A lo largo de su campaña presidencial Donald Trump prometió renegociar el TLCAN, y este domingo 30 de octubre lo habría logrado. Y si bien, ahora parece inminente la firma de este tratado comercial entre los tres países, hasta hace poco era incierto cómo concluiría la modernización de este acuerdo, y si la inclusión de Canadá sería sacrificada a cambio de un acuerdo preliminar y bilateral entre México y Estados Unidos, anunciado apenas en el mes de agosto. Hay diversas preguntas en torno a lo logrado con la actualización del TLCAN, ahora llamado Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA) y no será hasta pasados los siguientes meses que sabremos realmente los impactos que las negociaciones, iniciadas en agosto de 2017, tendrán en la vida de los habitantes de los tres países. Por lo pronto, hoy podemos sugerir algunas reflexiones.
  • ¿Era necesario renegociar el TLC? Una primera regla de la negociación es hacerlo siempre y cuando sea realmente necesario. 28 años han transcurrido desde el inicio de negociaciones formales para alcanzar un acuerdo comercial entre México y Estados Unidos, y desde su firma el 17 de diciembre de 1992, muchas cosas han cambiado alrededor del mundo, como es el repunte del comercio electrónico y en general de la economía digital. Sin embargo, esa urgencia de renegociarlo, e incluso romperlo, como lo amenazaba Trump, correspondía más a la retórica que él ha abrazado desde sus días como candidato, y no tanto a una urgencia extrema de revisar el acuerdo trilateral en esos momentos. Así que, ante un tratado imperfecto y rebasado en algunas áreas específicas, sumado a la amenaza “real” de romper el tratado, no había mejor opción mas que entrar a negociaciones.
  • ¿Quién ganó y perdió? Desde las primeras mesas de negociación del TLCAN en la década de los 90s, pronto surgieron sus defensores y detractores, estos últimos increpando por ejemplo que la inclusión de México y su mano de obra barata, succionaría los empleos que sin tratado serían ocupados por miles de trabajadores estadounidenses. Hoy, después de un cuarto de siglo del nacimiento del TLCAN, de nuevo surgieron defensores y enemigos a la renegociación de éste. De las condiciones inicialmente impuestas por Estados Unidos que, en palabras de Trump estaban orientadas a lograr un acuerdo “más justo” para los estadounidenses, al mejorar el acceso de su país al mercado de México y Canadá en manufactura, agricultura y servicios, sabemos que Estados Unidos cedió en algunas de sus exigencias iniciales, como la cláusula “sunset”, que permitía de manera automática darle fin al acuerdo comercial a los cinco años, a menos que los tres países acordaran renovarlo. Finalmente, esta exigencia controversial no prosperó: se modificó por un periodo de 16 años para que el acuerdo sea revisado y actualizado, a cambio de una postura más flexible de México y Estados Unidos, en temas como reglas de origen para el sector automotriz y solución de controversias. Así también, de la exigencia inicial de Estados Unidos de que el 85% de las piezas automotrices exportadas estuvieran hechas en ese país, México logró bajar el porcentaje, en un rango de 62.5% a 75%.
  • ¿Qué sigue? La Casa Blanca está en la fecha límite para que envíe el documento acordado al Congreso de Estados Unidos, lo cual podría no ser en automático, derivado de los resultados de las elecciones de medio término a celebrarse en el mes de noviembre en aquel país. En lo que toca a México, el presidente Peña Nieto tiene hasta el 30 de noviembre para firmar el nuevo acuerdo trilateral, con lo que habría logrado su renegociación antes de que concluya su mandato, en medio de una suave transición que concluirá el 1 de diciembre. En una siguiente entrega, analizaré las implicaciones del nuevo acuerdo trilateral para las administraciones de López Obrador y Donald Trump.
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