas y comerciales entre los países estén bajo una amenaza constante. Todo el trabajo realizado en materia de asuntos diplomáticos está en serio peligro por una constante amenaza de guerra comercial, que, pese a los esfuerzos de China y Europa por ponerle fin, Estados Unidos, con el Sr. Trump a la cabeza, ve necesaria. Para el presidente de los Estados Unidos, como comentó en la reunión de gobernantes de la ONU, Estados Unidos “es un país maltratado” por el resto de los países que conforman e integran el comercio global. Para Estados Unidos, esta guerra comercial supondría el fin a un abuso comercial por parte de otros países, siendo estos (países) los culpables del déficit comercial que posee el país. Como digo, esta serie de tensiones entre los principales países que integran el comercio global está generando un contexto de incertidumbres, las cuales, sumadas a un escenario económico extremadamente populista, están sembrando el pánico entre los inversores y las empresas. Así lo están viviendo los mercados financieros, pues se mantienen expectantes ante el tortuoso y largo camino de negociaciones entre los países. Si algo debemos tener claro, es que este tipo de tensiones comerciales entre los países, donde la guerra comercial es cada vez más inminente, únicamente está teniendo un impacto negativo en la economía de los países, así como en el crecimiento económico mundial. Como bien pronosticaba el FMI, el crecimiento económico de mundial, esta vez, va a ir muy sustentado al crecimiento en el comercio internacional, lo que significa que, para provocar un crecimiento en la economía global, el comercio internacional debe seguir creciendo, actuando este como motor de crecimiento. Además, como podemos observar en la economía mundial, estas tensiones están ocasionando una desaceleración en el crecimiento económico; un crecimiento muy necesario para los países y que daría una gran ventaja a los países ante una posible recesión económica. Por ello, como comento, no debemos dejar que estas tensiones sigan amenazando y dificultando las relaciones internacionales, pues de ellas dependen una gran cantidad de países. Esto refleja una muestra de los severos impactos negativos de una posible guerra comercial, la cual lastraría por completo las economías y con ello, adelantaría una recesión más que anunciada por los analistas de los principales bancos del mundo, así como las principales agencias de rating. No obstante, el desarrollo económico es importante, pero no debemos olvidarnos del desarrollo social y humano de los países, así como la importancia de los multilateralismos y su influencia en el desarrollo de los países. Debido a la mala actuación gubernamental y, por la parte privada, empresarial, los recursos del planeta se están agotando progresivamente, el cambio climático sigue amenazando el planeta y los derechos humanos pasan cada vez más desapercibidos. Estos asuntos, pese a ser un deber de todos los países el luchar por combatirlos, el difícil contexto geopolítico, así como las tensiones entre determinados países está provocando que las alianzas y tratados que abogan por combatirlos, mediante los multilateralismos, sea una tarea cada vez más complicada. Como siempre he comentado, vivimos en un mundo globalizado; un mundo donde el trabajo común entre los países, el multilateralismo, es cada vez más necesario para lograr hacer de este mundo, un lugar mejor y más justo. Por ello, las tensiones entre los países deben desaparecer, siendo suprimidas por las relaciones bilaterales entre los países con la aplicación de una diplomacia que abogue por los multilateralismos, pues ante un contexto donde el fin sea el beneficio propio, en lugar del beneficio común, estaremos ante el fracaso de una globalización más que necesaria para el planeta y su gente. *Director de desarrollo de negocio y expansión de HAC Business School de Nueva York.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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