La primera boutique de IWC Schaffhausen –la casa de relojes suiza– ya abrió sus puertas en un prestigiado centro comercial en la zona Polanco, Ciudad de México.
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Será el Palacio de Hierro el cual albergue los diseños de IWC Schaffhausen. Este se presenta como un espacio abierto en donde la ingeniería más precisa se mezcla con la elegancia y los materiales nobles. Ahí, los clientes podrán sumergirse en el universo de IWC en un entorno espacioso y lujoso.
La nueva sede de IWC Schaffhausen contará con sus colecciones de relojes más icónicas de la firma, lanzadas a lo largo del siglo XX como Relojes de Aviador, Portugieser, Ingenieur, Aquatimer, Da Vinci y Portofino. En tanto, los coleccionistas también tendrán un espacio acogedor ya que podrán encontrar piezas exclusivas y ediciones limitadas más deseadas en todo el mundo.
El origen de IWC Schaffhausen
La historia de esta lujosa casa de relojes comenzó en 1868, cuando el relojero y emprendedor norteamericano Florentino Ariosto Jones viajó desde Boston hasta Suiza y fundó la International Watch Company en Schaffhausen. La misión era combinar los avanzados métodos de fabricación estadounidense con la exquisita artesanía de los relojes suizos y así conseguir los mejores relojes de bolsillo de la época.
Esta idea sentó los cimientos del exclusivo enfoque de la ingeniería aplicada por IWC y la producción centralizada de relojes mecánicos en Suiza.
A lo largo de sus más de 150 años de historia, IWC Schaffhausen consolidó su reputación, basada en la creación de complicaciones funcionales —especialmente cronógrafos y calendarios—, ingeniosas, resistentes y de fácil uso.
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Es de destacarse que IWC Schaffhausen fue pionera en el uso de titanio y el óxido de zirconio y actualmente es reconocida por especializarse en cajas de relojes de avanzada ingeniería fabricadas con los materiales más innovadores como el aluminuro de titanio y el Ceratanium.
La casa suiza obtiene los materiales de forma responsable y toma medidas para minimizar su impacto en el medio ambiente, creando relojes intrínsecamente sostenibles, diseñados para durar generaciones enteras.
