En días recientes Nancy Pelosi fue elegida presidenta de la Cámara de Representantes en Estados Unidos, quien ya había ocupado ese cargo por primera vez de 2007 a 2011. Como líder de la nueva mayoría demócrata en el Congreso, Pelosi se perfila para ser la mujer más poderosa de la política estadounidense. Quienes celebran este hecho, también destacaron el carácter histórico de las elecciones intermedias celebradas en noviembre en ese país: el saldo fue el mayor número de candidatas a gobernadoras, a la Cámara de Representantes y al Senado, así como el mayor número efectivo de mujeres congresistas. Esto, sin entrar al detalle de que también se trata del mayor aumento de mujeres afrodescendientes y nativas americanas electas, o que por primera vez dos mujeres musulmanas llegan al Congreso norteamericano. El año 2019 inicia así con un escenario alentador para las mujeres como tomadoras de decisión en la política estadounidense. ¿Cuál es el escenario para las mujeres en México? Sabemos que, derivado de las elecciones federales de 2018, al inicio de la Legislatura, 241 de las 500 curules en la Cámara de Diputados estaban ocupadas por mujeres, mientras que en el Senado hay 63 mujeres y 65 hombres. Una paridad no vista en la historia de ambas Cámaras. Estos números han sido destacados como uno de los logros de la pasada elección, lo que ha intentado ser reflejado en la estrategia de comunicación de la Cámara de Diputados, con la frase “La LXIV Legislatura, Legislatura de la paridad de género”. Sin embargo, a ese optimismo se contrapone otros hechos como que hoy solo una mujer es líder de un grupo parlamentario en el Senado, por parte del PES, o que las presidencias de ambas Cámaras estén en manos de dos hombres, Porfirio Muñoz Ledo y Martí Batres, en la Cámara de Diputados y el Senado, respectivamente. Una historia un poco más compleja sucede en el caso de las comisiones al interior de las Cámaras, espacios estratégicos para la labor legislativa. En el caso de la Cámara de Diputados se no se logró una distribución paritaria de presidencias de las 45 comisiones ordinarias, aunque algunas de las más importantes como Puntos Constitucionales, Hacienda, Gobernación y Población, Justicia, Radio y Televisión están presididas por mujeres  En el caso del Senado, además de que tampoco se logró una distribución equitativa entre ambos géneros, al quedar  21 mujeres como presidentas de 46 comisiones, las más importantes como Economía, Energía, Gobernación, Puntos Constitucionales o Hacienda están a cargo de hombres. En suma, aunque los números hablan de una presencia paritaria entre géneros en el Poder Legislativo federal, cualitativamente no hay correspondencia en la participación de mujeres al frente de los espacios claves para la toma de decisión del Legislativo. Junto con la paridad histórica alcanzada en las Cámaras, tenemos por primera vez la conformación paritaria en el gabinete del gobierno de México: de 16 carteras ocho mujeres están al frente de Secretarías de Estado, más allá de las tradicionalmente consideradas menos relevantes o “más femeninas”. Como nunca en este país, las mujeres han conseguido una representación política en el Poder Legislativo y en el Gabinete, no obstante que a la par de estos avances han surgido nuevos retos como el de la violencia política, fenómeno que en las pasadas elecciones alcanzó su mayor expresión, o lo que parece un reparto de comisiones legislativas con un sesgo de género. Lo que sigue será también inédito en nuestro país. El derecho de la participación política de las mujeres en condiciones de igualdad es un tema de justicia. En otras palabras, es un fin en sí mismo. Sin embargo, también es cierto que la integración paritaria del Congreso mexicano trae aparejado otras expectativas, como vislumbrar si esta composición tendrá algún impacto relevante en la agenda política y la producción legislativa con un enfoque de género. Por lo pronto, la reciente aprobación del presupuesto 2019 que recortó recursos para salud materna y estancias infantiles para madres trabajadoras, deja una desazón en muchas mujeres.   Contacto: Twitter: @palmiratapia Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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