“Baci a cha octex a ximbal, Belbesaj jool ch’áak” 

No acortes el paso, construye camino. 

Proverbio Maya. 

Por: Gerardo Islas*

En la región sureste de México, a pesar de su amplio potencial humano y geográfico (un binomio perfecto entre calidad humana y una cierta magia indescriptible que habita en sus selvas, playas y manglares), existe una deuda histórica: el bienestar y el desarrollo económico no han logrado crecer de la misma forma que en el centro y norte del país. Esto se debe a múltiples factores, entre los que destaca su falta de transporte y conectividad. 

Ante ese panorama y ante el enorme potencial de la región, se ha tomado una decisión de política pública fundamental: construir el Tren Maya. 

Más allá de líneas ferroviarias de transporte, el tren maya es un proyecto integral de desarrollo humano, económico, turístico y cultural que pretende potencializar el crecimiento en cinco estados del país. Se trata de una de las obras de infraestructura más importantes en la historia del sureste mexicano, así como en la historia de la red nacional ferroviaria.  

El recorrido del Tren Maya, recorrerá una distancia aproximada de 1, 500 km y comprenderá dos líneas ferroviarias: la línea ya existente (Palenque-Campeche-Mérida-Valladolid), y la línea en construcción (Escárcega-Bacalar-Cobá-Cancún) conectando los estados de Chiapas, Tabasco, Quintana Roo, Yucatán y Campeche; estados que, en conjunto, acumulan más de 7.3 millones de mexicanos en situación de pobreza. 

Tan solo para la primera parte del Tren Maya, en su trayecto de Palenque, Chiapas, a Escárcega, Campeche, se prevé la generación de 80 mil empleos, mismos que estarán bajo la titularidad del contrato colectivo de trabajo por parte de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), una central sindical con una filosofía institucional muy robusta que se distingue por elevar exponencialmente la productividad y competitividad empresarial, así como las condiciones laborales de los trabajadores mediante la conducción eficaz de la relación laboral colectiva, un hecho que detonara el florecimiento de un ambiente laboral próspero, honrado, confiable y progresista. 

Al respecto, el líder nacional de la CATEM Pedro Haces Barba, destaca que además buscan fomentar una reactivación económica vertiginosa en medio de la crisis sanitaria por el Covid 19, respetando en todo momento los protocolos sanitarios y los tiempos que dicten las autoridades competentes. 

Asimismo, la obra del tren maya pretende generar una alta rentabilidad social y un efecto económico multiplicador, dos conceptos fundamentales en la teoría de la gestión pública eficaz. 

La inversión pública del tren maya, tendrá un impacto profundo en la economía de la región y del país. Los 141,000 millones de pesos que se destinaran a la inversión total del proyecto generarán un efecto multiplicador en la economía, es decir, más de 380 mil empleos directos, y miles más en oportunidades indirectas para el comercio, el turismo, la gastronomía, el entretenimiento, la construcción, el transporte de mercancías, el sector agroalimentario, entre otros. Esto significa que cada peso de inversión pública, resultará en una mayor derrama económica e ingresos para la región.  

En ese tenor, el Instituto de Estudios sobre Economías Regionales de la Universidad de Townson, en EUA, calcula que por los 147 mil empleos directos que genera la industria ferrocarrilera en Estados Unidos, se han creado 474 mil empleos indirectos y 497 mil inducidos, lo que representa un efecto multiplicador de casi un millón de empleos. 

El proyecto detonará también una alta utilidad social, en virtud de que el crecimiento urbano y comercial alrededor de las estaciones será gestionado a través de comunidades sustentables, proyectos de renovación y reordenamiento territorial que impulsara el crecimiento de la región para beneficio principal de sus habitantes. 

Se espera que una vez en operación, estos proyectos multipliquen las áreas públicas y verdes; la oferta local de productos y servicios; el valor inmobiliario de la zona; la inversión local e internacional y la generación de empleo. 

En síntesis, considero que la mejor política social que existe es el empleo y la creación de oportunidades y en ese sentido no hay hasta ahora en México un proyecto que pueda detonar tantos empleos y tanto crecimiento económico como el tren maya, de ahí parte de su relevancia y trascendencia histórica. 

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