Reuters.- Los guatemaltecos esperaban el domingo los resultados de unos comicios en los que fueron electos desde el presidente hasta alcaldes, tras una campaña en la que muchos candidatos fueron vetados por corrupción o vínculos a la delincuencia, dejando al desnudo el grado de infiltración del crimen organizado en la política. La exprimera dama Sandra Torres llegó como favorita con un 20% de las preferencias en los sondeos para ocupar el cargo que dejará vacante Jimmy Morales en enero del 2020. La política de centroizquierda busca la presidencia por tercera vez consecutiva. “Tenemos que resolver nuestros problemas aquí y parte de las causas de la migración es la falta de empleo, la brecha de los salarios con Estados Unidos”, dijo Torres antes de emitir su voto en Ciudad de Guatemala. “Hay que trabajar de la mano de los empresarios para reactivar la economía y generar empleos”. Su rival más cercano, Alejandro Giammattei, un cirujano conservador que se postuló por cuarta vez, llegó a los comicios con alrededor del 14% de la intención de voto, mientras que en tercer lugar se encuentra Roberto Arzú, sin mucha experiencia política pero proveniente de una familia con historia en la clase dirigente guatemalteca, con un 8% de las preferencias. “Yo espero que el próximo presidente sea firme en sus decisiones, que continúe la CICIG, que mejore la salud, las carreteras y que baje los impuestos”, dijo tras emitir su voto Esperanza Nolasco, una asistente dental de 43 años. El Gobierno de Morales anunció el año pasado su decisión de no renovar el mandato de la comisión anticorrupción de Naciones Unidas CICIG, un cuerpo que se instaló en 2007 y que junto con el Ministerio Público destapó escándalos como el que llevó a la cárcel al expresidente Otto Pérez y su vicepresidenta, Roxana Baldetti, bajo cargos de corrupción y tráfico de drogas. Puedes leer: Así ven los periódicos del mundo las elecciones en Guatemala Con una quincena más de candidatos presidenciales, el voto de ocho millones de guatemaltecos probablemente estará tan atomizado que nadie logrará los sufragios suficientes para evitar una segunda vuelta en agosto. Para combatir la pobreza y corrupción, Torres propuso reactivar programas sociales que implementó cuando fue primera dama y una política de tolerancia cero. En tanto, Giammattei ha ofrecido seguros de salud para menores y trabajos de medio tiempo para aumentar los puestos y mayor fiscalización en las compras del Estado. VETO A CANDIDATURAS El panorama hubiera sido diferente si las dos candidatas a la presidencia con mayor intención de voto no hubieran sido impedidas de postularse por el Tribunal Supremo Electoral: la exfiscal Thelma Aldana y Zury Ríos, hija del exdictador Efraín Ríos Montt. Sobre Aldana pesa una orden de detención por peculado y defraudación tributaria. En el caso de Ríos, la Corte de Constitucionalidad resolvió que no podía participar en el proceso porque la ley prohíbe hacerlo a familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad de líderes de un golpe de Estado. El nuevo escenario podría haberle dado más chances a aspirantes minoritarios, como la candidata indígena Thelma Cabrera y el veterano político y diplomático Edmond Mulet. Mulet, quien llegó a votar conduciendo un automóvil blanco acompañado de su esposa y su hijo, hizo hincapié en que había dirigido una campaña austera y dijo que tenía esperanzas de llegar a la segunda vuelta. La jornada electoral, que se desarrolló sin mayores contratiempos, terminó a las 18.00 horas (0000 GMT) cuando comenzaron a cerrar las mesas de votación. “Aunque es seguro que Sandra Torres estará en segunda vuelta (…) pareciera que la diferencia de votos entre ellos va a ser muy baja y eso hace que no sepamos con certeza quiénes van a pasar en segunda vuelta”, dijo Hugo Novales, analista político guatemalteco. Pero lo que más preocupa del proceso electoral es que los cárteles de la droga y el crimen organizado extiendan sus tentáculos por las alcaldías y los municipios donde operan e incluso al Congreso de Guatemala, un punto de tránsito para parte de la cocaína que va de Colombia a Estados Unidos. Durante esta campaña, el candidato presidencial Mario Estrada y el postulante a diputado Julio José Rosales han sido detenidos acusados de vínculos con el cártel de Sinaloa. La lista incluyó también a exconvictos y con familiares cercanos encarcelados o que han pagado condenas por narcotráfico. “Guatemala necesita un gobierno de Transparencia, mayor seguridad, que siga la CICIG en Guatemala y que mejore la economía”, dijo Dalila Lorenzana, una ama de casa de 46 años, después de emitir su voto.

 

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