Por Fernanda Celis y María Fernanda Navarro La aprobación de la Reforma Fiscal aprobada el miércoles en Estados Unidos implica una pérdida de competitividad para México, particularmente en lo que se refiere a manufactura. Para contrarrestar esos efectos el gobierno mexicano podría tomar medidas fiscales en el mercado nacional, lo cual se complica debido al proceso electoral por el que atraviesa el país. “La solución idónea es que tendríamos que entrar a una reforma fiscal de gran calado…, lo que se complicará porque esa reforma tendrá que pasar por homologar las tasa ISR (Impuesto sobre la Renta) y bajarla, pero entonces la diferencia en recaudación tendrá que encontrarse en otro tributo, como es el caso del impuesto sobre el valor agregado (IVA)…”, dijo Juan Francisco Torres-Landa, socio director del despacho Hogan Lovells BSTL. Dicha reestructuración tributaria tiene dificultades adicionales, “que es la época electoral”, por la que “pensar que ahora habrá una reforma de este calibre, con ese nivel de modificación, es complicado”, añade el especialista.

Por su parte, Adriana Berrocal, presidenta nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), señaló que es necesario ampliar la base tributaria en el país, así como en el tema del IVA generalizado.

“El espinoso asunto del IVA generalizado es algo que probablemente no se haga en el corto plazo porque va a requerir otro tipo de negociaciones, tal vez más políticas que técnicas, los números nos dicen que ésa puede ser una solución para mantener una competitividad con el nuevo marco fiscal que se espera en los Estados Unidos sin dañar las arcas públicas”, dijo Berrocal. Este miércoles, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Reforma Fiscal, lo que incluye la disminución del impuesto corporativo de 35% a 21%, así como la exención fiscal de 20% para los dueños de negocios sobre sus utilidades y renueva la manera en que se cobran tributos a las multinacionales, al exentar dividendos de subsidiarias extranjeras, a través del Sistema de Exención por Participación sobre Rentas Mundiales. Por otra parte, el 48% de los hogares registrarán un recorte de impuestos de más de 500 dólares en 2019, según el cálculo del Comité Conjunto de Impuestos, citado por el diario estadounidense The Wall Street Journal. Gabriela Siller, directora de Análisis Económico Financiero de Banco BASE, señaló que México perderá competitividad fiscal, sobre todo por el recorte de la tasa de impuestos corporativos menor a la que tiene el país, lo que ocasionaría que las empresas dentro del territorio nacional cambien sus decisiones de crecimiento o producción en el largo plazo. “Hacia adelante se verían pérdidas de empleos y salida de capitales, siendo la inversión extranjera directa la que podría verse afectada en el corto plazo, e inclusive un cambio en las cadenas productivas, afectando principalmente a las maquiladoras y a la industria automotriz”, Otra de las medidas que impactarán la economía mexicana será el cambio a las tasas de impuestos de repatriación de capitales, con la cual se busca que las empresas estadounidenses con operaciones en México envíen sus utilidades a ese país en lugar de reinvertirlas en territorio nacional. “Esto también presionaría a la salida de capitales de México, pues considerando que el corto plazo se repatrie solo el capital que está en efectivo, se estima una salida de más de 10,000 millones de dólares. Con esto, es muy probable que el tipo de cambio nuevamente se vea presionado al alza”, estimó Siller.  Torres-Landa agregó que es posible que México pierda competitividad frente a Estados Unidos por el recorte de impuestos, a pesar de las ventajas en ubicación geográfica e infraestructura del país. “El efecto más importante es la baja en la tasa de ISR a niveles de 20%, que tiene un efecto de pérdida de competitividad en otros lugares donde hay una tasa distinta. En nuestro país, que estamos por encima del 30%, traerá una serie de consecuencias”, comentó el especialista.   ¿Podría darse la salida de empresas en México? Para Gabriela Siller, en el corto plazo no se irán del país compañías estadounidenses o extranjeras, aunque sí se dará una salida de capitales y existe la posibilidad de que algunas empresas hagan cambios en sus procesos productivos, entre ellos mover algún tipo de producción a alguna subsidiaria en Estados Unidos. “Mientras, otras empresas (pequeñas y medianas) tal vez no tengan la capacidad para hacerlo (salirse), por lo que mantendrían sus planes de crecimiento. Es importante mencionar que las decisiones de inversión son de largo plazo, por lo que se debe considerar más que solo una reducción de impuestos, como el tiempo y el capital requerido para mover una planta, así como los salarios, tema en el cual México sigue teniendo mayor competitividad”, recordó la analista. Finalmente, se espera que la presión sobre el tipo de cambio siga aumentando por los recortes tributarios en territorio estadounidense. “Estimamos que el tipo de cambio peso-dólar continúe presionado al alza ante la inminente aprobación de los recortes en impuestos en Estados Unidos, por lo que la paridad cambiaria podría oscilar entre 19.21 y 19.29 unidades”, indicó en un análisis el grupo financiero Ve por Más. Te puede interesar: Con la reforma fiscal de Trump, Estados Unidos gana y México pierde

 

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