México tiene una oportunidad histórica para llevar al siguiente nivel a la industria tecnológica en su territorio, misma que liderará la economía del futuro. A través de la globalización y las necesidades empresariales actuales, el fenómeno del nearshoring en conjunto con la transformación digital está tomando fuerza al demostrar que puede mejorar drásticamente las operaciones empresariales con países de proximidad geográfica. 

Actualmente, las empresas extranjeras que buscan aventajarse e innovar la calidad de su trabajo están encontrando gran valor estratégico y económico en México, debido a sus características. Una de ellas, es la creciente innovación que nace del talento humano que se impulsa internamente, siendo la semilla del éxito del nearshoring y el desarrollo tecnológico en el país. 

Esto cobra mayor relevancia al tomar en cuenta algunos datos puntuales: según el Consejo de Empresas Globales (CEG) (2023), el nearshoring podría generar hasta 4 millones de empleos en territorio mexicano para 2030, recibiendo entre 30 y 50 mil millones de dólares anuales. Asimismo, la UNESCO (2022), afirma que aproximadamente 75% de los empleos de los próximos años estarán relacionados a conocimientos STEM. 

Esto último representa un reto importante en la región, ya que, según datos de la OCDE, el porcentaje de graduados de carreras STEM en América Latina se encuentra entre el 34% y el 45% del total de profesionistas. Afortunadamente, en México se está logrando una acelerada adopción de conocimientos tecnológicos que determinarán el camino de las industrias y el aprovechamiento de la nueva economía. 

Ahora ya es una realidad la democratización de habilidades y conocimientos de tecnologías que permearán cada rincón de la vida como la inteligencia artificial (IA) en México, a través de programas como Intel AI For Youth, que impulsa el talento de jóvenes tecnólogos y el desarrollo de la industria en el país. Ejemplos como estos, son cada vez más comunes a lo largo del territorio para empalmar el éxito social y laboral de las futuras generaciones con el éxito empresarial y económico del país, lo que sin duda resulta sumamente atractivo para estrategias de nearshoring en el territorio nacional. 

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Esto despegaría un boom económico, ya que se espera que México, a través del nearshoring, incremente su producto interno bruto (PIB) hasta 2.5% en los próximos seis años, además de alcanzar niveles de inversión extranjera directa (IED) de hasta USD 50 mil millones (Ceeg, 2023).

Como consecuencia, estos factores sociales y económicos permitirán mejorar la adaptabilidad de cualquier industria y minimizar los riesgos de las cadenas de suministro al no depender de un solo territorio, como el continente asiático. Las estrategias de negocio ahora deben contar con una visión global y local que permita un flujo positivo ante cualquier escenario dentro de un mundo cambiante y globalizado. 

En el caso de México, esta es una oportunidad bilateral que se extiende dentro y fuera del país, pues tenemos dos grandes beneficios: somos vecinos y el mayor socio comercial de los Estados Unidos, la economía más grande del mundo y un líder en innovación tecnológica y, servimos como un puente entre Norteamérica y el resto de los países del continente. 

Esto permite un flujo más veloz y flexible para las empresas norteamericanas y las economías latinas, que ya están siendo conscientes del valor agregado de esta coyuntura geográfica. Esto generó que en 2022 la inversión extranjera directa aumentara un 12% en comparación con el año anterior en México, según datos de la Secretaría de Economía, mismos que retratan la realidad del nearshoring. 

Con esto, no cabe duda de que México es pieza clave para aprovechar este panorama y fomentar una unión continental que fortalezca nuestras economías. Uno de los pasos más importantes para lograrlo, sería reubicar las cadenas de suministro que se encuentran en otros continentes, lo que aceleraría un 30% las exportaciones en México en los próximos años, según Bank of America (2022). 

En específico, teniendo en cuenta que Norteamérica es idóneo para temas de tecnología por su acceso optimo a energía, recursos y talento, es importante seguir rebalanceando la cadena de suministro de los semiconductores, que es el componente fundamental para cualquier industria y tecnología del mundo. Favorablemente, México ya participa en cinco de las seis grandes fases del proceso de elaboración de un chip: Investigación y Desarrollo, diseño, validación, ensamble y pruebas de semiconductores. 

Para dar continuidad a este camino, el nearshoring debe acompañarse con las tecnologías más innovadoras que moldean este momento histórico. El sector empresarial debe estar preparado para implementar tecnologías indispensables como la computación ubicua, conectividad omnipresente, infraestructura del cloud al Edge y la inteligencia artificial, que serán cruciales para la economía del futuro. 

México tiene todo a su favor para lograr ser uno de los países líderes gracias a sus ventajas geográficas, humanas y económicas. Sin duda, este momento histórico requiere de gran consciencia gubernamental, empresarial y social para sacarle el máximo provecho al nearshoring en conjunto con la industria tecnológica y tener un alcance positivo en cada rincón del mundo que mejore la vida de todos los seres vivos. 

Contacto:

Santiago Cardona, director general de Intel para Hispanoamérica

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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