La refresquera Pepsico se ha trazado la meta de disminuir las calorías de sus bebidas a nivel global, incluyendo México, para ofrecer productos más saludables ante los problemas de sobrepeso, obesidad y diabetes en diversas partes del mundo. Como parte de su agenda al 2025, la empresa que dirige Indra K. Nooyi ve como objetivo que dos terceras partes del volumen de su portafolio global de bebidas no rebasen las 100 calorías de azúcares añadidos por cada 12 onzas. De acuerdo con el reporte de Sustentabilidad al 2015 de Pepsico, la compañía ya removió más de 40 calorías de azúcar añadida por cada porción de 12 onzas en sus refrescos 7UP, propiedad de la empresa fuera de Estados Unidos. Lo anterior incluye una reducción de más del 30% en calorías de azúcares añadidos de dicho producto en Rusia, China y México, donde Cultiba es embotellador. “Estamos comprometidos a ampliar las innovaciones de este tipo y estamos implementando una nueva receta de 7UP en la India este año, lo que también se hará en otros mercados”, se lee en el reporte de la firma. El nuevo té verde Lipton también fue modificado en México, con una reducción del 30% de azúcares añadidos, en comparación con el sabor original. Por otra parte, Pepsico se comprometió a reducir la cantidad promedio de sodio en 20% para el 2020 a nivel global. Te puede interesar: Impuesto al refresco: ¿en qué se gastan los recursos? El pasado 11 de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a todos los países aumentar los impuestos a las bebidas azucaradas para reducir su consumo y combatir problemas a la salud vinculados al consumo en exceso de azúcar. “Las políticas fiscales que conducen a al menos un 20% de aumento en el precio de venta de bebidas azucaradas se traduciría en reducciones proporcionales en el consumo de estos productos”, destaca la institución. En México, la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) acusó que las familias pobres del país pagan más de la mitad del impuesto gubernamental a bebidas azucaradas, como refrescos y jugos. “El principal afectado por las medidas impositivas es el consumidor, debido al aumento en precios, siendo las familias con ingresos más bajos las más perjudicadas, ya que de los más de 53,000 millones de pesos (mdp) recaudados por el impuesto especial a refrescos, 62% ha provenido de estas familias”, informó el organismo. Hasta agosto de 2016, de acuerdo con Hacienda, el gobierno de México recaudó 55,335 mdp desde 2014, cuando se estableció el impuesto de un peso por litro a las bebidas saborizadas.

 

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