En México, una atención a la salud con un buen aprovechamiento de la tecnología se encuentra lejos debido a factores socioeconómicos, de acuerdo con un estudio realizado por Deloitte.
En el análisis “El futuro de la salud en América Latina”, la consultora asegura que en la región hay realidades adversas que requieren acción para progresar en el sector.
Refiere que entre esas barreras se encuentra el acceso a la conectividad, ya que para algunas personas es complicado adquirir un dispositivo o servicio de internet debido a los altos costos que ello representa.
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A pesar de que la mayoría de la población latinoamericana vive cerca de una señal 4G, el uso y la penetración siguen siendo bajos, con un nivel de 37%, detalla Deloitte en su estudio que además de México consideró a Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Costa Rica.
“Además, factores socioeconómicos como el aumento constante de la inflación, la devaluación de las monedas y los cambios de gobierno hacen que los recursos de servicios médicos se destinen, casi en su totalidad, a actividades de atención primaria en salud, mientras que son pocos los que se asignan a iniciativas como la mejora de los modelos operacionales (…)”, añade.
En el caso de México, dice Deloitte, el programa gubernamental Unidad de Contacto para la Atención a Distancia en Salud (UCADS), que tiene como objetivo poner servicios médicos especializados a disposición de las áreas remotas, padece las barreras de mala infraestructura del país, que han impedido los intentos de expandir este servicio a nivel nacional.
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Lo necesario para mejorar la salud
A pesar de que la pandemia de Covid-19 aceleró el uso de la tecnología en la atención a la salud, se requieren acciones por parte de varios actores del sistema de salud de los países, para que se materialicen con éxito medidas para mejorar la atención a la salud, dice Deloitte.
Las personas, además, señalan la necesidad de un modelo integrado de prestación de atención médica, en el que el paciente sea atendido de manera holística, en lugar de ser revisado parcialmente por especialistas, exponen los resultados de la investigación.
“Esto exige que el modelo operacional actual se rediseñe en torno a las necesidades reales del consumidor y ponga en marcha programas para que la fuerza laboral de la salud esté capacitada para brindar una atención más integral en un entorno diferente”, refiere el estudio.
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