En una época que comienza a marcarse por la solidaridad entre las mujeres y la llamada ‘sororidad’, cada vez hay proyectos basados en conceptos como el trabajo colaborativo que responden a las necesidades de muchas trabajadoras que requieren tocar base para apoyar sus esfuerzos laborales. Es ahí donde entran en escena proyectos como Co-madre, un coworking que se adapta a las necesidades de las mujeres. María Galindo, una de las socias de esta iniciativa, afirma que el centro colaborativo cuenta con oficinas privadas, salas de juntas, espacios especiales para amamantar y cuidar niños, así como salones de terapia, masajes y hasta un salón de belleza. Se trata de una infraestructura que reúne a una comunidad de mujeres que no quieren descuidar su desarrollo laboral con las tareas de maternidad o con sus intereses. “Nos dimos cuenta que la necesidad de un espacio pensado en la mujer iba mucho más allá de la maternidad. Se trata de un espacio donde me siento segura para compartir ideas, donde puedo hacer alianzas y trabajar en paz. El objetivo de Co-madre es que pueda ser un lugar para la mujer en cualquier etapa de su vida”, explica Galindo, socia. TAMBIÉN LEE: El coworking es una realidad que sustituirá al home office
María Galindo socia de Co-madre

María Galindo, socia de Co-madre / Foto: Mónica Garduño

La idea de Co-madre comenzó en 2017, luego de que Paola Tabachnik, socia del coworking, se convirtiera en madre y enfrentara los retos de la maternidad, combinado con las exigencias laborales; al no poder alcanzar un equilibrio, decide crear el coworking diseñado por y para mujeres. Siete de cada 10 mujeres que tienen al menos un hijo se encuentran laborando activamente, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2019. Las mujeres deben encontrar un balance entre su vida profesional y personal, la cual en la mayoría de los casos involucra a sus hijos. En 2018, se abrió el primer espacio de Co-madre y actualmente cuenta con dos sedes ubicadas en Montes Urales (abarca dos pisos de 600 m2) y en la Condesa (con 1,300 m2). El primer espacio le brinda servicio a 320 usuarias, de las cuales aproximadamente el 15% tienen hijos.
Co-madre 2

Foto: Cortesía Co-madre

“Co-madre es un espacio inclusivo en el que cualquier hombre puede venir y trabajar, de hecho tenemos clientes masculinos que nos rentan por el sentido de seguridad y comodidad que te brinda este coworking”, dice Galindo. Dentro de los primeros retos que enfrentó Co-madre fue demostrar a los inversionistas y a las personas que la idea de la inclusión de mujeres en un coworking funciona y que también es viable para el mercado. Uno de los mayores espacios que le dan un valor agregado a este coworking es una sala en donde pedagogas cuidan a los niños, mientras las mamás se encuentran trabajando, además de un restaurante de comida saludable. Otro punto a favor de Co-madre es que constantemente se imparten cursos y talleres para empoderar a las mujeres e impulsar alianzas internas con otros miembros de la comunidad. No te pierdas: No sólo coworking: Público incursionará en 2020 en vivienda y comida

 

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