Una vez adquirido el sistema antidrones para el Palacio Nacional, actualmente usado como residencial oficial del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) salió nuevamente al mercado para comprar en esta ocasión seis equipos antidrones, o drone jammers, sin embargo, la dependencia federal se reservó los datos de compra.
Forbes México comprobó que se trata de la adjudicación directa con número de referencia AA-007000999-E925-2021, pero la Sedena no hizo pública más información del procedimiento, como el dictamen de excepción a la licitación o datos relevantes del contrato, documento que permitiría conocer el nombre de la empresa proveedora y el monto pactado por el servicio.
Apenas en agosto pasado la Sedena adjudicó, mediante una licitación pública internacional, un contrato a la empresa Oner de México por un monto de 5 millones 487,356.80 pesos, para la adquisición de un sistema antidrones para Palacio Nacional. Dicha empresa fue fundada en 2016, tiene su sede en Tulancingo, Hidalgo y se especializa en inhibidores de señal.
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Como dio a conocer este medio, Oner de México, cuya razón social es Soluciones Tecnológicas & Protección Aeroespacial, comercializa inhibidores tácticos, inhibidores en prisiones, protección de convoy e inhibidores portátiles. Ha colocado inhibidores de señal en el penal de Mil Cumbres, en Morelia, Michoacán.
El sistema con el que la Sedena reforzará la defensa antidrones de Palacio Nacional tendrá la capacidad de bloquear vehículos aéreos no tripulados en un radio de 0 a 1 kilómetro alrededor del edificio donde reside el presidente e incluye la instalación de un Centro de Monitoreo y Control de Funcionamiento de los equipos en la planta baja del Palacio Nacional y una torre estructural compacta en la azotea del inmueble.
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La Sedena actualmente cuenta con equipos antidrones o drone jammers. Estos aparatos fueron vistos por primera vez el 8 de marzo de este año, día en que miles de mujeres tomaron las calles de la Ciudad de México para protestar contra la violencia machista. Los aparatos hacían ver a los hombres que los portaban como francotiradores fuertemente armados, hecho que causó alarma durante la protesta.
Esa misma noche se supo que trataba de equipos antidrones. Son cuatro aparatos que la Sedena compró en septiembre del año pasado a la empresa Int Intelligence and Telecom Technologies México, a un costo de 3.7 millones de pesos en total.
Dicha empresa también ha sido proveedora del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5) y se encargará de la colocación de 400 cámaras de videovigilancia en las cuatro secciones del Bosque de Chapultepec, como informó Forbes México.
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La Sedena cuenta con una flota de 20 drones tácticos que en septiembre pasado buscó ampliar con la adquisición de 36 minidrones, sin embargo el 22 de aquel mes la dependencia declaró desierta la licitación, por segunda vez, debido a que las empresas participantes “no cumplieron técnicamente”.
Diez de las aeronaves no tripuladas de la Sedena son de la marca mexicana Hydra Technologies: se trata del modelo S-45 Baalam, usado para misiones tácticas, como el combate al robo de combustible, conocido como huachicoleo.
Los drones de la Sedena están adscritos al Escuadrón Aéreo 601 de Vehículos Aéreos No Tripulados de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), con base en la Estación Aérea Militar 9, ubicada en Atlangatepec, Tlaxcala. Las aeronaves forman parte del Sistema Integral de Vigilancia Aérea. El estado de fuerza de la FAM es de 213 aeronaves de ala fija, 119 de ala rotativa y 20 drones.
Las aeronaves no tripuladas pilotadas a distancia son empleadas para vigilancia de ductos de Petróleos Mexicanos y líneas de energía eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad, así como en labores de inteligencia y vigilancia, combate a la delincuencia organizada e incluso reconocimiento de terrenos o zonas devastadas por desastres naturales, como huracanes, inundaciones o terremotos, tareas que forman parte del Plan DN-III.
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