“El éxito es mejor cuando se comparte”. Howard Schultz

Dentro del ámbito empresarial, unir fuerzas multiplica los buenos resultados. Una vieja leyenda de China cuenta que en una ribera querían expulsar a una mujer porque no tenía dinero para comprar aceite y encender su lámpara, ella más inteligente les mostró que era mejor dejarla quedar, para que ayudara con los deberes de la comunidad y a cambio, no les costaba nada, compartir la luz con ella.

De forma similar, como empresarios familiares debemos comprender y adoptar los beneficios de generar alianzas y apegarnos a la cultura del ganar-ganar. Propongo adoptar una mentalidad colaborativa que acerque el éxito a más personas y no sólo a unos cuantos.

La valiente apuesta de emprender una empresa familiar es como el giro acelerado de una pirinola, cada vuelta representa una nueva ocasión de triunfo, ¿y si pudiéramos convertir cada giro en una oportunidad para ganar, no sólo nosotros, también nuestros colegas? Así, no importará la cara que muestre la pirinola al detenerse, siempre habrá un beneficio común que abone a la construcción de un legado. Para lograr esto debemos tener en cuenta beneficios financieros, en donde estudios de mercado y análisis de competencia serán imprescindibles, pero primero consideremos la calidad de las relaciones que forjamos para lograr nuestros objetivos.

Mares de competencia

En la Encuesta Mundial de la Empresa Familiar de 2023 se apunta que de los “4,410 directivos que participaron, más del 40% cree que sus compañías dejarán de ser viables en menos de diez años si no cambian, y lo mismo opina un porcentaje similar de los empresarios familiares”.

Estas cifras nos dicen que el mundo de la empresa familiar debe reformar su búsqueda del éxito y confiar en la creación de un valor mutuo, donde cada parte involucrada aporta algo provechoso. Un empresario podrá unir fuerzas con actores del mismo ámbito o cercano, compartiendo valores y objetivos para abrir el mercado, así el éxito será compartido. Pensemos que incluso entre la competencia puede existir un plan de colaboración. La mentalidad de pirinola, es decir de ganar-ganar, impulsará decisiones comerciales, pero también fortalecerá los lazos entre colaboradores y clientes.

Océanos de oportunidades

Al embarcarnos en cualquier alianza, es fundamental priorizar la transparencia, la confianza y el compromiso mutuo. Entender, desde el inicio, que una relación sólida se construye sobre la honestidad y comunicación abierta.

Al compartir nuestros desafíos y aspiraciones con nuevos socios o colaboradores, se ofrece la posibilidad de trabajar juntos para superar obstáculos y capitalizar oportunidades de manera más efectiva. Por ahora vayamos más allá de los resultados financieros, pensemos en los beneficios que podrían obtenerse en los respectivos negocios además de colaborar en causas más grandes, por ejemplo, sociales o ambientales, buenas prácticas y de gobernanza que tengan un impacto mayor en el mundo. Para lo anterior, es crucial dar la vuelta a la pirinola de nuestras empresas con giros de negocio complementarios y no únicamente competitivos. “Las alianzas estratégicas son una forma efectiva de alcanzar el éxito empresarial”.

“Al compartir nuestros desafíos y aspiraciones con nuevos socios o colaboradores, se ofrece la posibilidad de trabajar juntos para superar obstáculos y capitalizar oportunidades de manera más efectiva”.

Nadar juntos es una opción

Por ahora aceptemos la idea de que el éxito verdadero no se logra en soledad, a este respecto, en Valores, el peso fuerte de las Empresas Familiares, se asegura que “las compañías mexicanas conceden una importancia de 4.03 sobre cinco a la riqueza emocional (SEW), cuando la media es de 3.86”. Hagamos el esfuerzo por reflexionar sobre cómo podemos cultivar relaciones valiosas y construir alianzas sólidas en la partida de pirinola que es nuestro recorrido empresarial.

Recordemos que, al adoptar el principio del ganar-ganar y trabajar juntos hacia objetivos comunes, ponemos a girar una pirinola que sin importar el lado que muestre al detenerse, nos llevará a alcanzar el éxito y un legado duradero para las generaciones venideras. “Las fortalezas están en nuestras diferencias, no en nuestras similitudes”. Stephen Covey

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