Por: Benjamín Alemán Castilla y José Carlos Rodríguez Pueblita

Recién se confirmó que Tesla construirá una planta en Nuevo León. ¿Es parte del fenómeno nearshoring o sólo una anécdota en la inercia de rápido crecimiento de exportaciones de México?  Las estimaciones del impacto del nearshoring para México arrojan un crecimiento potencial anual de entre 6% y 9% de sus exportaciones, ¡con un aumento acumulado del PIB de hasta 3.5 por ciento en un periodo de 5 años, adicionales al crecimiento tendencial!

Hoy, México sigue siendo muy competitivo, en cuanto a mano de obra se refiere. Un trabajador promedio en México gana USD 359 mientras que en China el trabajador promedio obtiene USD 1,176, como resultado del elevado crecimiento de la economía china y el aumento en la capacidad de compra de sus ciudadanos. Si a eso sumamos la tensión EE. UU.-China, el atractivo de China como destino de inversiones para manufactura se ha reducido. 

México tiene, además, nuevas fortalezas, obtenidas durante el proceso de globalización de los últimos 25 años: mano de obra más calificada, know how -conocimientos de los métodos de trabajo de los extranjeros- y know who -los inversionistas ya nos conocen y saben con quién tratar y con quién no- lo que nos convierte en un destino doblemente atractivo cuando los factores geopolíticos entran en acción. Parece que tenemos todo para que vivamos un segundo renacimiento de las exportaciones. 

Pero hay que tomarnos al nearshoring con un grano de sal. Aunque va a generar una derrama sustancial a la economía nacional, es importante considerar cómo se tomaron las decisiones que llevaron al anuncio de inversión de Tesla, en lugar de enfocarnos en los resultados, porque eso nos ayudará a entender si México será capaz de capitalizar el potencial del nearshoring o será una oportunidad perdida.

Ese proceso en la toma de decisión fue el mismo que obtuvo como resultado la cancelación del proyecto del NAICM, la construcción de Dos Bocas y la cancelación de la planta de Constellation Brands. 

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En su libro “Loonshots”, Safi Bahcall echa mano de conceptos de management y física para revisar minuciosamente historias de éxito rotundo, éxito trunco y fracaso en proyectos de ciencia, tecnología y negocios. Ilustra el delicado balance entre el rol del líder y la institucionalización de las organizaciones, mostrando posibles trampas que limitan que un gran proyecto se convierta en revolucionario o muera en el camino, independientemente del posible valor potencial que genera. Los aprendizajes son muy valiosos y aplicables para el “nearshoring”. 

Bahcall explica que las grandes ideas requieren de un sólido liderazgo, con un equipo de “soldados y creativos” que interactúen de la manera correcta en el momento adecuado, pero a la vez requieren de la estructura adecuada para lograr el dinamismo correcto entre los diferentes actores de una organización. 

Uno de los corolarios nos queda “como anillo al dedo”: Explica que cuando las ideas avanzan a placer de un “líder sagrado que actúa por mero amor a los proyectos disruptivos en lugar de la fortaleza de la estrategia”, se generan ciclos viciosos en los que los proyectos insignia generan ganancias extraordinarias en cortos periodos de tiempo, dominando la dinámica innovadora; así, el líder se convierte en el todopoderoso que dicta qué proyecto amerita recursos y energías para convertirse en la nueva gran historia de éxito, en lugar de enfocarse en replicar el triunfo mediante la transferencia de conocimiento y cesión del control a un equipo que maximice el potencial. ¿Suena familiar? A esto Bahcall le llama la “Trampa de Moisés”, en alusión al personaje bíblico que, con su liderazgo y tenacidad, logró movilizar al pueblo judío fuera de Egipto y lo guio a la tierra prometida hasta su muerte, sin lograr llegar al destino. 

En esa trampa cayeron Juan Trippe, de PanAm, y por ello perdió la batalla contra American Airlines; Edwin Land, de Polaroid, quien dilapidó su energía y la capacidad de generar dinero para su moribunda e icónica empresa; y Steve Jobs, en su primera versión de liderazgo que lo llevó a su expulsión de Apple, al inicio de su trayectoria. 

El nearshoring requiere de ciertas condiciones para que no tenga un paso fugaz por nuestro país. El balance entre los actores es crucial, suponiendo que tienen la capacidad de crear y ejecutar. Los intereses políticos y las rivalidades partidistas juegan en contra del equilibrio requerido. 

Extrapolando las ideas del libro a nuestra realidad, el éxito del nearshoring se logrará cuando se transfiera el control a los ejecutores y se generen las condiciones para la replicación del éxito como si fuere una “franquicia”, que implica lograr que coincidan varios elementos: capital humano suficiente, infraestructura adecuada, seguridad en el entorno, energía, agua, logística, financiamiento, etc.  

Se antoja complicado debido a que los ejecutores de la franquicia del nearshoring pertenecen a diferentes bandos políticos y niveles de gobierno, mientras que el líder (gobierno federal) parece haber caído en su Trampa de Moisés.

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*Ambos autores son profesores del área de Entorno Económico de IPADE Business School.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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