Por Francisco Briseño
Para aprovechar las oportunidades que hoy ofrece el nearshoring en términos de talento es importante priorizar los sectores en los que mejor podemos competir, tomar acciones rápidas y legislar a favor de las empresas que vendrán, así como la creación de leyes que nos beneficien a nosotros también como país a través de la creación de centros de capacitación para que este momento verdaderamente abone a nuestro desarrollo económico.
Las industrias que más propensas se encuentran a ser beneficiadas por este momento comercial es la automotriz y autopartes, línea blanca y artículos electrónicos, aunque también podría existir un crecimiento importante para el sector aeronáutico, equipo médico, textil y artículos deportivos. Esto nos podría brindar la posibilidad de acelerar los pasos hacia una economía global.
Ahora, para que como país podamos aprovechar estas oportunidades y se traduzcan en desarrollo económico para toda la población, será indispensable tener reglas muy claras de actuación. Por un lado, las empresas esperan incentivos económicos. Estos podrían presentarse en forma de subsidios, terrenos, etc. Sin embargo, las empresas que estén por llegar deberán tener en su agenda el desarrollo de centros de capacitación que permitan a los colaboradores desarrollar las habilidades esperadas, muchas de ellas en temas de digitalización y tecnología. Cabe destacar que este tema no sería nuevo, pero sí tendría que fortalecerse. Algunas empresas automotrices ya lo realizan, incluso han fundado universidades en los estados en los que operan como San Luis Potosí, Querétaro y Aguascalientes.
En este sentido, es importante, tener certeza sobre los sectores de los que serán las empresas que llegarán a México. Esto permitirá saber si tenemos el suficiente talento para satisfacer las necesidades y, de no ser así, analizar entre los diferentes actores cómo aseguraremos el desarrollo de ese talento.
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Y es que en México debemos procurar, y así negociarlo con las empresas, que la plantilla de las compañías que lleguen esté formada por entre 80 y 90% de mexicanos. Muy probablemente el porcentaje restante estará conformado por colaboradores del país de origen de las empresas que establecen operaciones para alinear procesos, pero no así el resto de la plantilla.
Para enfrentar este gran desafío que tenemos, el gobierno deberá tener una visión holística del fenómeno, de tal forma que se puedan plantear diversas acciones desde varios frentes. La academia, por su parte, deberá estrechar cada vez más los lazos con las empresas, en aras de comprender las nuevas capacidades y habilidades técnicas y no técnicas que se requieren del talento.
Las empresas, por su parte, deberán acercarse a las diferentes cámaras aliadas para tener más información sobre las necesidades de las industrias y así, de ser posible, ampliar sus propios negocios.
Si bien, muchas de las empresas que están llegando a México, y que llegarán, tienen en su ADN la capacitación de colaboradores, otras tantas no, por lo que será fundamental, desde un inicio, anticipar con ellas la necesidad de tener centros de capacitación.
Si en este momento vamos a dar los primeros pasos, ya vamos tarde. Por lo que es fundamental que las diferentes cámaras industriales lleven a cabo un análisis que permita conocer los sectores en los que más fortalecidos de talento estamos, y luego comprender en qué sectores debemos reforzar capacidades y habilidades, y en cuánto tiempo sería. Aquí, el nombre del juego será valor y crecimiento.
Contacto:
Francisco Briseño es Socio Líder de Workforce Transformation en PwC México.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
