Por su trabajo en México con la organización internacional no gubernamental Oxfam, Hannah Töpler pudo mirar de cerca el fenómeno de la migración. Informes y gente enterada del tema le hicieron notar que poco a poco México dejaba de ser el país de tránsito de los migrantes hacia Estados Unidos para ser ahora el destino. Esto la llevó a preguntarse cómo estos migrantes y refugiados se insertarían en el mercado de trabajo formal mexicano para rehacer su vida.

“Empecé a ver que los refugiados se estaban enfrentando con muchas barreras para integrarse en México. Tenían dificultad en encontrar empleos formales y por ello estaban en situaciones muy precarias, no podían proveer a sus familias con las que venían ni a las de su país de origen.  Al mismo tiempo los empleadores en México no sabían qué era un refugiado ni mucho menos cómo contratarlo”, cuenta Töpler en entrevista con Forbes México.

Con esto en mente, en 2018 fundó Intrare, una especie de agencia de reclutamiento para colocar a personas migrantes y refugiadas en empresas formales mexicanas. Dos años después de dar el primer paso, dio el segundo, aún más definitorio: renunciar a su puesto en Oxfam para concentrar el 100% de su tiempo a esta labor. Hasta ahora, Töpler y su equipo han logrado colocar a 80 personas en diferentes empresas, beneficiando así también a 160 familiares.

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Ella, originaria de Alemania y exresidente de Londres (donde hizo su maestría en Ciencias Políticas), conoce las barreras con las que se puede encontrar una persona extranjera que busca colocarse en el mercado laboral formal de un país que no es el suyo.

Al principio, cuenta Hannah Töpler, las empresas eran escépticas de contratar a las personas migrantes y refugiadas, pero con el tiempo han entendido que aportan el mismo talento que una persona mexicana.

“Hacemos de la migración un motor de crecimiento para las personas refugiadas y migrantes, las empresas y la sociedad”.

Incubadora de Trabajo para Refugiados (Intrare).

Así han logrado alianzas con más de 20 empresas del tamaño de Walmart de México o Uber Eats, y otras como Teledata o Hilos Omega. También con algunas startups como Ben&Frank, Cargamos o Kubo Financiero.

No obstante, Töpler trae entre manos un plan: dar un giro tecnológico a la Intrare de tal forma que se convierta en una startup social que funcione como una agencia de reclutamiento de personas migrantes y refugiadas para empresas mexicanas.

Cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiadas (Comar) ofrecen una idea del arribo de personas migrantes que buscan el estatus de refugiados en México. Solo en los primeros cuatro meses del presente año se recibieron 24,136 casos de solicitudes de refugio, que implicaron a 40,026 personas, casi la misma cantidad que lo registrado en todo el 2020, cuando se registraron 28,001 casos de solicitudes de refugio que significaron 40,954 personas.

De los casos resueltos en el primer cuatrimestre del año, 6,188 fueron positivos, que se suman a los 27,329 de 2021 y a los 15,916 de 2020. De 2013 a la fecha la Comar reconoce a 76,818 refugiados en México, de los cuales la mayoría son personas provenientes de Honduras, Venezuela, El Salvador, Haití y Cuba. Estas nacionalidades coinciden con las que Intrare ha apoyado desde 2018 a la fecha.

“Muchas personas vienen de Centroamérica, de Honduras, de El Salvador, huyendo de la violencia generalizada, de la violencia por pandillas. También estamos notando que se empieza a mezclar con el cambio climático que está impactando muy fuertemente en Centroamérica, donde la agricultura ha sufrido mucho. Muchas personas es que buscan oportunidades en el campo, pero estas oportunidades se desvanecen con el cambio climático”, explica Hannah Töpler.

Fuente: Comar

Agrega que “están llegando muchas personas que vienen de Haití por una mezcla de la crisis económica y política, así como los impactos de los desastres naturales. Al mismo tiempo hay personas que llegan de Venezuela, que huyen de la situación política”.

Intrare se ha encontrado desde familias completas hasta madres solteras. “Eso significa que tienen que mantener a su familia aquí, entonces es todavía más difícil que encuentren un buen empleo”.

