Elon Musk y Jeff Bezos están enfrascados en una nueva carrera espacial con sus respectivas empresas, Amazon y Tesla. ¿Cuáles son las implicaciones de sus logros?   Por Alex Knapp La compañía espacial de Jeff Bezos, Blue Origin, rompió un nuevo récord en enero, cuando aterrizó con éxito el cohete en el que envió su cápsula New Shepard al espacio suborbital, el mismo cohete que la compañía lanzó y aterrizó en noviembre. Para no quedarse atrás, SpaceX de Elon Musk aterrizó en diciembre con éxito su cohete Falcon 9 después de haber lanzado 11 satélites a órbita, una tarea mucho más difícil. La carrera espacial reciclable ha comenzado. Hasta la década de 1980, poco de lo que era lanzado al espacio volvía a la Tierra, en realidad lo único eran las pequeñas cápsulas de los astronautas. El transbordador espacial representó un nuevo nivel de reciclaje, pero su renovación era sumamente laboriosa porque requería la inspección de todas las baldosas de cerámica resistentes al calor y la NASA ahorraba poco. La nueva carrera espacial tiene como objetivo hacer un núcleo reutilizable que ahorre costos: SpaceX afirma que la reutilización puede ayudar a reducir los costos de un lanzamiento de los 61 millones de dólares (mdd) actuales a entre 5 y 7 millones. (Con entre 40 y 50 millones, una nueva primera etapa del Falcon 9 es, por mucho, la parte más grande del presupuesto de lanzamiento de SpaceX.) Virgin Galactic, de Richard Branson, está desarrollando vehículos de carga reutilizables, al igual que Sierra Nevada Corp., que acaba de ganar un contrato clave de la NASA para transportar carga a la Estación Espacial Internacional usando su Dream Chaser, una nave de aspecto muy similar al del Shuttle de la NASA. Esa nave espacial puede usarse al menos 15 veces y cuesta mucho menos que el Shuttle, gracias a un diseño más inteligente y porque requiere de menos mano de obra para rehabilitarlo. La reutilización no garantiza el ahorro de recursos. Recuperar, mover, inspeccionar y reabastecer de combustible un cohete añade costos. Y la reserva de combustible para el aterrizaje guiado añade peso que de otro modo podría ser asignado para la carga y generar ingresos. Pero incluso la reducción de costos a la mitad sería un gran logro para SpaceX, y la industria, abriría la puerta a más startups y permitiría a los jugadores más grandes reinvertir en I+D lo que habrían gastado en los lanzamientos.

 

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