En el panorama digital actual, donde las redes sociales dictan ampliamente la visibilidad y el impacto de movimientos y marcas, la censura arbitraria se presenta como un obstáculo significativo. Este es especialmente el caso de grupos como Barba Rossa’s, un movimiento cannábico fundado en 2017 que ha trabajado incansablemente por la desestigmatización de los usuarios de cannabis, la no discriminación, el consumo responsable y la legalización de la planta.

Barba Rossa’s ha sido un faro de información veraz y bien fundamentada sobre el cannabis. Por más de seis años, el movimiento compartió contenido educativo promoviendo un enfoque responsable hacia el consumo de cannabis. Sin embargo, recientemente, su presencia digital fue eliminada abruptamente por las plataformas de redes sociales, con un mensaje que indicaba la no conformidad con las normas comunitarias, sin más explicaciones ni oportunidades para apelar la decisión.

Esta acción unilateral no solo es un golpe a la libertad de expresión de Barba Rossa’s, sino que también perpetúa la estigmatización y discriminación hacia los usuarios de cannabis. Es vital reconocer cómo estas prácticas de censura afectan negativamente a movimientos legítimos y transparentes, manteniendo en la oscuridad a una industria pre-cannábica emergente y limitando seriamente su potencial de desarrollo y aceptación social.

En un mundo dominado por las redes sociales, la falta de presencia en estas plataformas puede significar la invisibilidad y el olvido de una causa, por justa que sea. Por ello, es crucial que las políticas de censura en plataformas como Facebook, Instagram, Tik Tok  y WhatsApp sean revisadas y ajustadas para ser más equitativas y menos arbitrarias. Estas políticas deben permitir que cuentas que promueven ideologías legítimas y responsables, como Barba Rossa’s, puedan operar libremente siempre y cuando no promuevan actividades ilegales o irresponsables.

Es importante recalcar que Barba Rossa’s nunca ha abogado por la venta de sustancias ilegales ni por el consumo de cannabis entre menores de edad. Su enfoque ha estado siempre en la educación y la promoción de un consumo consciente entre adultos informados. Por lo tanto, es irónico y desafortunado que mientras las cuentas de Barba Rossa’s enfrentan la censura, las empresas que venden productos con alto contenido de azúcar, alcohol o que promueven actividades potencialmente más dañinas, como los casinos, continúan operando sin restricciones en estas mismas plataformas. Este doble estándar es especialmente problemático en países como México, donde el consumo excesivo de azúcar contribuye a una alta prevalencia de enfermedades como la diabetes.

Se dice lo anterior, pues a pesar de que México figura entre los países con mayores índices de obesidad y diabetes, las empresas que comercializan productos con altos contenidos de azúcar gozan de una notable libertad para publicitarse en todas las redes sociales. Esta realidad contrasta marcadamente con las severas restricciones impuestas a otros sectores, como el movimiento cannábico, que busca compartir información educativa y promover cambios legislativos positivos. 

Es importante recalcar que en años recientes, México implementó reformas significativas que incluyen normas estrictas de etiquetado para productos alimenticios, destinadas a informar mejor a los consumidores sobre los riesgos asociados al consumo excesivo de azúcares. Sin embargo, la efectividad de estas medidas se ve socavada en el entorno digital, donde la publicidad dirigida, especialmente aquella que apela a menores, sigue siendo vibrante y atractiva, incitando al consumo sin restricciones significativas en plataformas como Facebook, Instagram y TikTok.

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Por un consumo responsable de cannabis: entre la censura y la libertad de expresión en las RRSS

Este enfoque desigual en la regulación y la censura de contenido evidencia una preocupante incongruencia en las políticas de las redes sociales. Mientras que la publicidad de alimentos altamente azucarados, claramente vinculada a enfermedades crónicas y costosas para la sociedad, se permite con poca o ninguna restricción, el compartir información sobre los efectos del cannabis, sus usos medicinales o la legislación en diferentes países se encuentra frecuentemente censurado. Esta disparidad en el tratamiento no solo afecta negativamente a los movimientos que buscan la legalización y el uso responsable del cannabis, sino que también plantea serias preguntas sobre las prioridades de salud pública y los intereses económicos que influyen en las políticas de las plataformas de redes sociales. Es esencial cuestionar y reconsiderar estas políticas para garantizar un enfoque más equilibrado y justo que refleje verdaderamente los intereses y la salud del público general.

La necesidad de una regulación más justa y transparente en las redes sociales es imperativa. Debe haber un mecanismo claro y justo para revisar decisiones de censura, permitiendo a los afectados defender su contenido y propósito. Además, el algoritmo de estas plataformas debe diseñarse para ser imparcial y detallado, evaluando adecuadamente el contexto y el valor educativo o social del contenido compartido.

Esta discusión nos lleva a una reflexión más amplia sobre la libertad de expresión en la era digital. Las redes sociales, al igual que cualquier otra forma de comunicación, deben ser un espacio para el debate, la educación y el intercambio de ideas, no un foro limitado por políticas de censura mal aplicadas que pueden silenciar voces importantes y restringir el crecimiento cultural y social.

En conclusión, es fundamental que los gobiernos y las entidades reguladoras intervengan para asegurar que las políticas de las plataformas de redes sociales se alineen con los principios de no descrimincación, libertad de expresión y equidad. Solo entonces podremos garantizar que movimientos como Barba Rossa’s, y otros que buscan informar y educar, puedan operar sin temor a la censura injustificada. Esto no solo beneficia a los movimientos en cuestión, sino que enriquece el tejido social al permitir una discusión más amplia y variada sobre temas de importancia crítica. La lucha por una regulación más justa y transparente en las redes sociales es, en última instancia, una lucha por la libertad de expresión y por el derecho a una comunicación libre y sin restricciones en nuestra sociedad moderna.

(*) El autor es diplomado en Derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México.

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