EFE.- La NASA suspendió ayer lunes el lanzamiento de la misión no tripulada Artemis I a la Luna por una “combinación de problemas técnicos”, pero no descarta que, tras dar descanso al exhausto equipo de operaciones y corregidos los fallos, pueda despegar la misión desde Cabo Cañaveral, en la costa este de Florida, el próximo viernes.
“No hay cero posibilidades de que el lanzamiento se lleve a cabo el viernes”, dijo en rueda de prensa Mike Sarafin, director de la Artemis I, quien subrayó que “necesitan tiempo” para revaluar aspectos técnicos como “las condiciones térmicas” y el mantenimiento de la presión en una válvula del motor 3.
Por eso, las próximas 48 horas serán clave. “Si en este tiempo logramos resolver los problemas técnicos, el viernes podría ser el día del lanzamiento, añadió Sarafin en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral.
Los contratiempos comenzaron a primera hora, cuando una tormenta impidió el llenado del combustible a la hora prevista, y luego uno de los cuatro motores RS-25 del cohete no logró enfriarse a la temperatura adecuada para el despegue, previsto para las 8:33 hora local (12:33 GMT) desde la plataforma 39B del Centro Espacial Kennedy.
Los ingenieros de la NASA decidieron hacer una pausa en la cuenta atrás mientras intentaban corregir el fallo, pero finalmente, sobre la hora, anunciaron la suspensión hasta nuevo aviso del lanzamiento de esta misión no tripulada, la primera de tres previstas en los próximos años con las que la agencia espacial anhela enviar nuevamente humanos al satélite terrestre.
“Han surgido varios problemas y necesitamos tiempo para resolverlos”, dijo al comienzo de la conferencias Bill Nelson, el administrador de la NASA, quien recordó que “hay millones de componentes en este megacohete de gran complejidad”, por lo que “hay que hacerlo lo más seguro posible”.
Lee más: Falla en motor frustra lanzamiento de la misión Artemis I en la NASA
Tanto Nelson como Sarafin y el administrador asociado a la Dirección de Misión de Desarrollo de Sistemas de Exploración de la NASA, Jim Free, coincidieron en que se trata de un proyecto “increíblemente duro y de máxima complejidad”, con numerosos “desafíos técnicos” que serán revisados en las próximas 48 horas.
“Lo que hicimos (la suspensión de la misión prevista para hoy) fue lo correcto y hay que seguir con más pruebas”, apuntó, por su parte, Free.
En ese contexto, afirmó Sarafin que el objetivo de la NASA es que la misión Artemis I sea un “hito”, pero el éxito exige un “increíblemente difícil y duro” trabajo.
La suspensión supone un revés para una misión que algunos medios han cifrado en 4,000 millones de dólares, y que suponía el debut en toda regla del cohete SLS, de 98 metros de alto (más que la estatua de la libertad de Nueva York) y el más potente fabricado hasta la fecha, gracias a sus cuatro motores RS-25 y dos propulsores adjuntos.
La misión tiene como objetivo realizar un viaje a la Luna de ida y vuelta y busca poner a prueba las capacidades del cohete SLS (siglas en inglés de Sistema de Lanzamiento Espacial) y de la cápsula Orión.
La Artemis I quiere calibrar también las capacidades de la nave Orión, en la que pueden caber hasta cuatro tripulantes, y con reservas de agua y oxígeno que le permitirían unos 20 días de viaje independiente.
El cohete será lanzado desde la plataforma 39B del Centro Espacial Kennedy de la NASA, y la misión Artemis I comenzará un viaje de seis semanas, en el que llegará a ubicarse a más de 450,000 kilómetros de distancia de la Tierra antes de emprender una vuelta que culminará en el Océano Pacífico.
Artemis toma el relevo del programa Apolo, cuya última misión, la Apolo 17, ocurrió en 1972 y representa la última vez que el hombre se ha posado sobre la superficie lunar.
Una ausencia que la NASA anhela acabar cuando la misión Artemis III toque tierra en el satélite terrestre en 2025, y lo haga además con la primera mujer y el primer hombre de color que viajen a la Luna.
Previamente, este programa, que toma el nombre de la hermana gemela del Dios Apolo, enviará en 2024 su primera misión tripulada, la Artemis II, que hará el mismo trayecto que a partir del lunes cubra su predecesora.
Donde ninguna otra nave ha llegado
“Va a revolucionar la exploración espacial”, dijo a Efe el español y científico de la NASA Carlos García Galán, jefe de la Oficina de Integración del Módulo de Servicio Europeo de la nave Orión, tras destacar que una de las metas del programa Artemis es “desarrollar la tecnología y conocimientos para operar en el espacio profundo”.
“La gente va a ver a la primera mujer y el primer hombre de color llegar a la Luna, cosas que nunca hemos hecho, y eso dejara una inspiración de décadas”, resaltó.
Durante los 42 días de misión la NASA busca poner a prueba el cohete de 98 metros de altura SLS (siglas en inglés de Sistema de Lanzamiento Espacial), el cual está potenciado con cuatro motores RS-25 y dos propulsores adjuntos, unas características que le ofrecen un 15 % más de potencia que el cohete Saturn usado en las misiones Apolo, como dijo García Galán.
De igual forma, se medirán las capacidades de la nave Orión, en la que pueden caber hasta cuatro tripulantes, es decir uno más que la Apolo, y con reservas de agua y oxígeno que le permitirían unos 20 días de viaje independiente.
Dos horas después del lanzamiento de mañana, y tras separarse del cohete SLS, la Orión continuará por su cuenta un trayecto que en total cubrirá unos 2.1 millones de kilómetros.
La nave volará cerca de la Luna, a unas 62 millas (casi 100 km) de su superficie, y luego entrará en una órbita lunar lejana en la que llegará a situarse a más de 61.000 kilómetros del satélite terrestre, es decir hasta donde no ha llegado ninguna otra cápsula para tripulación.
A su regreso, sobre el 10 de octubre, a Orión le espera otra dura prueba, como es descender con éxito frente a las costas de San Diego, en California, con apoyo de once paracaídas y en el que deberá aminorar de forma vertiginosa los 40.000 km/h de velocidad con la que alcanzará la atmósfera de la Tierra, un momento en que soportará hasta 2,760 grados centígrados de temperatura.
De acuerdo con medios especializados, la NASA esperará la culminación de esta misión, que ha supuesto una inversión de 4,000 millones de dólares, para dar a conocer a los astronautas que compongan la tripulación de la misión Artemis II.
Las tres primeras misiones de este programa ofrecerán nueva información sobre la Luna, así como los efectos en la fisiología de los humanos que producen los periodos extensos en el espacio, teniendo en cuenta las misiones de largo alcance rumbo al llamado “planeta rojo”.
“El objetivo final es Marte”, aseveró García Galán.
Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado