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Los 132 Pueblos Mágicos que hay en México ofrecen una amplia oferta turística para todo tipo de viajeros. Entre ellos también existen algunos pueblos fantasma, los cuales resguardan entre sus muros leyendas y vestigios de tiempos pasados.
En la mayoría de los casos no se trata de localidades fantasmales, más bien han adquirido este mote debido a que en algún momento, de su devenir histórico, fueron abandonados por la mayor parte de su población.
Por esta característica son conocidos como pueblos fantasma. Los mismos ofrecen experiencias atípicas alejadas de los itinerarios comunes rodeados de silencio, misterio y aventura. Para descubrirlos te presentamos tres propuestas.
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Real de Catorce
Un inmenso túnel de dos kilómetros de extensión prepara la llegada al más famosos de los pueblos fantasma del país. Este enigmático destino en San Luis Potosí tuvo su momento de esplendor cuando sus minas de platas eran las más fructíferas de México, pero debió ser abandonado una vez que la actividad decayó.
Sus paisajes desérticos resguardan un sitio sagrado para los huicholes: el Cerro del Quemado Wirikuta. Real de Catorce en la actualidad ha encontrado una nueva oportunidad turística rodeada por una majestuosas arquitectura.
Mineral de Pozos
Este Pueblo Mágico de Guanajuato ha sido abandonado dos veces desde su fundación. Sus ruinas revelan los asombrosos vestigios de las minas y haciendas que vivieron años de esplendor gracias a la extracción de vetas de oro y plata.
Entre sus profundos túneles se escuchan rumores, leyendas e historias de esta tierra semidesértica. Aunque en la actualidad ha revivido con un ave legendaria gracias a su propuesta arquitectónica y gastronómica.
Mineral del Monte
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Pasar de ser un pueblo fantasma a ser un Pueblo Mágico es un logro del que pocos sitios puedes presumir. Muy cerca de Pachuca, Hidalgo, esta localidad esconde un misterioso lugar cuya arquitectura denota un aire inglés, pues a comienzos del siglo XIX varios mineros ingleses se instalaron ahí.
El laberinto de sus hermosas calles empedradas conducen hasta los vestigios de las minas que aún se pueden visitar o al misterioso panteón localizado en la cima de un monte.
Estos son sólo tres de los pueblos fantasmas en México que te erizaran la piel, no por sus leyendas, sino por su magnífica propuesta turística y paisajes de ensueño.
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