Lógica del gabinete de AMLO: renuncia en IMSS

La renuncia de Germán Martínez Cázares al IMSS refleja dos aspectos que resulta relevante entender, en el contexto de la dinámica del gabinete y de los tiempos de la administración del presidente López Obrador. Por un lado, los gabinetes se integran dependiendo de las necesidades políticas en diversos momentos, por ejemplo, la primera etapa responde a la necesidad de dar viabilidad a la administración, a partir de la incorporación de aliados que resultan relevantes para sumar grupos o intereses a un proyecto en particular. Cuando eso deja de ser prioridad, entonces el gabinete cambia su integración para consolidar proyectos o administrar los espacios de influencia generados, entre otras prioridades. Por el otro, señala cuál es la línea realmente relevante dentro de la administración del presidente y qué es lo que a él interesa. La incorporación del ahora exdirector del IMSS fue necesaria como parte de esa etapa de cumplimiento de compromisos a aliados, que contribuyeron a dar viabilidad al triunfo electoral de Morena, por lo que llegó a ser senador y, posteriormente, designado en el cargo del que acaba de renunciar. Si bien no es la primera renuncia en el gabinete, pues en el pasado ya renunció Simón Levy a la subsecretaría de turismo y Clara Torres al programa de estancias infantiles, esta si resulta relevante por la forma, pues hace una denuncia pública que tiene varias aristas, pero también por el impacto político que puede generar al interior de la coalición que ganó la presidencia. El gabinete no está en crisis, sino que se ajusta, en este caso por decisión propia del exfuncionario, pero puede abrir un espacio de discusión al interior, que permita que otras u otros personajes encuentren la coyuntura para irse. Sin embargo, esta renuncia deja ver otro aspecto que tiene que ver con las divisiones al interior de la administración, peor también la línea de mando que el presidente ha definido para el cumplimiento de sus prioridades y que, claramente, descansa en la Secretaría de Hacienda. El presidente busca controlar cualquier espacio de acción de gobierno, le corresponda o no al titular del ejecutivo hacerlo, por lo que el IMSS no podría quedar fuera de dicho arreglo. Si bien en la renuncia, Martínez Cázares se cura en salud señalando las condiciones que vive el IMSS, es claro que su pugna es contra hacienda y la necesidad de control presidencial, a través de dicha secretaría, lo que el mismo presidente confirmó una vez que se enteró de la renuncia. El control de las estructuras administrativas y espacios de toma de decisiones es fundamental y se logró, en una primera instancia, a través de la centralización de las oficialías mayores, así como de los procesos de compra de la administración federal. Tal vez la carta de renuncia de Martínez Cázares refleja lo que ocurre en otras dependencias de la administración federal, con la diferencia de que las lealtades políticas y el capital político de sus titulares dependen del propio presidente y a que, la mayor parte no tienen una senaduría o diputación para mantener su vigencia política. Plazas congeladas, procesos de compra detenidos, convenios sin pago, recursos detenidos, etc., son condiciones que se han venido denunciando en otros espacios, pero con resultados limitados. Claramente el presidente busca rediseñar la estructura administrativa de la administración federal, para asegurar control de las decisiones sobre y uso de recursos, pasando sobre la estructura, grupo o persona que sea, pues, sin ello, no podría tener certeza sobre el cumplimiento de sus promesas de campaña. Es por ello que la renuncia y la respuesta presidencial a ella, es un mensaje para el resto de la administración pública y para quienes aún no creen que los procesos de centralización y concentración, apenas se están dejando ver y sentir.   Contacto: Twitter: @aglopezm Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.