Con sus manos, Jacobo y María Ángeles infunden vida a materiales inanimados para crear piezas que, con su belleza, dan testimonio de una gran sensibilidad artística que honra sus orígenes, la naturaleza que los rodea y todo aquello que les produce un sentimiento de pertenencia. También son reflejo inequívoco de un proceso creativo dinámico y de la capacidad que tiene el arte popular mexicano de sorprender a personas de diferentes puntos del planeta.
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Para la pareja de artistas de San Martín Tilcajete, Oaxaca, la Asociación de Amigos del Museo de Arte Popular (AmigosMAP), representa uno de los motores que han impulsado su desarrollo individual y colectivo, pero, sobre todo, subrayan, “que ha dignificado el trabajo artesanal” de las comunidades mexicanas.
La asociación, nos cuentan (en exclusiva) desde su hogar, llegó en un momento decisivo para su carrera. “Nos enlazó con otros artistas de México y con empresas. También nos acercó con un editor alemán que escribió una serie de libros enfocados en nuestro arte”, recuerda María del Carmen Mendoza Méndez, mejor conocida como María Ángeles. Ella, junto con su esposo Jacobo, dirige el taller-escuela que lleva el nombre de ambos. Sí, nombres que resuenan desde sus obras presentes en El Vaticano, Estados Unidos, Alemania, España, Brasil, Chile…
Sin embargo, para la artista tileña, todavía hay un largo camino por recorrer para preservar el legado artístico del país e inspirar a las nuevas generaciones a aprender el oficio, reconocer su talento, sentirse orgullosos de quiénes son y de sus raíces. AmigosMAP apoya esta percepción y coincide en la importancia de vigorizar la difusión del arte popular más allá de las fronteras de México.
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“Hay 12 millones de artesanos mexicanos y, para nosotros, es esencial que el mundo admire y respete su trabajo; que conozca sus técnicas, los materiales que utilizan y los valores culturales implícitos en cada una de sus obras”, expresa Mercedes Vigil Martínez, integrante del patronato joven AmigosMAP, al frente del Programa de Internacionalización. Fue a través de este nuevo esquema que la asociación estableció una alianza con la Universidad de Miami (UM).
Este acercamiento permitirá poner en marcha proyectos colaborativos que contribuyan con el desarrollo de los artistas mexicanos en temas relacionados con la propiedad intelectual, la administración, la sostenibilidad y todos los instrumentos necesarios para una internacionalización exitosa, además de exhibiciones y eventos culturales.
“Tenemos en mente varias acciones como parte de los esfuerzos de convertir a la UM en una Universidad Hemisférica para 2025; entre ellas, abrir espacios de investigación y talleres de intercambio que no sólo acentúen la presencia del arte popular en el ámbito académico, sino que tengan un impacto social positivo y de largo plazo. Y es que las manifestaciones creativas de las comunidades mexicanas poseen elementos que hablan de su historia, sus tradiciones y la interpretación de su realidad de una manera tan auténtica como diversa”, recalca Julio Frenk, presidente de la UM, y embajador del Museo de Arte Popular (MAP).
Es así como se construyen puentes a favor de los artífices mexicanos y de su patrimonio cultural. Bien lo dijo Diego Rivera: “El gran arte es como un árbol que crece en un lugar en particular y que tiene su propio tronco, sus propias hojas, ramas y raíces […] Entre más nativo es el arte, más pertenece al mundo entero, porque, cuando el arte es verdadero, es natural”.
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