La gastronomía y el tiempo simplemente no se pueden disociar, afirma para Forbes Life el chef mexicano Raúl Alfonso Hernández -quien prefiere ser llamado Poncho Hernández- al referirse a su papel como embajador de la marca de relojes Oris. El también chef ejecutivo del restaurante Sinaia, ubicado en Polanco, en la Ciudad de México, apunta que en este momento de su carrera la coyuntura es precisa, y afirma que la tradición suiza, la tecnología, la cultura y el tiempo de la marca convergen con su más grande pasión en la vida: la gastronomía. Hernández considera que ser embajador de esta marca conlleva una gran responsabilidad, principalmente, con sus colegas; ello, al darles a conocer el apoyo que brinda el mundo de los relojes a la gastronomíaY agrega que este nombramiento es un reconocimiento para todo el gremio, así como una forma de mostrar al mundo entero que la cocina mexicana es de la más alta calidad y se encuentra al nivel que requiere el proveer a un embajador de esta firma. Te puede interesar: 3 cocteles legendarios que nacieron en hoteles Aceite de oliva, chocolte y foie gras: sus ingredientes favoritos Poncho Hernández comparó tres ingredientes básicos en su cocina con su labor con la marca: aceite de oliva, chocolate y foie gras. Primero, el aceite de oliva por ser un conductor perfecto para el sabor. Él explica que las papilas gustativas necesitan un aceite para correr, y el de oliva, es el mejor para este cometido. Y compara esta función en el contexto del reino de los relojes al destacar que sus piezas deben mantenerse bien coordinadas para poder funcionar. Otro ingrediente vital para él es el chocolate, ya que, señala, dicho manjar es el único ingrediente en el mundo que se funde a la temperatura del cuerpo humano, y desde su punto de vista, poseer el reloj adecuado es señal de un gusto exquisito. Sobre el foie gras, destaca el ser un ingrediente portentoso y con una fuerte tradición. Finalmente, menciona que el reloj que porta en la imagen, un Artelier Skeleton, está totalmente descubierto para mostrar tanto los engranajes como su funcionamiento. Y concluye que su cocina termina siendo exactamente así, con un equipo que funciona como engranes bien aceitados, donde todos ocupan un lugar dentro de una maquinaria que persigue un objetivo muy claro: tener el mejor platillo en el momento exacto. Síguenos en: Twitter Facebook Instagram Suscríbete a nuestro newsletter semanal aquí

 

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