Por Ricardo Dorantes
La llegada de nuevas inversiones y el interés que despierta el país como el lugar ideal para implementar un proceso de Nearshoring, también anticipa una serie de retos que van desde la infraestructura tecnológica hasta la gestión del talento al interior de las plantas industriales.
Para Emilio Cadena, CEO de Grupo Prodensa, una consultoría regiomontana que ha asesorado más de mil proyectos del sector, estos serán los desafíos más importantes en el marco de una relocalización acelerada de las industrias.
“Las empresas que llegan y las que ya se han establecido en México están en la carrera de la eficiencia y la productividad”, dice Cadena.
Para empezar, explica, la naturaleza de la industria 4.0 ha permitido que el consumidor se convierta en parte esencial de los procesos de producción.
“El comprador quiere productos a la medida y los quiere inmediatamente. ¿De qué manera las fábricas pueden tener esa capacidad de reacción?”, se pregunta.
La respuesta, adelanta, se encuentra en tecnologías predictivas y de analytics que parten del Big Data. Por ello, si el Nearshoring marca el camino hacia El Dorado, los datos y la información serán la gasolina para llegar al destino.
“Las manufacturas que puedan predecir, a partir de una gran colección de datos de consumidores, qué es lo que tienen que estar produciendo, son aquellas que van a adelantarse en la carrera. Por eso, el enfoque de muchas organizaciones no solo es la recopilación de datos, sino cómo se pueden utilizar: se necesita información para tomar decisiones y mantenerse a la vanguardia”, advierte.
Esto explica por qué la industria mexicana invertía 215 millones de dólares en Big Data en 2014, de acuerdo con IDC, y 10 años después esa inversión ronda los 2 mil millones de dólares.
Las empresas y manufacturas que todavía no hayan involucrado la data y la información a sus procesos productivos perderán la preferencia de sus clientes, ya sea en un mercado B2B o B2C. “Es una estrategia de supervivencia”, lanza Cadena.
Inversión al alza, talento a la baja
El déficit de talento ante el surgimiento de nuevos puestos de trabajo y necesidades de la industria tiene el potencial de convertirse en el talón de Aquiles del Nearshoring en México.
Hasta 9 de cada 10 empresas del sector ha padecido la falta de recursos humanos para la operación en planta, mientras que el índice de rotación se mantiene entre el 50 y 70 por ciento, de acuerdo con información reportada por el diario Reforma.
“Las organizaciones deben trabajar en fomentar ambientes muy positivos que hagan que la gente se quiera quedar a trabajar más tiempo ahí. La compensación emocional, que va más allá del tema económico es importante, es decir, sumar ingredientes al salario del colaborador”, señala Cadena.
Pese a que las fábricas no pueden promover opciones como la flexibilidad de horario o el home office, como lo hacen otros sectores, hay beneficios que resultan atractivos en la manufactura, como el servicio de transporte, de comedor, diversas prestaciones y la mejora del trato al interior de la empresa.
De acuerdo con EY México, entre los puestos que empiezan a generar una mayor necesidad de talento especializado se encuentran los gerentes de proyecto, especialistas en TI, analistas de negocios y especialistas en atención al cliente, entre otras.
“Las empresas asiáticas, por ejemplo, tienen más problemas con el talento: les cuesta trabajo motivar y retener a los colaboradores mexicanos, porque no tenemos las mismas prioridades, valores o cultura que en sus países de origen”, explica Cadena.
Aunque las organizaciones extranjeras que invierten en el país suelen ser fuertes en su tecnología, infraestructura y procesos, muchas han topado con pared al momento de gestionar el talento.
En la carrera de la eficiencia y la productividad todo juega, desde la información hasta los recursos humanos, y en estos talones de Aquiles, dice Cadena, es donde se aprecia la diferencia entre las empresas de clase mundial y las demás.
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