Pese a la fuerte tendencia de migrar hacia la electromovilidad, los expertos no esperan que esta tenga un impacto negativo en el uso de biocombustibles en América Latina, la perspectiva es que el consumo de éstos siga creciendo por lo menos en las próximas dos décadas.
Aída Lorenzo de Juárez, gerente general de la Asociación de Combustibles Renovables (ACR) de Guatemala, señaló que el motor de combustión en la región va a seguir existiendo por décadas, por lo que los biocombustibles (que se producen, directa o indirectamente, a partir de recursos naturales y la biomasa) seguirán siendo una opción en la transición energética que atraviesa el mundo.
“El uso de los biocombustibles es una solución del hoy y del futuro, el tema de la electromovilidad creo que hay que empujarlo; en el caso de Guatemala específicamente, existe una estrategia definida para reducir emisiones bajo la sombrilla en movilidad sostenible, que incluye la electromovilidad y el uso del etanol, ¿pero qué pasa con electromovilidad? Va a tomar un poco más de tiempo, hay que desarrollar más la industria eléctrica y sobre todo cambiar la costumbre al usuario para pasar a un vehículo eléctrico”, apuntó en conferencia con medios.
Federico Salcedo, consultor para América Latina de bioetanol del Consejo de Granos de Estados Unidos, dijo que por los próximos años y al menos hasta el 2032, hay una perspectiva de crecimiento en el uso de combustibles fósiles y biocombustibles en toda la región.
“Si bien casi todos los países tienen una política y unos programas muy fuertes para fomentar la electromovilidad, la realidad de los altos costos y la dinámica del mercado ha mostrado que no es fácil lograr una penetración de los vehículos eléctricos”.
Salcedo comentó que los biocombustibles están adquiriendo rol preponderante e importante, pues los tradicionales, el bioetanol y el biodiésel, se van a seguir utilizando y muchos de los países que hoy en día tienen una mezcla de éstos en las gasolinas y el diésel, están considerando aumentarla.
Además, dijo. se está empezando a ver el uso de biocombustibles en el transporte marítimo y en los aviones.
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Galo Galeana, coordinador general de la Asociación para la Movilidad con Biocombustibles en México, indicó que a pesar de que el país lleva 15 años con un marco legal ya establecido para promover el uso y la creación de biocombustibles como el bioetanol y biodiésel, no se han tenido muchos avances.
Uno de los problemas es que la norma que regula la calidad de los combustibles sólo permite un 5.8% de etanol como oxigenante las gasolinas, con este porcentaje tan bajo no se ha podido desarrollar una industria de este biocombustible, por lo que lo óptimo sería un 10% como ya se hace en otros países.
En México, detalló, se mantiene el uso de éter metil-terbutílico (MTBE) como oxigenante en gasolinas.
No sólo México se ha quedado atrás en el tema dentro de América Latina, también en Costa Rica ocurre exactamente lo mismo, pues también forma parte de esta zona gris.
“No hemos logrado la implementación de una mezcla de gasolina con etanol, sin embargo, la Administración actual y viendo los planes de descarbonización está interesada en esto, esperamos dentro de un año ya lograr la implementación”, adelantó Alberto Antillón, director de Energía del Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica.
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