Por: Adriana Rodríguez y Yamel Cado

La relocalización de una parte o la totalidad de una planta de producción hacia otro país, mejor conocida como nearshoring, es una estrategia que busca aumentar la resiliencia de la cadena de suministro y beneficia a México por la atracción de inversiones y generación de nuevos empleos.

Nuestro país ha sabido capitalizar sus ventajas competitivas, como mano de obra especializada, acceso rápido al mercado norteamericano, así como tarifas y aranceles preferenciales o nulos en la región debido al T-MEC. Pero, ¿puede el nearshoring ser un impulsor para la adopción de los criterios ESG en las empresas?

Nuestro punto de vista es que, si bien el nearshoring es un impulsor de los temas ESG en las empresas, esto se debe, en gran medida, a una tendencia global que exige mayor divulgación y transparencia a las compañías acerca de aspectos medioambientales y sociales por parte de gobiernos, inversionistas e incluso de los consumidores.

Cumplimiento de regulaciones ESG, una tendencia global

Recordemos que México, en términos comerciales, es un país inbound, esto significa que las empresas globales, cuyas sedes están en países desarrollados, invierten en la instalación de plantas manufactureras en países de renta media para después exportar bienes terminados. Por ello, los requerimientos en asuntos ESG podrían ser una exigencia para las compañías y, de igual manera, para las empresas mexicanas que son proveedoras. 

En Estados Unidos, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) ha propuesto una serie de reglas de revelación sobre el cambio climático, un paso importante para evitar el greenwashing y potenciar la sustentabilidad y el capital humano de las organizaciones. 

Las nuevas reglas podrían entrar en vigor este año por lo que las empresas en Estados Unidos y sus subsidiarias en México, así como empresas mexicanas que están en compliance con la SEC, tendrían que comenzar a recolectar y generar reportes con información ESG, en especial con la divulgación de emisiones de gases de efecto invernadero (GHG) de Alcance 1 y 2 y, para ciertas empresas, las emisiones de Alcance 3. 

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Por otro lado, la Unión Europea ya exige a las grandes empresas privadas y públicas, a través de la Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD), revelar información sobre los riesgos y las oportunidades relacionados al medio ambiente y asuntos sociales, como la gestión del talento, respeto a los derechos humanos, diversidad en los consejos de administración, entre otros.

Cabe destacar que la CSRD tiene como referencia los European Sustainability Reporting Standards (ESRS), que demandan que toda divulgación de información sustentable sea auditada. 

Aspirar a ser un socio comercial comprometido con la sustentabilidad

Formar parte del T-MEC ha reforzado nuestro compromiso con el medio ambiente y los derechos laborales en México. Sin embargo, aún hay un camino importante por recorrer para que, tanto empresas como los gobiernos en sus distintos niveles, eleven la competitividad del país. De acuerdo con la Global CEO Survey 2023, edición ESG, 48 y 35% de los directores generales en México destaca tener una colaboración interinstitucional en temas de desarrollo sustentable y cambio climático, respectivamente. 

Si bien los Artículos 23 y 24 han propiciado que México fortalezca los derechos laborales de los trabajadores, así como la protección al medio ambiente, se requiere de un mayor compromiso para que los criterios ESG puedan integrarse en las organizaciones. 

Por ejemplo, algunos estados y la federación ya han implementado impuestos verdes que buscan inhibir prácticas dañinas al medio ambiente, principalmente en emisiones contaminantes a la atmósfera. Por otro lado, en febrero pasado se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo que busca prohibir la importación de mercancías cuya elaboración haya sido producto de cualquier tipo o forma de trabajo forzado.

Estamos comenzando los primeros pasos para transitar hacia una economía sustentable. El comercio exterior puede ser un impulsor para mejorar las prácticas medioambientales, sociales y de gobernanza de las empresas mexicanas, así como fortalecer el estado de derecho en materia de normatividad laboral, así como propiciar prácticas productivas que reduzcan su impacto ambiental.

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Contacto:

*Adriana Rodríguez es socia en Soluciones ESG y Yamel Cado es socia de Impuestos Indirectos y Comercio Exterior, ambas en PwC México.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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