Por Luciano Scandolari* y Luis Huitrón** Desde hace un par de años ha habido una actividad recurrente de fusiones y adquisiciones entre las compañías de tecnología, medios y telecomunicaciones. De acuerdo con el TMT Deals Insights, de PwC, en el segundo trimestre de 2018 se registró una cantidad de 194 transacciones en estos sectores en Estados Unidos, por un valor de 44,900 millones de dólares, de las cuales tres fueron por más de 5,000 millones de dólares. Uno de los megadeals más mencionados, aprobado en junio de este año, es el de AT&T con Time Warner. Estos gigantes de telecomunicaciones y medios se complementan para fortalecer su oferta de contenidos y de distribución. Esta ola de transacciones la llamamos Convergencia 3.0, y es uno de los temas centrales del Global Entertainment & Media Outlook (GE&MO) 2018-2022, de PwC. Para los actores del sector ya no es importante ser dueño solamente del canal de transmisión, sino también del contenido que se va a compartir. Desde la perspectiva del consumidor, él paga por el acceso a los programas que quiere ver. En esta etapa de consolidación, en la que tanto los productores buscan canales de distribución como los operadores examinan contenido qué distribuir, esperamos seguir viendo transacciones importantes. La Convergencia 3.0 en América Latina En América Latina, la tendencia va a ser similar, aunque es necesario hacer algunas anotaciones. El contenido es cada vez más global, una misma serie de televisión es vista en distintas geografías y, en esa tendencia, los contenidos o producciones que han sido muy locales no necesariamente tienen el mismo atractivo que el contenido global. Por ejemplo, las telenovelas producidas en México, generalmente tienen un mercado concentrado en Latinoamérica y en la población mexicana en EU. Se espera que haya transacciones en América Latina, pero que sean más puntuales y pequeñas porque la frecuencia de producción es menor. Creemos que las producciones locales de contenido se van a quedar en manos de latinoamericanos que buscan ese nicho, pero definitivamente también se hará el experimento en esta región de que las empresas sean tanto dueñas del canal de transmisión como del contenido. Por ejemplo, el proveedor de video over the top (OTT) Netflix genera contenido que es visto en varias partes del mundo. Si bien ha hecho series específicas para el mercado mexicano, recientes experiencias muestran que también pueden ser rentables en países hispanohablantes. Entre 2017 y 2022, se espera que los ingresos en México por video OTT aumenten 11.1% por año, un crecimiento mayor al esperado a nivel global (10.1%) y en Latinoamérica (10.7%). Las aprobaciones de las fusiones y adquisiciones por parte de las autoridades regulatorias han sido un gran reto en Estados Unidos, donde la operación de AT&T y Time Warner estuvo sujeta a un escrutinio significativo. Es esperado que los gobiernos de México y del resto de Latinoamérica tomen esta vía y miren más de cerca los movimientos que se produzcan en sus países. Los activos en los sectores de telecomunicaciones y medios tienden a ser estratégicos desde el punto de vista nacional y político, debido a que son una forma de contactar a la población, de emitir mensajes y directrices y de mantener la presencia en la mente de las personas. También hemos visto en México que, a medida en que las audiencias migran a plataformas de contenido digital, algunas divisiones de negocio de contenido tradicional se han puesto en venta. No obstante, hay todavía un segmento valioso de la audiencia escuchando la radio, leyendo el periódico impreso o en línea. Es un mercado más pequeño, pero va a seguir existiendo. No sería extraño si los activos que se desprendan de las grandes compañías queden en manos de un jugador más regional. Contenido exportable En la Convergencia 3.0, los jugadores que sean dueños de los canales de distribución tendrán un crecimiento orgánico gracias al contenido. Es importante que se concentren en lo que la gente quiere ver y está dispuesta a pagar o a ver los anuncios de las marcas. Algo muy importante a considerar por las empresas es si hay otros mercados fuera del país también atractivos a los que se pueda exportar contenido. Por ejemplo, si hay alguna casa productora mexicana que hace contenido de calidad y es exportable, lo que se puede hacer es comprarla y ver cómo distribuir su contenido a través de los canales. Nuestra primera recomendación para cualquier compañía que quiera hacer una adquisición, es acercarse a un asesor con experiencia en transacciones. Su rol será facilitar la operación en todos los puntos. En este proceso, el due diligence es el paso en el que el comprador se asegura de que está adquiriendo lo correcto y es adecuado a la naturaleza del negocio. Se tienen que tocar todas sus aristas del activo, incluida la financiera. La integración de ambas compañías se puede convertir en un trabajo gigantesco que implicará meses de trabajo. Una vez finalizada esta etapa, los primeros cien días de funcionamiento de la nueva organización serán claves para crecer en esta era de competencia y convergencia. Esta serie de megadeals están transformando a los jugadores y a la industria entera. Las oportunidades que se abren en México están en las nuevas tendencias de consumo y plataformas digitales. Además, si el contenido es el que la gente quiere ver, puede tener éxito en más de una geografía. *Luciano Scandolari es socio líder de Deals, PwC México. **Luis Huitrón es director de Deals, PwC México.

 

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