El reconocimiento global que han alcanzado los vinos riojanos es indiscutible. Si el mérito de encabezar la lista de Wine Spectator como el “Mejor vino del mundo” en el 2013 correspondió al tinto Imperial Gran Reserva 2004 de Bodegas CVNE, en el 2020 ese título se lo llevó el cuvée de corte más clásico de Marqués de Murrieta: Castillo de Ygay 2010 Gran Reserva Especial. El cual, dicho sea de paso, fue calificado con 96 puntos por el jurado de la prestigiosa publicación especializadas en Estados Unidos y con 97 puntos por la inglesa Decanter.
Esta insignia personifica el espíritu detallista del fundador de la bodega próxima a cumplir 170 años, Luciano Murrieta, y el legado que ha trascendido en la actualidad gracias a la disciplinada labor que realiza la enóloga María Vargas. Son exclusivamente las añadas que ella considera tienen potencial excepcional, las que envejecen en las barricas de Castillo de Ygay Gran Reserva Especial.
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¿Cómo adentrarse en el mundo del vino sin ser aplastado en el intento?
Para preservar ese carácter único, se produce una calidad limitada de botellas. De ahí que resulta fácil entender porque Castillo de Ygay 2010 Gran Reserva Especial se agotó tan pronto se supo que había sido galardonado con el que muchos llaman el “Oscar” del universo enológico.
México es visto por Marqués de Murrieta con afecto desde sus inicios, por esa razón decidió atesorar algunos ejemplares de la célebre insignia para los verdaderos coleccionistas de vinos únicos en este territorio y traerlos en compañía de dos emblemas proverbiales.
Foto. Marqués de Murrieta Estates & Wine.
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Consejos de experto para conservar tu colección de vinos
Embajador de la bodega
Con la guía de Arthur Lencquesaing, director de exportación de la compañía, descubrimos las cualidades de Marqués de Murrieta Reserva 2016: “La carta de presentación ante el mundo de la bodega desde sus comienzos”.
El vino enuncia las bondades del terruño del cual procede: un viñedo propio de 300 hectáreas situado en la Rioja Alta, y de una añada particularmente especial que le ha sumado presencia. Sus aromas dan testimonio de ello con recuerdos florales, notas de eucalipto, tomillo y ebanistería fina. En boca, su afrutado y largo final deja una prologada sensación de frescura.
Cada variedad de uva que lo constituye (tempranillo, graciano, mazuelo y garnacha) aporta una personalidad propia para ensamblarse en el equilibrado vino tras una crianza en barrica de roble americano.
Máxima expresión del albariño
Si hay un ejemplo de arrojo en el ámbito del vino español, ese es Pazo de Barrantes. El respeto por la uva albariño llevó a la legendaria bodega localizada en el Valle del Salnés, en la D.O. Rías Baxias, a realizar una profunda investigación de una década y tomar la determinación de retirar a su icónico vino del mercado durante un par de años para obsequiarle, entre otras cosas, una crianza más mimada, un pequeño aporte de barrica de acacia y un embotellado más tardío.
Foto. Marqués de Murrieta Estates & Wine.
El resultado ha sido Pazo Barrantes 2019: un vino blanco que causa asombro desde la botella e incluso después de probarlo. En un vino que lo mismo se puede disfrutar al instante que dejarlo al resguardo de la cava por muchos años y admirarlo como una entrañable joya en el futuro.
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