Más que una etiqueta, la Responsabilidad Social Corporativa se ha convertido en una forma en la que empresas retribuyen a la sociedad y, principalmente, en un punto de partida para el impulso del desarrollo donde hace falta y la implementación de mejoras donde la sociedad más lo necesita. La Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC) ha abordado este compromiso en proporción a lo que representa como una de las empresas de mayor alcance en el país. De la misma forma en la que ha dispuesto una amplia infraestructura y ha evolucionado para ser una compañía total de bebidas –a través de un amplio portafolio de 75 marcas y 11 diferentes categorías–, también ha emprendido medidas de valor que impactan a nivel comunidad y a escala de país. Un ejemplo son los objetivos que ha cumplido en torno al uso inteligente de recursos como el agua: devolver a la naturaleza más del 100% del agua que utiliza en sus productos, la disminución del 35% del uso de este recurso gracias a tecnologías que optimizan los procesos y el tratamiento del 100% de las aguas industriales utilizadas por la compañía, las cuales son reutilizadas en otras actividades, como el riego. Generador de innovación y acciones sustentables Si bien el impacto económico de la IMCC es equivalente al 1.4% del Producto Interno Bruto, además de ser un generador de 97 mil empleos directos –y más de un millón de empleos indirectos–, para la compañía también es importante el uso de tecnología e innovación como parte de ese valor ambiental. En ese mismo renglón, el trabajo de lo que han llamado “Triángulo de Oro” es el principal secreto de las campañas exitosas que abandera la compañía total de bebidas. Es decir, la labor conjunta de iniciativa privada, sociedad civil e instituciones públicas, lo cual se ve reflejado en esquemas como el Programa Nacional de Reforestación y Cosecha de Agua, en el que la IMCC trabaja de la mano con SEMARNAT, CONAFOR, CONANP y Pronatura México, así como con más de mil 200 comunidades. La iniciativa, activa durante los últimos 10 años, suma resultados tangibles: la reforestación de más de 63 mil hectáreas y el mantenimiento de otras 67 mil, la construcción de 389 cisternas comunitarias y la construcción de 16 viveros comunitarios, por mencionar algunos. Como parte de este sentido sustentable que integra soluciones integrales, la IMCC puso en marcha PetStar, la planta de reciclaje de PET grado alimenticio más grande del mundo, e IMER, que fue la primera planta en su tipo en América Latina. Ambas sedes tienen la capacidad de procesar 85 mil toneladas, lo que equivale a 4 mil 100 botellas al año, o llenar tres veces el Estadio Azteca. La Industria Mexicana de Coca-Cola no limita su actividad sustentable en el proceso de elaboración de sus 75 marcas, sino también en el producto final que entrega al consumidor. Con esa filosofía en la que el cuidado del medio ambiente también implica el responder a las necesidades y estilos de vida de los mexicanos. Hoy en día la compañía ofrece un 45% de productos bajo o nulo en calorías y 260 presentaciones con menos de 100 calorías. Te recomendamos: El valor económico de la IMCC está centrado en futuro sustentable.

 

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