Aunque el gobierno siga inyectando a Pemex cada año 15,000 millones de dólares, la agencia Fitch considera que en caso de no revertir su mala estrategia operativa o niveles de ingresos en el corto plazo, podría volverse un mayor pasivo para las finanzas públicas, sin embargo, descartó que vaya a afectar la calificación crediticia del país.

De acuerdo con la calificadora, los ingresos relacionados con el petróleo han disminuido considerablemente en las últimas dos décadas, ya que en 2028 representaban el 44% y en los últimos 5 años promedian en 10%, lo que ha resultado en un beneficio neto aún menor para el gobierno federal.

Pemex podría convertirse en un pasivo neto para el gobierno si el apoyo del gobierno a Pemex supera los ingresos relacionados con el petróleo en ausencia de una mejora de la posición financiera de Pemex con una disciplina financiera más estricta, en medio de precios más bajos del petróleo”, precisa.

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En el documento titulado “¿Cómo impacta Pemex a la calificación soberana de México?”, Fitch prevé que el gobierno mexicano mantenga su apoyo a Petróleos Mexicanos (Pemex) con por lo menos 15,000 millones de dólares anuales, lo que cubriría, como mínimo, las amortizaciones de la deuda de bonos internacionales de la empresa.

Pero los persistentes desafíos operativos, financieros y de deuda de Pemex, en el contexto de condiciones financieras globales más estrictas, acceso restringido a financiamiento y precios más bajos del petróleo, pueden generar mayores desafíos de financiamiento en el futuro, lo que puede aumentar la necesidad de apoyo gubernamental.

Más apoyo no sería necesariamente negativo para el crédito del soberano. Más bien, el impacto dependería de cómo el gobierno federal acomoda fiscalmente el apoyo adicional. La compensación mediante la reducción de los gastos o el aumento de los ingresos puede significar que el apoyo adicional es ampliamente neutral desde el punto de vista crediticio”, indicó la agencia calificadora.

En este sentido, detalla que una rebaja adicional a la nota de Pemex no sería en sí misma un factor negativo directo para la calificación soberana de México, de hecho, precisó que ésta se basa en una visión más amplia de la solidez del desempeño y las políticas macroeconómicas, así como las perspectivas de las cuentas externas.

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Sin embargo, podría tener un efecto indirecto en caso de que la presión crediticia negativa sobre Pemex resulte en un apoyo adicional del gobierno federal, lo que resultaría en una marcada trayectoria ascendente en la relación deuda bruta del gobierno general.

Sin embargo, Fitch no cree que se realice una reforma fiscal en el corto plazo para impulsar los ingresos debido a las próximas elecciones de 2024; además, considera que en la actualidad hay  una visibilidad limitada en la agenda política de los candidatos presidenciales en el sector energético y la petrolera.

“Suponemos una alta disposición del gobierno para apoyar a Pemex independientemente del resultado de las elecciones. Sin embargo, un menor apoyo popular y político puede limitar la capacidad de la próxima administración para impulsar políticas para expandir la recaudación de impuestos”.

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