La economía mundial vive un momento de incertidumbre. El fantasma de la recesión amenaza con una nueva crisis, el índice S&P 500 de Estados Unidos entró a mercado bajista el lunes pasado, el invierno llegó a la criptoeconomía con caídas pronunciadas en los precios de las criptomonedas, la inflación no cede. En este contexto, la fiesta de altas valorizaciones, rondas de inversión y liquidez que vivieron las startups en América Latina ya muestra signos de resaca.

CEOs de diferentes startups reconocen que el ecosistema está por entrar a una fase de depuración. Unicornios como el mexicano Bitso o el brasileño VTEX ya han tenido que empezar a hacer recortes en sus plantillas laborales ante el nerviosismo por el escenario económico que se avecina. La startup mexicana Klar, que ofrece servicios financieros digitales, reconoce que se viene un momento complicado, pero se asume con los pies bien plantados para resistir el embate.

 Muestra de ello, dice Stefan Möller, cofundador y CEO de Klar, en entrevista con Forbes México, es la reciente ronda de financiamiento por 90 millones de dólares que servirá para tres objetivos: ampliar su cartera de clientes, desarrollar nuevos productos orientadas al ahorro e inversión de los usuarios y concretar adquisiciones estratégicas que le permitan reducir su base de costos “ahora que está el entorno de levantamiento de capital un poco más complejo”.

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“Dicen que las startups más paranoicas son las que sobreviven y mi trabajo es tener esa paranoia, no transmitirla, pero sí vivir siempre en un estado de alerta en donde tienes que estar entendiendo qué es lo que se viene y qué es lo que te puede matar en 18 meses, no en dos semanas. A lo que voy con todo esto es que estamos en una posición extraordinaria dado el capital que nos permite ejecutar este plan de negocios ambicioso, pero alcanzable”, cuenta.  

Su calmante ante el nerviosismo de los mercados mundiales, comparte, “es la paranoia que siempre nos caracterizó, porque más que prepararse, muchas empresas están corrigiendo errores que se cometieron de sobrecontratación. Nosotros nunca contratamos como si esta fiesta fuera a durar 5 años, siempre contratamos que era un pequeño lapso en un maratón muy largo, por eso no nos da nerviosismo, por eso seguimos ejecutando un plan de crecimiento de plantilla”.

“El costo de Klar de servir una cuenta es de un veinteavo de lo que le cuesta a un banco. Si hubiéramos crecido nuestra base de empleados como si no hubiera mañana, ese ratio sería muy diferente. Venimos de una base muy ligera, siempre ha sido nuestra filosofía esto de operar de manera muy ágil y eficiente e invertir en donde más palanca hay para el negocio que sigue siendo en tecnología, nunca nos inflamos demasiado y por ende no tenemos que llevar a cabo correcciones”, añade.

Möller cuenta que en los últimos 18 meses en los que las startups en América Latina vivieron una fiesta de liquidez y valorizaciones, Klar optó por no sobrecontratar personal para evitar los recortes que ahora varias compañías de base tecnológica están realizando. “A nosotros la resaca no nos pega, nos portamos bien, siempre supimos que iba a acabarse la fiesta y nos fuimos a dormir temprano para levantarnos con todo al día siguiente”.

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“Ahora la responsabilidad de nosotros como startups es asegurarnos de que haya sostenibilidad en los empleos que creamos, en los retornos para inversionistas, empleados y socios. Es importante mantener el enfoque de largo plazo y recordar que la misión de Klar es para 50 años. Este lapso de dos años es insignificante”, comenta Stefan Möller desde sus oficinas en Ciudad de México.

Klar ya vale 500 mdd

Desde 2019 cuando iniciaron operaciones formales, hasta la fecha, Klar ha logrado recaudar 150 millones de dólares de capital, lo que las posiciona como una de las fintech mexicanas que mayor inversión han atraído. En una de sus primeras rondas de financiamiento participó Santander a través de su fondo de capital emprendedor Mouro Capital, antes Santander InnoVentures. La última ronda de financiación fue liderada por la firma de capital privado General Atlantic.

