Se cumplió el plazo: hoy las 16 alcaldesas y alcaldes que gobernarán durante los próximos tres años se despojaron del título de “electos” y rindieron protesta al cargo ante el Congreso de la Ciudad de México.

Su llegada formal a la arena política inicia la cuenta regresiva hacia la contienda electoral de 2024, para la cual ya se mira a Claudia Sheinbaum como aspirante presidencial.

Las alcaldesas y alcaldes llegaron por goteo al recinto legislativo de Donceles y Allende, en el Centro Histórico, prestos a dar declaraciones a la prensa.

Como dicta el ritual de cada tres años, los alcaldes y alcaldesas llevaron gente de sus territorios par que les arengaran. Y eso, como cada tres años, ameritó despliegue policial y su consecuente cierre de calles en el entorno del Congreso de la Ciudad de México

Sin embargo, a diferencia de los años dorados del PRD en los que llevaban a cientos de simpatizantes que, en modo barra de futbol arengaban a sus funcionarios, en esta ocasión no hubo ánimo festivo. Apenas unos cuantos gritos en apoyo de la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón García, quien ingresó exactamente por el lugar donde el 30 de agosto protagonizó una gresca con policías que le dejó como saldo un corte en la nariz.

Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, fue la primera en llegar de los 16 alcaldes y alcaldesas. Como lo hizo días después de la elección del 6 de junio, reiteró que en 18 meses hará de esta demarcación el mejor territorio de la capital. Incluso dijo que en ese plazo acabará con el crimen organizado que se asentó en este territorio y para ello, adelantó, contará con la asesoría del doctor Manuel Mondragón y Kalb, exjefe de la Policía capitalina y secretario de Seguridad Pública federal.

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La conversación previa a su toma de protesta giró en torno al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y el 2024, año en que se renovarán ambos cargos. La oposición llamó al gobierno de la ciudad a gobernar con piso parejo para los 16 alcaldes. Morena destacó que quedan tres años para apuntalar el proyecto de la llamada Cuarta Transformación en la capital del país.

La oposición aprovechó para reiterar acusaciones que lanzaron durante el periodo de transición: las administraciones salientes no dejaron presupuesto para terminar el año y hay deudas por pagar.

Al respecto, el secretario de Gobierno, Martí Batres, comentó al llegar al Congreso: “vamos a estar atentos, sin embargo, tienen recursos garantizados para funcionar y para el pago de los trabajadores, funcionarios”.

Y reiteró: “lo hemos dicho una y otra vez, vamos a trabajar con los 16 alcaldes, de hecho la próxima semana tenemos reunión de Cabildo, estamos convocando el día de hoy al primer Cabildo para la próxima semana, (…) los temas específicos los vamos a tratar con cada una de las alcaldías, cada una tiene su problemática particular, haremos reuniones particulares con cada alcaldía”.

Incluso hubo un destape: el alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, aprovechó las cámaras y los micrófonos de la prensa para levantar la mano y sea tomado en cuenta para las elecciones de 2024 para la jefatura de Gobierno capitalino. Tres administraciones como titular de la demarcación y una diputación local, dijo, respaldan su trabajo.

A diferencia de los alcaldes y alcaldesas del PAN, Rubalcava, de extracción priista, refrendó el trabajo coordinado con Sheinbaum.

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Juntos, pero no revueltos. Así podría describirse el ingreso de las y los 16 alcaldes y alcaldesas al recinto legislativo de Donceles. Primero entraron en bloque los emanados de Morena, entre aplausos de sus bancadas. Después lo hicieron, también en bloque, los de la oposición, entre aplausos de sus bancadas. Una vez iniciada la sesión no les quedó opción que sentarse de forma intercalada, de acuerdo con el orden alfabético de la alcaldía.  

De las 16 nuevos alcaldes, nueve provienen de los partidos de oposición (PAN, PRI y PRD) y los siete restantes pertenecen a Morena, partido que hasta ayer tenía el control de 13 alcaldías. Se trata del mayor número de demarcaciones controladas por la oposición desde 2000, cuando el PAN gobernó en seis territorios y el jefe de Gobierno era el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador.

Muchas cosas pasaron entre la elección del 6 de junio y el inicio de las nuevas administraciones locales. Una de ellas fue la conformación de la Unión de Alcaldes de la Ciudad de México (UNACDMX), integrada por los nueve funcionarios emanados del PAN, PRI y PRD, bloque al que Morena, el partido en el gobierno central, mostró rechazo con un “no se pueden conformar sindicatos de alcaldes”.

El episodio más relevante fue la gresca que el 30 de agosto algunas alcaldesas y alcaldes de la UNACDMX protagonizaron con policías a unas calles del Congreso en el que hoy rindieron protesta. Hubo empujones de ambas partes y Lía Limón, alcaldesa de Álvaro Obregón (PAN), resultó con una herida en la nariz.

Esto ocurrió a unos días de que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, recibiera de forma individual a las y los 16 alcaldes electos. Fue el momento más tenso de la relación entre el gobierno central y la oposición, y se distendió tras las reuniones entre la mandataria capitalina y los entonces alcaldes y alcaldesas electas. Incluso, la jefa de Gobierno los invitó a su tercer informe de gobierno, el 17 de septiembre, al cual asistieron.

A diferencia de la distancia que hubo en el periodo de transición, apenas tomaron el cargo las y los alcaldes y el secretario de Gobierno, Martí Batres informó que están convocados todos a una sesión de Cabildo el próximo miércoles. Sería la primera bajo la nueva configuración política de la capital.

Diputados piden a nuevos alcaldes dejar la polarización

En la sesión donde tomaron protesta los alcaldes, el diputado Royfid Torres, de Movimiento Ciudadano, les pidió que no se continúe con “el juego de la polarización”, pues aludió a los morenistas y los acusó de dividir la Ciudad de México entre buenos y malos y en crear discursos de odio.

“Fue la ciudadanía quienes les demostró que esa no es la ciudad que queremos y por eso perdieron más de la mitad del territorio (…) No es la ciudad que creyó en una transformación y no ha llegado”, dijo.

En tanto, el panista Christian Von Roehcrich señaló que los ciudadanos espera de sus gobernantes atender sus problemas y no que generen “polarización interminable”, por lo que pidió que en esta nueva etapa, prevalezca la civilidad y el respeto.

“En esta etapa política de la Ciudad esperamos lealtad democrática y una ética pública, donde prevalezca la civilidad y el respeto. Aún en medio de nuestras diferencias no aspiramos ni esperamos un clima de confrontación, sino de encuentro y de entendimiento”, comentó.

Ante ello, Morena se defendió. El diputado Octavio Rivero pidió a los alcaldes, sobre todo a los de oposición, no usar su cargo “como vulgar trampolín para generar conflictos sin sentido con el Gobierno local o con otras alcaldías”.

Enfatizó que su partido gobernará a la mayoría de los habitantes de la CDMX, pues tendrán las alcaldías con más población: Gustavo A. Madero e Iztapalapa.

“Quienes apuesten a  la división de la población, quienes quieren ver a la ciudad por colores y no por circunstancias, se equivocan. Para nosotros es y será fundamental garantizar la igualdad de oportunidades y de desarrollo”, afirmó el legislador morenista.

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