México dejó de ser hace mucho tiempo uno de los principales exportadores de maíz del mundo y ahora comenzará a importar maíz proveniente de Argentina a partir de este año. El país es en estos momentos es el tercer importador de maíz en el mundo. Traer maíz de países como Chile y Argentina, los competidores más fuertes de México, cuesta entre 1,800 y 2,000 dólares. Traer una tonelada de maíz de Centroamérica le cuesta al país entre 2,400 a 2,800 dólares. “Mientras nosotros vendemos un maíz transgénico, ellos venden un maíz 100% orgánico natural. Eso nos pone en desventaja frente a nuestros posibles competidores norteamericanos. Siendo nuestra principal empresa importadora Kellog de Estados Unidos y México”, explicó Sergei Lizama, experto en finanzas de las Escuela Bancaria y Comercial (EBC) del Campus Chiapas. Transportar maíz de Estados unidos a México, tienen un costo promedio de 1,500 a 1,800 dólares, según productores nacionales y la Secretaria de Economía. El precio de venta internacional por tonelada esta en promedio en 1,500 a 1,600 dólares. “Esto hizo que se tomara la decisión de liberar el precio de la tortilla de 1994 a 1995, justamente porque los costos de transportación eran muy elevados”, añade Lizama. La producción de maíz grano en México ha crecido en promedio 2.6% anual, para totalizar 23.27 millones de toneladas durante 2014. El 89% de la producción total correspondió a maíz blanco, 10.4% maíz amarillo y el restante 0.6% a otros tipos de maíz, dicen datos de Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (Fira). También puedes leer: México comenzará a importar maíz de Argentina en 2017 El maíz tuvo su auge en la década de los 70 hasta mediados de la década de los 80. Con el programa Sistema Alimentario Mexicano la producción de maíz llegaba cada año en promedio a 56,000 toneladas en promedio al día. “Esa situación cambió a mitad de la década de los 80, cuando empezó un cambio radical en la estructura de la economía mexicana impulsando más al sector industrial”, dice  Lizama. Para 1980, las importaciones de alimentos habían alcanzado un nivel alarmante: más de 25% del consumo de maíz de México venía del extranjero, dice el estudio El Sistema Alimentario Mexicano (SAM): ascenso y decadencia. La consecuencia inmediata de esta situación fue que los pequeños productores, dejaron de producir el maíz o el poco que se producía era para el mercado interno y los grandes productores decidían enviar su producción hacia Estados Unidos como primer destino comercial. A finales de los 80, la producción solamente llegó a ser de 12,000 a 14,000 toneladas. Actualmente todo el maíz que llega a China y Japón proviene de Estados Unidos.   Maíz transgénico A nivel nacional se consumieron 35.6 millones de toneladas durante el año agrícola 2015, lo que representa un incremento de 5.8% en relación a 2014, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). El principal tipo de maíz que México está generando actualmente es el llamado transgénico de nueva generación. Es una combinación del maíz común, el maíz amarillo tradicional, con una nueva generación de maíz llamado Plus X5. “Este producto es el que están comprando cooperaciones principalmente como Kellog de Estados Unidos y de México para la elaboración de hojuelas de maíz, principal destino del maíz nacional”, destacó Sergei Lizama. Las relaciones bilaterales con Estados Unidos ponen más tensión al problema del maíz en México. “La salida del maíz mexicano y de los pequeños productores, hacia el mercado de Estados Unidos se hace vía Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De darse la ruptura del tratado, prácticamente los pequeños productores se quedarían sin tener ese contacto o esa vía comercial”, destacó Lizama. Este problema, enfatiza Lizama, llevaría a los pequeños productores a vender el producto sólo en el territorio nacional, y esto sería complejo ya que el maíz no es un productor líder en la economía nacional. “La importación que es fundamental para empresas como Mazeca, también se pondría en riesgo por que la vía de importación hacia esta compañía es a través del TLCAN”, dijo Lizama. El maíz hasta el momento entra como un producto libre de aranceles y el transgénico que está pasando a México, es apenas con el 1.25% arancelario. El maíz entro al TLCAN con un arancel de casi 9% y así se mantuvo de 1994 al 2000. Para muchos productores ya no era tan rentable exportar el producto. “Ahí nos ganó la partida Estados Unidos ya que se convirtió en el primer exportador a nivel mundial de cereales y de maíz”, destacó Lizama.   Retos Que México pertenezca a los primeros cinco lugares de los países que más importan maíz, afecta de manera importante a los pequeños y hasta para los grandes productores locales. “Ellos (los grandes) han visto la manera de expandirse en mercados principalmente a Europa y Asia, porque realmente seguir importando maíz de Estados Unidos los está poniendo en graves problemas”, destacó Lizama. La aportación que el maíz da al Producto Interno Bruto es de sólo 2.2%. “Comparado con lo que es un sector industrial que tiene arriba de 35% del PIB, es casi nada a nuestro PIB”, comentó. El especialista Sergei Lizama, considera necesario un sector agroindustrial para tratar de recuperar el campo y la producción de maíz. También puedes leer: El emprendedor centroamericano que vio una “mina de oro” en el maíz “Se debe generar un programa importante como el programa Sistema Alimentario Mexicano, implementado con una agroindustria. Nos hace falta en el país un sector agroindustrial para los productos agropecuarios, creo que ahí es donde estamos detenidos, porque aquí lo producimos, más no lo transformamos”, destacó el especialista de la EBC. Según Sergei Lizama, un mayor financiamiento, semillas mejoradas, asistencia técnica, son las herramientas que debería implementar el gobierno federal para impulsar al campo mexicano. “Un campo mexicano que parece que está en el olvido, ya que sólo aporta 5% al PIB del país”, comentó. Otro de los retos que enfrenta el campo y el maíz, es la necesidad de agua para los cultivos. “El tema del agua pone en mayor peligro a este tipo de productos, ya que se requiere una cantidad importante”, advirtió Leticia Armenta Fraire, directora del Centro de Análisis Económico del Campus Ciudad de México.

 

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