El mundo ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años y esos cambios en distintas áreas como la economía, la política y la cultura, se han acelerado este último año. No solo por la pandemia y el confinamiento sanitario que provocó el Covid-19, sino por los problemas derivados por ello. La crisis, como catalizador en todo el debate global, exacerbó problemas actuales: pobreza, disparidad, polarización política, alienación de los sectores más vulnerables y un larguísimo etcétera. Algunos ven esto como una precipitación por la falta de voluntad y el repliegue de Estados Unidos en el escenario global. Por ello, es indudable que las elecciones del próximo 3 de noviembre en EU son un pivote en esta conflagración ideológica global que podría resumirse en una dicotomía entre: Volver a lo Mismo vs Algo Nuevo

Este tipo de debate es generacional y esta coyuntura electoral lo encarna. El mayor problema aquí radica en cómo el clima (mediático, económico y social) ha polarizado tanto la opinión pública que muchas veces es imposible aterrizar un análisis o debate público sin caer en extremismos. Como dirían mis ancestros regiomontanos:  la prudencia y la ecuanimidad son imposibles, sea por lo que fuere, la razón o el culpable.

El 22 de octubre por la noche se llevó a cabo el último debate de los candidatos a la presidencia de EU. Todos los que lo vimos entramos con prejuicios, resentimientos y expectativas y como boda de rancho, salimos con sonrisas y anécdotas aunadas a frustraciones y rencores. Las familias, así como la familiaridad del clima mediático nos traen este nivel de confrontación.

El dilema que vivimos nos dice como un lado del debate (el de Volver a lo Mismo= Asno Azul) ha seguido reglas, protocolos y las leyes que rigen el Orden Mundial posterior a la Segunda Guerra Mundial (1945). Esto requiere una perseverancia inusitada. Una trayectoria de servicio del que Kennedy hizo referencia en los 60. La política como un servicio público patriótico. “No pregunten que puede hacer su país por ustedes, sino lo que ustedes. pueden hacer por su país”, fue su frase famosa. Paying your dues. Aquí se apoya un modelo económico en donde a través de medidas recaudatorias y tributarias nutren programas que alientan el desarrollo social desde las bases.

El modelo propuesto por aquellos que se han autodeclarado como la voz de los (cultural y políticamente) olvidados (los del lado Algo Nuevo= el Neo Elefante Rojo) proponen combatir y desmantelar todo aquellos mecanismos, agencias, procesos y dinámicas que han marcado la pauta de nuestro desarrollo global. Lo que se llama Asistencialismo (cuando el gobierno ayuda con dinero y apoyos a los sectores más vulnerables y pobres) y el gasto social, lo ven como alentar la pereza que solo el dinamismo económico puede y debe eliminar. Ven el gasto publico en sectores sociales como algo blando, idealista e inútil. Margaret Thatcher encapsulo esta idea: “….uno de los grandes problemas de nuestros tiempos es que a la gente le interesan más los sentimientos que las ideas o el pensamiento”. Atacan y erosionan los programas asistencialistas, pues creen que tirando o cuestionando estos legados o pilares, podrá surgir una formula innovadora que corrija el camino. El ‘camino’ es ideológicamente determinado por las pasiones sociales del día. El desafío lo ven como la voz de resistencia cayendo en absurdos muchas veces ridículos. Desde el rechazo del uso de mascarillas hasta aquellos que rechazan las vacunas o que la tierra es redonda, llevan su provocación a niveles desafiantes casi infantiles. 

El modelo de los Azules se ha agotado en la mente de parte del electorado que se siente marginado por razones que el mismo Barack Obama delineo en su último informe presidencial. Hay un giro cultural y político. Las cuestiones de raza, clase y genero ya no pueden ser ignoradas. Los que ayer fueron excluidos, hoy deben ser integrados para mantener la estabilidad y sustentabilidad del sistema. Este clima político promueve el regreso a nacionalismos que son muy frecuentemente fanáticos. El Nosotros versus el Otro es algo imperdonable por las diferencias que la modernidad redujo con la diversidad, la democracia y los derechos humanos. La inclusión de los temas de Raza, Clase y Genero a la política pública son desafíos para estas ortodoxias.

Sus contrincantes, los Elefantes Rojos, son aquellos que tienen una visión del desarrollo económico que sostiene que la economía capitalista global progresa con el crecimiento de la punta de la pirámide social. La clase empresarial. Argumenta que la estructura social funciona mejor con la creación de nuevos consumidores y la movilidad social del sector obrero y campesino y que cualquier desviación que refuerce la ayuda y subvenciones sociales, es perniciosa.