Cuenta Töpler que en Intrare trabajan con personas de distintos niveles educativos, desde primaria hasta preparatoria en algunos casos. “Hay personas que ya tienen experiencia laboral y otras que tienen muy poca. Son personas que tuvieron que huir de sus países, entonces generan una resiliencia hacia situaciones difíciles, por eso vemos que pueden lidiar muy bien con aprender algo nuevo y adaptarse. Eso también hace una diferencia cuando empiezan un nuevo trabajo”.

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Hannah Töpler, fundadora y CEO de Intrare. Foto: Cortesía.

Una startup social para refugiados

Intrare, que significa Incubadora de Trabajo para Personas Refugiadas, capacita a estas personas para generar un buen currículum, prepararse para entrevistas, consejos de finanzas personales y cómo gestionar sus presupuestos. “Les damos mentoría y generamos comunidad para que ellos se puedan apoyar también entre sí”, apunta Töpler. “Luego vinculamos a estas personas con empleos en empresas aliadas”.

“Buscamos empresas que necesitan talento y tienen dificultad en encontrarlo. Les proponemos colaborar con nosotros y les damos primero asesoría sobre qué es un refugiado, cómo contratarlo, porque muchas veces las empresas se imaginan que es muy complejo, pero en realidad es muy sencillo contratar a un refugiado porque tienen permisos para trabajar y todos los documentos necesarios”, comparte la fundadora de Intrare.

Hoy Intrare ya busca escalar. En colaboración con una universidad y una startup mexicanas de las que por ahora prefiere reservarse el nombre, han trabajado en el desarrollo de un algoritmo para que los vínculos de personas migrantes y refugiadas con las empresas aliadas sean optimizados por tecnología y filtros como salarios, funciones, tiempos de traslado, experiencia. “Así podemos colocar a muchos más refugiados y hacerlo todavía más preciso”, asevera Hannah.

“Creemos que es posible crear sociedades más incluyentes. Nuestro modelo de integración dual ­­–social y económica– brinda oportunidades a personas refugiadas, solicitantes de refugio y migrantes. De igual forma, proporcionamos servicios a empresas que les permiten convertirse en empleadores incluyentes y en catalizadores para la inclusión”.

Intrare

Si bien Intrare empezó como una organización sin fines de lucro, ahora busca dar el paso hacia una startup social. Pero, aclara Töpler, eso no quiere decir que buscan ser un negocio con utilidades y cobrar a las personas refugiadas por sus servicios, sino que está más orientado a que la labor que realizan sea sostenible en el tiempo ¿Cómo? Con una comisión que cobrarían a las empresas aliadas por cada contratación exitosa.

En el tercer trimestre del año, adelanta Töpler a Forbes México, “vamos a hacer el anuncio de esta plataforma, lo que vamos a hacer con eso es pilotear un servicio pagado para las empresas. Es decir, vamos a seleccionar candidatos para vacantes de empresas, como ya lo estamos haciendo, mandar recomendaciones a la empresa, la empresa lo que hace es decir, ‘ok, quiero contratar a este candidato’, si contratan a un candidato, nosotros cobramos por esa contratación exitosa”.

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“Lo estamos estableciendo de ninguna forma porque nos importe convertirlo en un negocio con utilidades, sino más bien porque pueda aumentar mucho la sustentabilidad financiera y nuestro impacto social. La clave para nosotros es entrar al mercado y tener muy claro con las empresas que estamos trabajando que el talento con las que las podemos vincular tiene las mismas cualidades, la misma aportación que otra gente de reclutamiento les puede proveer”, apunta.

Para Töpler se trata de que las empresas paguen por los servicios de reclutamiento como lo hacen con otras agencias, pero en este caso con el añadido de que están ayudando a personas con el estatus de refugiadas en México a insertarse en el mercado laboral de México, aportar a la productividad del país y al mismo tiempo darles una oportunidad de rehacer su vida en suelo mexicano. “Eso es clave porque vemos que en este momento no hay nadie en México que dé un servicio de reclutamiento de refugiados a empresas, para nosotros es muy importante”, cierra.

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