Uno de los aliados más importantes de Nintendo durante toda su historia haciendo videojuegos ha sido Intelligent Systems, que es uno de los estudios first-party que ha ayudado a la compañía tanto con la conversión de software como con la creación de contenido original. Intelligent Systems se ha encargado del desarrollo de títulos de las series WarioWare y Paper Mario, así como de la creación y desarrollo de las casi 20 entregas de la serie Fire Emblem, que, aunque comenzó en 1990, no estaba disponible fuera del mercado japonés hasta 2003. Este verano, fue lanzado internacionalmente Fire Emblem: Three Houses, la última y más ambiciosa entrega de la serie, convirtiéndose en una de las exclusivas de Nintendo más aclamadas del año.

Three Houses no sólo es la primera entrega de la serie en el Nintendo Switch, sino que es el primer lanzamiento para una consola casera en casi 12 años, durante los cuales la serie sólo existía en consolas portátiles. Una de las razones por las que esto era bastante lógico es la gran demanda de tiempo de la serie, pues cada título requiere de muchas horas y dedicación para completarse, para lo cual Three Houses no es la excepción, y ya que el Switch es una consola también portátil se convirtió en la plataforma perfecta para su regreso.

Esta serie se caracteriza por ser un RPG de estilo japonés ubicado de un mundo de fantasía con gran énfasis en la batalla. En Three Houses tomamos el rol de un protagonista llamado Byleth, del cual podemos elegir el género al principio del juego. La historia nos lleva a convertirnos en profesor de la academia del monasterio Garreg Mach, donde podremos elegir una de tres diferentes casas, o escuelas.

Cada una de las casas representa a las tres naciones de Fódlan, el continente de la historia: Black Eagles, del Adrestian Empire; Blue Lions, de Holy Kingdom of Faerghus; y Golden Deer, representando a Leicester Alliance. El monasterio es la sede de la iglesia de Seiros, que es la religión del continente. La historia de los conflictos políticos entre los reinos tiene más de mil años de antigüedad, y no es algo nuevo para lo que vemos en videojuegos e historias de este estilo.

Los dos aspectos más importantes de Three Houses son las relaciones interpersonales y el combate. En el primero, el juego requiere que establezcamos lazos con los demás personajes no jugables para desarrollar la historia y usar estas relaciones en el gameplay. Al principio del juego nos desenvolvemos como profesor, por lo que habrá que ayudar a los estudiantes con entrenamientos o clases personales, e incluso podemos elegir qué hacer en el tiempo libre. La serie se caracteriza por tener un sistema para las relaciones llamado Support, que dependiendo del número de interacciones que tengamos con los demás personajes nos permitirá avanzar la relación.

De esta forma, podemos convertir a los demás en aliados de batalla e incluso casarnos. Uno de los puntos más interesantes es que Fire Emblem: Three Houses permite desarrollar una relación romántica con personajes del mismo sexo, y aunque no todos están disponibles, hay más de una opción ya sea que usemos femenino o masculino.

En cuanto a combate, tenemos un sistema por turnos de estilo japonés que favorece la estrategia. Hay una larga lista de armas, personajes y habilidades, que funcionan mediante clase y nivel. Lo que esperaríamos de un juego del tipo. Podemos usar espadas, arcos, ataques mágicos, caballos y hasta dragones. Cuando estamos en un modo de batalla, la perspectiva cambia, modificando sobre todo el ritmo del juego. Si se elige el modo Clásico, los personajes que mueran en batalla, no podrán ser revividos; por suerte, existe un modo Casual, que hará la vida más fácil para quienes no quieren enfrentar tanta frustración.

Sin duda, Three Houses es la entrega más ambiciosa de toda la serie, y esto se nota no sólo en tamaño del juego y la historia sino en el apartado gráfico. Hay cierta inconsistencia en el aspecto visual, ya que en algunas secuencias narrativas vemos animación estilo anime muy pulida, mientras que hay otras secciones donde los personajes están hechos en 3D con un estilo similar al cel shading, y en las partes de batalla la calidad gráfica es distinta. Al ser un videojuego de esta escala, probablemente habría sido imposible hacer un título con la consistencia visual de Astral Chain, que al día de hoy se mantiene como uno de los títulos visualmente más impactantes del Nintendo Switch, pero los gráficos de Three Houses funcionan perfecto para su tipo de juego.

Fire Emblem: Three Houses es un videojuego bastante largo, con más de 40 horas por delante, y sin sacarle todo el provecho. El valor de rejugabilidad es altísimo, ya que nos invita a acabar las historias alternas de las tres distintas casas; no es que esto sea necesariamente tres juegos distintos, pero sí tres versiones lo suficientemente separadas para mantener el interés. Este título, definitivamente no es para los que no estén familiarizados con los RPG japoneses, sobre todo porque la demanda de tiempo del usuario es bastante alta, pero por fortuna es posible llevarlo a todas partes con el modo portátil del Nintendo Switch.

 

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El autor es Podcaster y crítico de videojuegos. Apasionado por la tecnología y la literatura.

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