Esta historia fue publicada en la edición impresa de junio de 2018 de Forbes México. Suscríbete. Por Jaume Caral En la industria del lujo, los puntos de quiebre son una constante, pero pocos son los que alcanzan a transformarla hasta sus cimientos. Uno de eso momentos sucedió hace 25 años, con la fusión de dos elementos: los diamantes y el acero, que hasta entonces ocupaban polos opuestos. En 1993, esta revolución se dio en una pieza: el Happy Sport, un reloj deportivo que unió los dos universos de Chopard y su artífice es Caroline Scheufele, copresidenta de la legendaria maison, quien desafió las posibilidades técnicas y estéticas de los guarda tiempos. Desde su aparición, el reloj se convirtió en un best-seller, gracias a su espíritu lúdico. Para Scheufele el objetivo de esta experimentación es jugar con temas inéditos, sumar tendencias y matices con el único fin de la creación de sueños. “Siempre he dicho que, aunque hablamos de alta joyería, que utiliza gemas excepcionales y son piezas de alto valor, eso no significa que tienen que ser serias o aburridas. Al contrario: podemos hacer formas creativas y divertidas de manera que brindemos un giro a la tradición”, afirma Scheufele sobre las piezas y colecciones a su cargo, como el reloj Happy Sport. La manufactura ginebrina empleó su savoir-faire en un diseño femenino que elevó el concepto del mix & match de manera superlativa e incorporó los emblemáticos Happy Diamonds, un avance que liberó los diamantes de su engaste para dotarlos de un fascinante dinamismo. En el Happy Sport, los Happy Diamonds están encapsulados en la esfera, entre dos cristales de zafiro para moverse libremente, evocando lo que han denominado una “danza de estrellas”. Con esto, Scheufele también quiso provocar una ruptura con la solemnidad de las piedras preciosas para hacer que los diamantes estuvieran en la vida cotidiana y en todas las facetas de la vida de la mujer actual. Desde su creación, el Happy Sport ha mantenido su espíritu revolucionario y se ha reinventado, año con año, en infinidad de evoluciones estilísticas que exaltan la inventiva de Chopard, como el más creativo de los joyeros-relojeros contemporáneos. Este aniversario es el momento de irrumpir con otra revolución: el encuentro con la manufactura relojera de Chopard, con lo que han podido dotarlo de un movimiento mecánico de carga automática, desarrollado especialmente in house para las cajas de 30 milímetros de los relojes femeninos. En cada Happy Sport se aprecia una eterna danza de diamantes, que se mueven al compás del tic-tac. Te puede interesar: El secreto de la familia detrás de Chopard

El movimiento 09.01-c

  • Tiene un diámetro total de 20.4 mm
  • Un grosor de 3.65 mm
  • 159 piezas
  • 27 rubíes
  • Reserva de marcha de 42 horas
Con ello se exaltan los oficios de la alta relojería en una pieza de alta joyería, pues los nuevos modelos están elaborados en oro rosa de 18 quilates con bisel pulido o engastado con diamantes. El carácter de este reloj es una oda a la libertad y la alegría de vivir; sobresale con sus esferas de nácar perlado en cuatro inéditas combinaciones: azul en acero engastado; rosa en acero y oro rosa de 18 quilates; blanco en oro rosa de 18 quilates, y blanco de oro rosa de 18 quilates engastado.

 

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