Por Alberto García* Para 2020, 10% del Producto Interno Bruto (PIB) global estará almacenado en tecnología blockchain -de acuerdo con datos del WEF– una innovación que puede reemplazar a terceras partes que actúan como intermediarios fidedignos, como es el caso de la banca, a la hora de garantizar las transacciones y coordinar el acuerdo entre las partes. Pero, ¿dónde surgió esta tendencia? En 2009, cuando se lanzó el bitcoin, la divisa digital, se cambió la forma en la que la gente consideraba el dinero y las transacciones financieras y, aunque nunca llegó a expandirse tanto como se esperaba, sentó las bases de lo que el blockchain es hoy en día. Esta tecnología, que utiliza algoritmos especializados para garantizar que las transacciones son válidas y auténticas, se basa en una arquitectura descentralizada y protegida por un potente cifrado digital. Con ello, puede ayudar a mejorar los procesos que involucran a múltiples partes, dando diferentes niveles de transparencia con base en permisos de seguridad, autorización, etcétera. Contiene la historia completa de todas las transacciones que se han efectuado en la red, con una marca temporal, por lo que en cualquier momento se puede acceder a este registro sabiendo que esta información está totalmente actualizada. Por usar una analogía cotidiana, es como si en una conversación grupal en una red social, una de las personas decidiera eliminar un mensaje antiguo para ocultar cierta información. Esto no funcionaría, ya que el resto de integrantes, aunque la persona haya borrado el mensaje en su celular, seguirían teniéndolo en los suyos y, por tanto, esta información únicamente podría verificarse si todos hubiesen eliminado el mensaje. En definitiva, este mecanismo mejorará los procesos (tanto en costo como en tiempo) además de permitir escenarios hasta ahora inimaginables. Pero esto es sólo el inicio. Para la industria, el blockchain trae una mejora de la eficiencia y la eficacia de la cadena de suministro. Con esta tecnología, las empresas pueden consolidar múltiples repositorios de información de clientes y proveedores en un único almacén de datos. Esto proporciona una documentación actualizada y de fácil acceso estén donde estén, sobre cómo se obtienen, compran, registran y utilizan los materiales. No obstante, es el sector de servicios financieros el que podrá beneficiarse más rápidamente del uso del blockchain. El Banco Santander estima que el uso de estas tecnologías puede suponer para el sector un ahorro de 20,000 millones de dólares para 2022; esto viene principalmente porque, al permitir realizar transacciones financieras entre dos participantes de una manera segura, confiable e irreversible, sin necesidad de usar un intermediario para ello, el ahorro de costos es más que evidente. Pero, si los bancos son los principales intermediarios, ¿dónde está el beneficio para ellos? Esta tecnología no hará desaparecer a los bancos, al contrario; les abrirá una nueva vía para explorar nichos y áreas de mercado hasta ahora desconocidos. Una de las principales ventajas vendría del lado de la oferta, al poder mejorar el catálogo de servicios. Muchos de los procesos que actualmente son manuales podrían ser automatizados y ágiles, por lo que habría lugar para ofrecer nuevos productos y servicios que actualmente son inviables. El blockchain permite registrar cualquier tipo de transacción financiera, no únicamente las monetarias. En este sentido, se han comenzado a explorar los contratos inteligentes, ‘smart contracts’, programas de código orientado a eventos que son capaces de procesar información, recibir, almacenar y enviar valores. Estos contratos abren nuevas oportunidades de negocio para las entidades bancarias. La prueba de fuego del blockchain será ver cómo los líderes de las diferentes industrias consiguen trabajar en el establecimiento de procedimientos que conecten los datos ofrecidos por esta tecnología con los de su organización, para poder agilizar las decisiones que se toman sobre las operaciones comerciales o estratégicas. El blockchain no fue diseñado inicialmente para afrontar las complejidades y desafíos de una empresa, ya que fue creado para servir al consumidor individual, al usuario del bitcoin. Por ello, para asegurar su éxito y permanencia, se tendrá que hacer especial hincapié en la seguridad y las políticas regulatorias. En un escenario potencial, blockchain permitiría a los participantes del mercado inmobiliario compartir la información de instalaciones digitales para mejorar la gestión de las instalaciones.  Otra posibilidad es un mercado de seguros basado en blockchain, en el que los aseguradores, los transportistas y los productores podrían compartir criterios como el riesgo, la ruta, el clima y el tipo de vehículo para negociar la cobertura del transporte. *Alberto García es Vicepresidente de Industrias Estratégicas en SAP México.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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