Un impactante muro de flores es la primera imagen que golpea con fuerza en la memoria de los noveles visitantes a Lima. Esa capital latinoamericana que mira de frente al mar y seduce con sus atardeceres inimaginables.
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Esta ciudad es gastronomía, toda la gente lo sabe. Pero también es cultura. Y una que palpita desde las raíces más profundas del arte precolombino. Ese que resguarda sus misterios más recónditos cerca de cinco mil años antes de los Incas.
Intentar descifrarlos requiere una visita al Museo Larco, el cual se muestra como el punto de inicio para conocer la cultura de un pueblo civilizatorio, tan importante como lo que sucedió en Mesoamérica, Mesopotamia o Egipto.
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Ahí se pueden apreciar muchos de los tesoros del antiguo Perú, a través de un inquietante recorrido que culmina con la admiración del ‘Ajuar funerario Chimú’, indumentaria de oro que perteneció a un importante líder del imperio Chimú.
Por esta razón, la capital peruana es un sitio obligado para visitar Machupicchu, no solo porque ahí llegan los vuelos internacionales (como los que recientemente abrió Volaris en la ruta Ciudad de México y Cancún a Lima, mismos que tienen una frecuencia diaria, en ambos casos. Forbes Life Latam fue uno de los invitados al vuelo inaugural en la ruta CDMX-Lima el pasado 1 de junio del 2022) sino porque entre sus calles se encuentran los indicios de civilizaciones prehispánicas, los cuales permiten entender con mayor claridad lo que sucedió milenios después en esa ciudad sagrada.
El destino considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, también abre sus puertas al futuro con la mirada firme en el horizonte, que caracteriza las vistas desde cualquier punto de Barranco. En este pequeño barrio de ambiente bohemio las manifestaciones artísticas se revelan a primera vista.
Camino hacia el mar
Una leyenda dice que si logras aguantar la respiración para cruzar el Puente de los Suspiros, de punta a punta, tus deseos se volverán realidad. Esa curiosa construcción de madera y 44 metros de largo es un importante ícono en una zona de belleza inexplicable, caracterizada por sus edificaciones estilo victoriano de inicios del siglo XX, misma que se ha convertido en un punto importante para la vida cultural de Lima.
Ahí, una casona de estilo afrancesado, construida en 1906, se erige como la edificación más relevante del distrito. Esta alberga el Museo Pedro de Osma con una reveladora colección de arte virreinal de los siglos XVI al XVIII.
La personalidad de Barranco también ha provocado que importantes artistas peruanos viva ahí, como Víctor Delfín, quien tiene su casa-museo estudio, misma que posee un espacio reservado para funcionar como hotel boutique.
Una de sus esculturas más conocidas ‘El beso’ se erige como el punto focal en el Parque del Amor. Este fue diseñado por él mismo y tomó inspiración del parque Güell de Barcelona. Hasta ahí llegan las parejas para hacerse declaraciones de amor, con la cultura como testigo de esa promesa eterna.
Al caminar por las calles de este entrañable distrito de Lima las propuestas artísticas se revelan en las fachadas de las casas, los bajo puentes y las curiosas galerías de arte que se descubren a lo largo de un camino que conduce directamente al mar.
Una de ellas es Dédalo, la cual se posiciona como una fuente de experiencias sensitivas que evocan las expresiones contemporáneas de artistas peruanos.
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De esta forma, Lima se muestra al mundo como una capital que consigue hacer arte no nada más con los sabores de su gastronomía ancestral, sino con cada espacio que conforma un destino complejo y profundo.
