Al día de hoy, las zonas vitivinícolas de nuestro país se extienden por varios estados, pero aún el 90% del vino mexicano se produce en Baja California, tierra que le dio nombre e identidad y que se encargó de darlo a conocer en el mundo, y por eso, hay que estar orgullosos de su historia y su influencia. Estos son 4 vinos mexicanos de las principales regiones de Baja California para brindar por el orgullo de ser mexicanos. TEZIANO Valle de Guadalupe Esta es la zona vinícola más conocida de nuestro país, va de Ensenada hacia Tecate a lo largo de aproximadamente 25 kilómetros. Allí, los misioneros españoles establecieron, en 1834, la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe, encargada de producir el vino que se consumía en la localidad. Aquí se encuentran muchas de las más famosas bodegas nacionales, entre ellas, Adobe Guadalupe, La Carrodilla, Vinisterra y Monte Xanic, así como una creciente oferta gastronómica y hotelera que la posiciona como un destino espectacular. Teziano es un vino que disfruto plenamente y que siempre confío en que será una opción acertada al recomendarlo. Es la etiqueta premium de la bodega Norte 32, proyecto de jubilación del capitán Oscar Obregón, de la mano de Jose Luis Durand, enólogo chileno afincado en nuestra tierra que elabora vinos deliciosos que reflejan su experiencia y pasión. Teziano está elaborado únicamente con la variedad Cabernet Sauvignon, proveniente de suelos arenosos que, tras una crianza de 13 a 18 meses en barricas de roble francés, da como resultado un vino que sorprende por su elegancia, que recuerda más a los vinos del viejo mundo que a los del Valle. Su cuerpo medio lo hace una excelente opción para beber solo o con una gran variedad de alimentos, gracias a su equilibrio y armonía, en la que la marcada presencia de aromas a frutos rojos maduros va de la mano de las cálidas especias de la barrica y del tanino totalmente maduro, fino e integrado. HENRI LURTON CHENIN CENTENARIO Valle de Santo Tomás Este valle se encuentra a menos de una hora en coche al sur de Ensenada y es aquí donde se fundó la Misión de Santo Tomás de Aquino en 1791. Bodegas Henri Lurton es el proyecto a cargo de la enóloga mexicana Lourdes Martínez Ojeda, quien vuelve a México después de trabajar como enóloga en Château Brane-Cantenac, Grand Cru Classé en Margaux, Burdeos. En las tierras de Santo Tomás encontró las viñas centenarias de Chenin Blanc que tras un cuidadísimo proceso que incluye fermentar el mosto en barricas de roble francés de 500 litros y dejar reposar el vino con sus lías por 10 meses, da como resultado un vino espectacular, con una potencia aromática que los vinos blancos mexicanos rarísima vez expresan y una frescura y riqueza realmente increíbles. Este vino es como la ropa hecha por un sastre, donde nada falta y nada sobra. Tiene el cuerpo y la persistencia para poder maridarlo con una gran variedad de productos y la delicadeza para poder beberlo solo, disfrutando la magia del buen vino. J2:10 Valle de San Vicente El Valle de San Vicente se ubica 90 kilómetros al sur de Ensenada. Aquí fue fundada la Misión de San Vicente por sacerdotes dominicos en 1780. Se encuentra a una altitud de entre 200 y 400 metros sobre el nivel del mar. Es un valle de tierras fértiles con abundante agua que cuenta con un subsuelo más balanceado que el Valle de Guadalupe, sobre todo en lo referente a la salinidad. Un excelente ejemplo de la riqueza de este valle es J2:10, una mezcla de Cabernet Sauvignon y Nebbiolo con un paso de 12 meses en barrica, elaborado por Vinícola Regional de Ensenada. Este vino posee una potencia y estructura brutales, aromas deliciosos de frutos negros con notas herbales y un fondo especiado que acompaña a sus taninos firmes y marcados. Es un vino seco con muy buena acidez y un larguísimo paso por boca que acompaña a la perfección platos estructurados y cortes grasos, así como carnes de caza. Te puede interesar: La cocina BajaMed es el sabor de Baja California PASSION Valle de Ojos Negros Antiguamente conocido como Valle de San Rafael, se localiza a 38 kilómetros al Este de Ensenada; es el menos conocido de los valles. Recibe su nombre por dos ciénagas redondas que recuerdan a unos ojos negros y se encuentra a 800 metros sobre el nivel del mar, dándole a sus vides una frescura que no se encuentra en otras zonas vinícolas de Baja California. La familia Hussong comienza su apuesta enológica en este valle en el año 2000 dando vida a Bodegas San Rafael. Passion Meritage es su vino insignia, elaborado con las variedades típicas de la mezcla bordelesa (Cabernet Sauvignon, Merlot, Petit Verdot, Cabernet Franc & Malbec) y con un paso por barricas de roble de 18 a 20 meses, profundo, elegante, fresco y atípico. Este vino es reflejo de la pasión de la familia por su tierra y por su proyecto. Con deliciosos aromas a frutos rojos, casis, jamaica y una que otra nota floral bajo un fondo de especias cálidas de una barrica bien integrada. De cuerpo medio y taninos sedosos, intenso y complejo, su nota más destacada es su gran frescura, que incita a beber más y más. Contacto: www.consultoriaenvino.com Mail: [email protected] Instagram: mtg.mx Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México. Síguenos en: Twitter Facebook Instagram Suscríbete a nuestro newsletter semanal aquí  

 

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