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Estas son las 30 promesas de los negocios 2024
La escena restaurantera de Guadalajara es emocionante y va mucho más allá de los tacos de birria y de los hermosos campos de agave azul. Sorprende el nivel de las propuestas tan variadas como consistentes, por eso no es de extrañarse que haya alrededor de 17,000 restaurantes en la zona metropolitana y que 2 de la ciudad entraran al listado de Latin America’s 50 Best Restaurants de 2017. Estos son algunos de los lugares a los que volveríamos.

La Docena

En pocos años este lugar ha conseguido lo que algunas películas no logran con sus segundas partes: éxito. Sus dos sedes en Guadalajara viven llenas, y el de la Ciudad de México goza de la misma suerte. Sus dos ejes principales apelan a una cocina sencilla y de producto. Primero está el bar de crudos y ostiones, una tendencia que ha venido captando adeptos por el mundo. Por otro lado, están las ardientes brasas donde se preparan langostinos, pescados y jugosos cortes de carne.  Es un lugar para comer y pasarla bien, pues el ambiente hace que la gente alargue la sobremesa. A pesar de cierto escepticismo, sobre todo local, este año logró entrar en el puesto 40 en la lista de Latin America’s 50 Best Restaurants.

Magno Brasserie

Foto: Magno Brasserie

Una inmensa instalación de cerámicas color gris domina el bar y el salón principal de este restaurante comandado por el australiano Paul Bentley. Su carta refleja sus gustos personales y un saber que aprendió al lado de los mejores por su paso en las cocinas de Nueva York. Por eso, una parte importante de la carta se basa en la charcutería artesanal, hecha en casa, donde se encuentran rilletes, patés, terrinas y jamones de buena factura. Las pastas frescas, hechas también en casa, tienen desde salsas contundentes como los cappelletti de cachete de res hasta la limpia sencillez de un spaghetti pomodoro.

Juniko

No hay letrero en la entrada, casi parece un bar estilo speakeasy y como si se estuviera entrando a un lugar secreto, aparece una barra de sushi en este restaurante japonés donde ofrecen la comida a la carta y omakase en la cena, es decir, un menú decidido por el chef que depende de lo que esté más fresco en el mercado. Es solo una barra de 12 personas, decorada entrañablemente con objetos de anticuario japonés, como si se tratara de una alacena. Toda la vajilla y los elementos de la cocina los trajeron de Japón, de donde es el chef Daisuke Maeda. Los pescados y mariscos vienen de Ensenada y España. Las verduras que usan son orgánicas de un huerto propio donde cultivan berenjena, calabaza, rábano japonés, además de shiso y microbrotes. La danza de los dedos comienza cuando Maeda empieza a formar los nigiris con gracia y estilo, como acariciando el aire. Ir a Juniko es una grata experiencia porque es como entrar a un pedacito de Japón en Guadalajara.

Alcalde

Foto: Alcalde

La cocina de Francisco “Paco” Ruano se atañe a la tierra y a las estaciones. Su manera de cocinar es sencilla, directa, pero al mismo tiempo logra ser sofisticada gracias al uso de pocos ingredientes en mezclas afortunadas y un juego de texturas que la hacen memorable. Su carta es concreta y responde a la temporalidad con algunos platos que no se encuentran en la carta, como unos acociles (pequeños crustáceos de río) que prepara con chile y ajo. Sin embargo, también hay clásicos que no podrían salir del menú como los frijoles puercos servidos con cuello de cerdo, chicharrón, polvo de chorizo y caldo de frijol reducido. Este año entró en el puesto 36 de la lista Latin America’s 50 Best Restaurants, el lugar más alto entre los restaurantes de nuevo ingreso. Te puede interesar: Restaurantes de gastronomía española en la Ciudad de México

Palreal

Si le preguntan a Fabián Delgado, uno de los artífices de Palreal, qué es un negocio exitoso, no dudará en contestar que es esa afortunada intersección entre hacer lo que más le gusta y complacer el gusto del cliente. Sus lonches de pancita y de chicharrón prensado que hacen honor al dicho “barriga llena, corazón contento”, tienen una fama ganada gracias a comensales asiduos que no paran de recomendarlos. Pero este restaurante es más que este plato, pues hay opciones más elaboradas llenas de buena sazón. No hay que olvidar el café de calidad que ofrecen, haciéndolo un lugar maravilloso para los desayunos, pero también para las comidas y las cenas. Buena onda y comida se conjugan en este lugar favorito de locales y viajeros.

Hueso

Foto: Hueso

Este es uno de estos restaurantes pensados literalmente desde la médula. El hueso como elemento tenía que recorrer tanto la estética como la carta, porque este ingrediente es fundamental para dar énfasis a los sabores. Los platos principales privilegian los grandes cortes para compartir como un rack de cordero, un New York Steak marinado en costra de café, Jabalí con BBQ casera o el chamorro braseado. Las presentaciones de los platos y acompañamientos son llamativos pues el taller de cocina de Alfonso Cadena es todo un statement. Lo primero que impacta es su arriesgado concepto de interiorismo, una larga mesa recorre el largo de todo el restaurante y las paredes decoradas con 10 000 huesos de tigre, serpientes, vacas, búfalos y ranas, todos pintados en blanco. La puesta en escena absolutamente encantadora sumada a una cocina generosa basada en los fuegos esenciales lo hacen una experiencia que hay que disfrutar en Guadalajara.

Tortas el “profe” Jiménez

Hace 36 años existe este puesto de tortas ahogadas en Guadalajara. Una de las personas que lo atiende es uno de los hijos del Profe Jiménez, quien lo recuerda como el cariñoso profesor de primaria y futbol querido por sus alumnos que para tener mejores ingresos montó el negocio de las tortas. Buenas carnitas, birote y salsa de jitomate hacen de este lugar uno emblemático de la ciudad. En un fin de semana logran vender desde esa esquina 200 tortas. Lo encontrarás en la esquina Calle Andrés Terán con José María Vigil.

Dulce final

Para tomar café, desayunos o terminar con un gran postre, no dejes de visitar el recientemente inaugurado Fitzroy espresso bar, el particular Caligari Café o La Postreria, donde la alta cocina encuentra sus versiones más dulces y creativas. Por: Liliana López. Publicado originalmente en Food & Wine en español.   Síguenos en: Twitter Facebook Instagram Suscríbete a nuestro newsletter semanal aquí

 

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