Durante la tarde del pasado jueves, Standard & Poor’s degradó la calificación soberana de México. La calificadora de riesgo crediticio recortó la nota de BBB+ a BBB en su escala crediticia en moneda extranjera y a BBB+ desde A-, en moneda local. Pero, ¿qué significa para la economía mexicana esta rebaja?  El principal golpe por una calificación más baja son intereses crediticios más altos para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. En un segundo orden, la nota de Petróleos Mexicanos (Pemex), estrechamente vinculada a la calificación de México, también recibiría un impacto en su calificación. “Una calificación crediticia más baja implica tasas de interés más altas para el gobierno y para Pemex, deteriorando las finanzas públicas”, comentó Carlos Capistrán, economista en jefe de Bank of America Merryl Lynch para México y Canadá. La empresa estatal es la petrolera más endeudada del mundo. Sus pasivos financieros ascienden a 105,200 millones de dólares (mdd), de acuerdo con su último reporte trimestral al 31 de diciembre de 2019. México enfrenta un choque económico pronunciado por el coronavirus covid-19 y un impacto por la desaceleración económica de Estados Unidos, su principal socio comercial, así como un impacto por la pronunciada disminución de los precios globales del petróleo, comentó S&P. Además, si ocurren otras bajas por parte de las calificadoras Moody’s y Fitch,  la percepción de riesgo de invertir en México podría aumentar. “Se podrían observar pérdidas en la bolsa mexicana de valores2”, agregó la directora de análisis financiero de Banco Base, Gabriela Siller. Una deuda calificada con ‘BBB’ presenta parámetros de protección adecuados, pero es el segundo grado más bajo de inversión. Es más probable que condiciones económicas adversas o cambios coyunturales conduzcan al debilitamiento de la capacidad del emisor para cumplir con sus compromisos financieros sobre la obligación. Las calificaciones crediticias expresan la opinión de la agencia sobre la capacidad y voluntad de un emisor, sea una empresa, estado o gobierno municipal, para cumplir en tiempo y forma con sus obligaciones financieras. Si la calificación de los bonos se degrada aún más (BB), se considerará como especulativa o ‘bono basura’, aquellos que pagan mejores rendimientos que las compañías con mejor desempeño.

 

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