Reuters.- Luego de un ataque terrorista en el que murieron más de 200 personas y al menos 450 el Gobierno de Sri Lanka declaró toque de queda en la ciudad de Colombo y bloqueó el acceso a la mayoría de las redes sociales y sitios de mensajería, incluyendo Facebook y WhatsApp. No estaba claro cuándo se levantaría la medida. Según fuentes del gobierno, la medida fue tomada para evitar la propagación de noticias falsas. Pero en una señal de que los ataques contra tres iglesias y cuatro hoteles podrían generar una ola de violencia, la policía informó el domingo por la noche que se produjo un ataque con cócteles molotov en una mezquita del distrito de Puttalum y ataques incendiarios contra dos tiendas propiedad de musulmanes en el distrito de Kalutara. El gobierno reconoció que tenía “información previa” sobre potenciales ataques a iglesias por parte de un grupo islamista local poco conocido, pero no hizo lo suficiente para enfrentarlo. De acuerdo con el Censo de 2012 en el país, de los cerca de 22 millones de habitantes que tiene Sri Lanka, el 70 por ciento son budistas, el 12,6 por ciento son hindúes, el 9,7 por ciento son musulmanes y el 7,6 por ciento son cristianos.  

Redada policial

Tres oficiales de policía murieron el domingo por la tarde durante una redada de las fuerzas de seguridad en una casa en la capital de Sri Lanka, varias horas después de los ataques. Se han realizado 13 arrestos, todos personas originarias de Sri Lanka, dijo la policía. “Tenemos información de 207 muertos en todos los hospitales. De acuerdo a los datos hay 450 heridos ingresados en hospitales”, dijo a periodistas el portavoz policial Ruwan Gunasekera. Funcionarios de gobierno dijeron que 32 extranjeros murieron y que 30 resultaron heridos a raíz de las explosiones en iglesias y hoteles en Colombo, Negombo y Batticaloa. No hubo inmediatas reivindicaciones sobre la responsabilidad de los ataques en un país que estuvo en guerra durante décadas contra los separatistas tamiles hasta 2009, una época en que eran comunes los ataques con bombas en la capital. El primer ministro Ranil Wickr reconoció que el Gobierno tenía “información previa sobre el ataque”, aunque no se informó de esto a los ministros. También reconoció que el Ejecutivo necesita analizar los vínculos internacionales de un grupo militante local. Decenas de personas murieron en la iglesia católica de estilo gótico de San Sebastián en Katuwapitiya, al norte de Colombo. Imágenes del lugar mostraron cuerpos en el suelo, sangre en los bancos y un techo destruido. Medios informaron que 25 personas fallecieron en otro ataque a una iglesia evangélica en Batticaloa, en la Provincia Oriental. Los hoteles afectados en Colombo fueron el Shangri-La, el Kingsbury, el Cinnamon Grand y el Tropical Inn, cerca del zoológico nacional. No había mucha información sobre las víctimas en los hoteles, pero un testigo dijo a la televisión local que vio algunas partes de cuerpos, incluida una cabeza, en el suelo del Tropical Inn. Las primeras seis explosiones fueron reportadas en un corto período justo cuando empezaban los servicios religiosos de la mañana. Una de las explosiones se produjo en la iglesia de San Antonio en Kochcikade, Colombo, un sitio muy visitado por turistas. El presidente Maithripala Sirisena ordenó el despliegue de las fuerzas especiales de seguridad y del Ejército para investigar la responsabilidad de los ataques. La seguridad en el aeropuerto de la capital fue redoblada, de acuerdo a autoridades militares.

 

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