Christian Van Der Henst lo asegura sin tapujos: Si alguien le hubiera dicho, hasta antes de este año, que, apenas unos meses después de iniciado el 2020, las plataformas de educación en línea iban a convertirse casi al 100% en la herramienta principal de la gente para conseguir conocimiento, él no lo hubiera creído.

Sin embargo, por muy extraño que parezca, esto fue lo que sucedió. Y es que la pandemia derivada de la aparición del nuevo coronavirus y el confinamiento que la gente tuvo que hacer en sus casas para evitar contagiarse de Covid-19, cambiaron completamente las cosas.

“Nunca en mi modelo de negocios existió la posibilidad de que, de un día para otro, toda la gente interesada en aprender saltara directamente a la educación en línea, pensamos que poco a poco esto iría ganando terreno, pero nunca que pasaría así de forma tan drástica”, explica el cofundador de Platzi a Forbes México.

Fue esta transformación la que, durante los meses de marzo y abril, llevó a la compañía, enfocada en la producción y distribución de cursos por internet, a crecer sólo en nuestro país hasta en un 40% en su base total de estudiantes.

“Al igual que lo hemos visto en otras plataformas de servicios digitales de diversa índole, como YouTube, Twitch o Amazon, nosotros en Platzi hemos registrado también una mucha mayor demanda e interés durante esta etapa”, comenta.

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Pero el fenómeno de crecimiento no es únicamente mexicano, sino que se ha replicado en prácticamente en cada uno de los países de Latinoamérica donde tienen presencia, dice el cofundador de la compañía.

“Tuvimos un crecimiento drástico en la demanda de cursos en México, pero también en otros países que son claves para nosotros en la región, como son Colombia o Chile, e, incluso, en sitios como España acabamos registrando crecimientos hasta de un 15%”, detalla Van Der Henst en entrevista.

De acuerdo con el emprendedor de origen guatemalteco, son tres tipos de cursos en línea los que más han llamado la atención de sus estudiantes: los de trabajo remoto, los de programación y los de finanzas personales.

Retos secundarios

Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas para la compañía latina de edtech, y es que este mismo desarrollo positivo en su base de estudiantes los ha llevado a tener la necesidad de producir un mayor número de cursos de los que ya tenían disponibles.

“Lo que ha sucedido, derivado de este crecimiento que te comento, es que tenemos también a los estudiantes en la plataforma por más tiempo del que tradicionalmente estaban, si antes permanecían 3 horas a la semana y hoy están presentes todos los días, lo que nos está retando muchísimo del lado de la producción”, comenta el cofundador de Platzi.

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Cubrir esta demanda de cursos no ha sido sencillo, señala Van Der Henst, principalmente por el hecho de que sus profesores no están pudiendo visitar sus estudios por el hecho de que ellos tampoco pueden salir de casa.

“Si antes grabábamos 5 o 6 cursos al día en nuestros estudios profesionales de Platzi, esta situación nos ha llevado, para satisfacer la demanda, a tener hasta a 30 personas haciendo cursos de manera remota, lo cual también es complicado por los temas de calidad y todo lo que ello conlleva”, comenta el emprendedor.

Inclusive, agrega, en países como Colombia han tenido que contratar servicios de delivery para poder transportar los discos duros con la información de los cursos de un punto de la ciudad a otro, con el objetivo de que los editores puedan procesarlos de una manera más rápida.

El futuro

Mientras la compañía vive estos momentos de explosión, el fundador de Platzi señala que también se encuentran evaluando qué tipo de trabajo necesitan hacer para continuar hacia adelante con el mismo impulso que hoy están teniendo.

Y sus ojos están puestos, por más raro que pudiera parecer, en la educación tradicional. “Hoy nos hemos dado cuenta de que las instituciones educativas tradicionales no estaban preparadas para vivir un momento como el que vivimos hoy, por lo que me parece que podemos trabajar en conjunto con ellas”, sostiene.

En específico, señala, pueden ofrecer su solución como una alternativa a sus módulos curriculares, apoyándolos con lo que ya tienen ellos trabajado. “Lo que queremos es ver cómo apoyar a las instituciones educativas, que tomen, por ejemplo, nuestros cursos de programación para sus ingenieros en informática, o los de finanzas para sus carreras ligadas a áreas de administración, porque me parece que tenemos mucho contenido ya disponible”, concluye.

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