Y he aquí el dilema social y cultural quizá un poco menos simplificado: Los Azules ven horrorizados cómo los mecanismos de integración global son rebasados y ninguneados por novatos que se presentan al escenario político como la salvación de todos los Ignorados y Olvidados.  Los Neo Rojos se comportan de manera protagónica, presumen cómo patean el sistema y cómo ellos son distintos a todos sus antecesores. Nadie se les compara. Apoyan un movimiento y modelo de desarrollo que acentúa el crecimiento económico por encima de cualquier otro factor.

Los Rojos, asqueados por una transformación cultural que rebasa su concepción de vida, individuo, familia y sociedad, golpean a los sectores que defienden la inclusión de grupos y temas de los que no se pensaba o hablaba anteriormente. Los fenómenos sociales de #Karen y #Ken en los Estados Unidos, muestran cómo personas con privilegio social y económico, en ocasiones con ínfulas que legalmente no tienen y que, con alarde de intimidación, abruman a extraños (casi invariablemente social y racialmente distintos) en lugares públicos. En México, es el fenómeno de #Lord y #Lady. La base de esto es la prepotencia y arrogancia de clase que tanto ha socavado la sustentabilidad social. Creen que el privilegio les da el derecho a increpar a otras personas.

El factor hartazgo

Y aquí estamos. Frente a un proceso electoral que decidirá el destino del debate global. No hay una respuesta sencilla. Las variables fluctúan entre la economía a largo y mediano plazo y la urgencia de las circunstancias actuales. Las más cruciales a mi juicio son el Factor Desafío, el Factor Pandemia y el Factor Economía. Sin embargo, el factor más elusivo es el Factor Hartazgo. Este último, es el que nos ha colocado en el maelstrom (el ojo del huracán) en el que nos encontramos. Esta vertiente nos permitirá flotar a la superficie de nuevo o hundirnos en escenarios que solo mis sobrinos adolescentes disfrutan en el cine: pesadillas quizá no apocalípticas, pero si parteaguas para el futuro de la humanidad.

El actor Demócrata (Más de lo mismo)de EU es efectivo y controlado y sabe abordar un escenario electoral y legal, pero el actor Republicano (Algo Nuevo) conoce el arte de la manipulación mediática y no es ajeno a brincarse limitaciones legales o éticas. Los republicanos, muy en el esquema de Robert Greene, solo buscan ganar lo que ven como una simple negociación, pero fracasan en ver cómo el clima social confrontado no permite ni sustentabilidad económica o social. Y como dije anteriormente las bases sociales, los sectores más vulnerables e inmersos en la desesperación, ya no se están quedando quietos o sumisos.

Las antiguas expectativas de un Partido Republicano o Partido Demócrata están fuera de la jugada. Los republicanos han sido sujetos a una transformación desde sus raíces ideológicas. Éstas han sido más radicalizadas y envalentonados contra todo los que no embona en su visión social o nacional. Los demócratas a la vez reúnen en su seno sectores étnicos y de género que están en abierta y justificada lucha campal, defendiendo sus logros de los últimos 50 años por encima de cualquier otro tema.

Ninguno de los dos entes aborda la alienación económica de muchos o el patrón de disenfranchisement o privación de derechos que empieza a ser endémico en varios escenarios del planeta. Este es un factor de desestabilización serio pues sea por lo que fuere, los más vulnerables que en este momento coyuntural, ya no se están quedando callados o quietos.

A los republicanos los domina el debates proempresarial mientras mueren cientos de ciudadanos y los demócratas, luchan por volver a un camino que económicamente ha dejado a miles de sus ciudadanos al lado del camino. Y ni pensar en temas ambientales. Ambos, por cuestiones de cobardía electoral, rehúsan abordar las políticas necesarias para salvar el escenario global para las siguientes generaciones.

¿A quién elegirán los vecinos del norte? En términos de debate económico y cultural, en donde ambos partidos están amoldándose a darle a un electorado alebrestado y díscolo lo que quiere oír, yo diría que la democracia en sí ha perdido en muchos sentidos. Mi amada hija Vienna Fernanda, a quien extraño cada minuto de mi vida, lo resumió en un video familiar: Donald Trump is not nice to girls…… I’d rather be in jail than meet him.”

Por lo menos en términos de discurso, la sabiduría y la verdad si emana de la boca de los inocentes.

*Federico Garza-Bueron es responsable de búsqueda y lobbying para inversiones especiales, actualmente es Director Ejecutivo de Mezzaloan Ltd.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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