Para Möller la inversión recaudada hasta ahora los “pone en una posición perfecta para ejecutar nuestro plan de negocios dentro del cual invertimos más de 100 millones de dólares en México a lo largo de los próximos 24 meses, en los que crecemos nuestra plantilla de 400 a 500 personas por lo menos (…) Construimos todo sabiendo que esta institución tiene que tener 10 millones de usuarios para ser relevante en el panorama nacional”. Incluso ya alcanzó una valorización de 500 millones de dólares.

Actualmente Klar ofrece dos productos: gasto, que incluye una tarjeta de débito, pagos móviles, transferencias dentro y fuera de la aplicación, pago de facturas de 200 servicios diferentes y un programa de recompensas con dinero. El otro son préstamos personales a través de crédito, pero trabaja en el relanzamiento de las compras diferidas en mensualidades, cuya versión beta prueba con 10,000 clientes, así como el lanzamiento de la opción de ahorro e inversiones.

Stefan comparte que en los últimos 12 meses Klar atrajo a 1.4 millones de clientes a su aplicación, con lo que se colocan a la par o por encima de instituciones de banca múltiple medianas del país. “En el primer trimestre generamos 7 veces más ventas en comparación con el primer trimestre del 2021 y el volumen de crédito que se ha otorgado en los últimos 12 meses es de alrededor de 2,000 millones de pesos”, ocho veces más que en los 12 meses previos.

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Más rápido que un banco

 Stefan Möller asegura que “la suma de 1.4 millones de cuentas adquiridas en los últimos 12 meses nos pone por encima de muchas instituciones financieras bancarias o de banca múltiple grandes”, con lo que Klar “empieza a ser una institución relevante comparada con muchas instituciones de banca múltiple pequeñas y medianas y el paso solo se va acelerando”. El truco, apunta, ha estado en ser una compañía de base tecnológica que ofrece servicios financieros.

“Nosotros tenemos la capacidad de abrir cuentas digitales de manera sencilla, ya que solo requerimos de datos básicos del cliente y cumplimos con el marco regulatorio. También brindamos la posibilidad de ampliar los límites del usuario si éste tiene un manejo adecuado de su cuenta, y eso es algo en lo que los bancos han fallado”, lanza.

Los algoritmos y el talento detrás de Klar le permiten hacer un análisis y seguimiento de las cuentas que se crean desde el nivel 1 al nivel 4. “Esa habilidad de modularizar tu oferta para que cada quien tenga lo que necesita es nuestro diferenciador más grande […] Los que hacen los bancos es que a todos le abren una cuenta nivel 4 porque no pueden dar un salto abrupto porque no tienen la tecnología, no tienen los procesos, ni tienen el talento”.

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Möller considera que la narrativa de los bancos tradicionales de pedir piso parejo con las fintech es una narrativa derivada de “su falta de tecnología, de años de no innovar, de complacencia, de sobrecontratación, temas de cultura o talento, no es por tema regulatorio. Si su carga regulatoria les parece demasiado pesada es por sus procesos, su falta de tecnología y su falta de cultura ágil […] El tema no está en la regulación, está en la ejecución”.

“El tema de que la tecnología esté al centro de las decisiones es algo que muy pocas instituciones de antaño han podido hacer. Nosotros la usamos en todo, desde cómo contestamos un ticket en el call center, hasta a quién le contestamos primero, a quién le damos una línea de crédito de 200 o 20,000 pesos, a quién le tenemos que ir a cobrar primero, en dónde creemos que hay un riesgo de lavado de dinero en donde necesitamos tal vez bloquear una cuenta, todo se opera en la nube, con algoritmos”, dice.

Y remata con dedicatoria a los bancos tradicionales: “el entendimiento en tiempo real de una base grande de datos nos permite maquilar productos a la medida de las necesidades del usuario y es algo en donde francamente es más fácil empezar de cero que migrar una tecnología de los años 70 a un entorno hiperescalable. Puedes tener la tecnología, pero si no armas tus procesos de tal forma que la tecnología sea un factor decisivo en la toma de decisiones, va a ser muy difícil que puedas aprovechar estos activos”.

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