¿Quién sigue? Renuncias en el gabinete de AMLO

En días pasados, en este espacio, comentamos sobre la coyuntura que se abría con la salida de Germán Martínez del IMSS, por acusaciones contra Hacienda, sobre una excesiva intromisión en la estructura y el presupuesto de dicha dependencia. La ex secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Josefa González-Blanco, encontró provechoso el momento, aunado a un caso de influyentísimo, para dejar el gabinete del presidente López Obrador. Este caso es distinto al de Germán Martínez porque refleja varios elementos que resultan relevantes para entender el momento qué pasa por la administración actual. El pretexto no es menor, pero, por la información que tenemos hasta el momento, la ex secretaria comentó el hecho que motivó su renuncia con el presidente y él le recomendó renunciar. Si es cierta la forma en que sucedió el retraso del avión en que viajaría a Mexicali hay, por lo menos, otros hechos que habría que investigar. Por ejemplo, la responsabilidad del funcionario de Aeroméxico que ordenó, a solicitud de la secretaria, retrasar el vuelo con implicaciones para la seguridad y el servicio a las y los demás usuarios, donde, además, tendría que aplicarse la ley con posibles beneficios a las y los pasajeros del avión. El dicho del piloto, de que la orden del retraso era presidencial, aunque la secretaria haya negado que así fue. La responsabilidad de las autoridades aeronáuticas al permitir que el vuelo fuera retrasado. El que el presidente haya recomendado o, por lo menos, aceptado la renuncia, implica una forma distinta de evaluar los hechos, con respecto a lo qué pasó, por ejemplo, en el caso del evento en Bellas Artes con el líder de la Iglesia de la Luz del Mundo, donde el presidente dijo que no era para tanto y que las ya los responsables en el INBAL solo debían salir a dar explicaciones y solicitar perdón. En términos republicanos, ambos casos son ignominiosos ¿por qué en uno si se renuncia y en el otro no? Eso nos dice mucho de las prioridades presidenciales. La rapidez de la renuncia nos obliga a preguntarnos por otros motivos que pudo haber tenido la secretaria para, prácticamente, salir huyendo. Más allá de su ausencia en las crisis ambientales que hemos tenido en Quintana Roo y la Ciudad de México, o de los más de 16 mil despidos durante su gestión, donde sobresalen los casos de Conagua y Conafor, habría que ver lo que viene en términos de responsabilidades de la propia secretaria. Particularmente porque algunos de los proyectos presidenciales pasan por la autorización de la Semarnat, ante las afectaciones que tendrían por el uso del suelo. Antes de irse, la ex secretaria tendría que informar el estado de dichas autorizaciones, ante el hecho de que prácticamente algunos de esos proyectos ya han comenzado a materializarse, lo que implicaría también responsabilidad de su parte, además de la que ya podría existir por la inacción ante otras crisis que han impactado de manera negativa al medio ambiente. Los recortes presupuestales que el presidente ha emprendido ante la necesidad de tener más dinero para cumplir los compromisos presidenciales, han comenzado a generar impactos determinantes en áreas como salud, que es una de las más relevantes, pero aún no tenemos claridad sobre el impacto en otras de igual magnitud. Es posible que en las próximas semanas tengamos más casos, no únicamente de renuncias, sino de acusaciones de falta de insumos para la consecución de las actividades gubernamentales. Posiblemente es momento de evaluar dicha estrategia, pues los costos que podría tener en términos de la viabilidad de su propia administración, podrían impactar de manera negativa la estructura clientelar que se está privilegiando en este momento.   Contacto: Twitter: @aglopezm Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.