Coronavirus

Mientras el mundo entero celebraba de manera estruendosa la inminente llegada del Año Nuevo, el 31 de diciembre pasado, en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China, una interrogante clara sacudía a un grupo amplio de médicos.

Un virus, hasta ese momento, desconocido, llevaba varias semanas generado en los pacientes que entraban en contacto con él una neumonía letal, capaz de colapsarlos al grado de llevarlos a la muerte. Podría parecer el comienzo del argumento de una película de ciencia ficción. Sin embargo, es realidad pura y dura.

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A más de seis meses de este primer descubrimiento, el nuevo coronavirus SARS-Cov-2 no sólo paralizó a la localidad china, sino al mundo entero, que no sale de su asombro. Hasta finales de junio, más de 10 millones de personas en el mundo habían contraído el virus.

La enfermedad Covid-19, causada por este coronavirus, cobró, hasta entonces, más de 500,000 vidas. El mundo debió, así, confinarse para evitar contagios masivos. Desde luego, la cuarentena y la parálisis económica no resultan una medida viable en el largo plazo. A

MARCHAS FORZADAS

¿Cómo enfrentar el virus? La respuesta está en manos de cientos de centros de investigación en el mundo, en una carrera desenfrenada para encontrar una vacuna que dé inmunidad a Covid-19, y una cura a quienes están contagiados.

“La industria farmacéutica reaccionó desde enero. Ahí comenzó su búsqueda, como nunca antes en la historia, para encontrar una solución”, explica Cristóbal Thompson, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF). Pero el reto no es nada sencillo. Nunca se ha conseguido elaborar una vacuna efectiva y segura en un periodo tan corto.

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“Las vacunas suelen tardar hasta 10 años en poder hacerse; cuentan con periodos muy bien establecidos de investigación y desarrollo. Entonces, aquí estamos hablando de que se está buscando concretar algo en tiempo récord”, comenta, en entrevista.

Sin embargo, existe un precedente que podría ser positivo. A finales de los años 60 del siglo pasado, la industria farmacéutica consiguió, efectivamente, concretar el desarrollo de una vacuna contra las paperas en sólo cuatro años.

El punto positivo hoy frente a la pandemia, explica el ejecutivo de la asociación, es la unión que todo el mundo ha hecho en busca de una respuesta.

“Desde principios del año, ante la situación inusual que se estaba presentando, la industria farmacéutica decidió abrir toda su biblioteca de activos y compartió su información, con el objetivo de agilizar los procesos de desarrollo”, detalla.

Esta unión permitiría, de acuerdo con un sondeo realizado a especialistas de la industria por The New York Times, conseguir una solución de esta naturaleza a mediados de 2021. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al 22 de junio existen en desarrollo 142 vacunas para Covid-19, de las cuales 13 están ya en fase de evaluación clínica.

vacuna coronavirus

Por otro lado, se han hecho, a nivel global, 2,071 estudios clínicos relacionados con la búsqueda de una cura para el virus, 33 de ellos en México.

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RETOS SECUNDARIOS

Pero no se trata únicamente de encontrar la vacuna sino también la manera de producirla.

“La pandemia ha revelado todas nuestras debilidades, puesto que hoy también se está evaluando cómo producirla masivamente, ya que ni toda la industria unida tiene la capacidad de producir todas las dosis que se necesitan, además de que tampoco se pueden dejar de producir otras vacunas por dar paso a la de Covid-19”, explica.

Para dar respuesta a esta situación, dice Thompson, hay ya pláticas enfocadas a invertir para duplicar la actual capacidad de producción de vacunas del mundo. La idea es cubrir lo antes posible la estimación de hasta 15,000 millones de dosis que se requieren.

Para que, efectivamente, esto camine, agrega el experto, es importante que todo este proceso sea acompañado por las entidades regulatorias mundiales, como la mexicana Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), quienes, una vez que la vacuna y la cura están aprobadas, deberán avalar su ingreso a los respectivos países. 

INTELIGENCIA ARTIFICIAL, UN NUEVO ALIADO

Pese a las dificultades, el mundo tiene un aliado en la Inteligencia Artificial (IA). Así lo advierte Ariel Capone, Country Manager y Head of LifeSciences de gA (Grupo Assa), en Estados Unidos, quien señala que la IA desempeñará un papel muy relevante en la búsqueda de este insumo médico, hoy tan necesario.

Los equipos médicos trabajan, pues, las 24 horas para acelerar los ensayos clínicos. En particular, el especialista explica que sus desafíos radican en que, generalmente, requiere de años completarlos, y que las tasas de éxito son relativamente bajas para lograr la aprobación de la FDA: 14% en el caso del desarrollo de medicamentos, y 33% para las vacunas, según un estudio del MIT Sloan School of Management.

“El uso de IA puede acelerar sustancialmente el análisis de datos requeridos, aumentando la eficiencia en las diversas etapas de prueba y reduciendo el costo”, menciona, en entrevista.

Para la IA, agilizar el proceso de análisis de la información de los ensayos clínicos será una prueba de fuego del valor que puede aportar la tecnología al campo de la salud, además de que ayudará a que puedan producirse, de forma coordinada, varios miles de millones de dosis, pues la producción y la distribución serán otros retos cuando se habla de la vacuna.

“La tecnología está permitiendo vincular todos los datos disponibles de una persona para personalizar la oferta. Eso es importante porque el análisis de datos va a permitir saber dónde puede tener más efectividad un medicamento o una vacuna, según las características de su ensayo clínico”, afirma Capone.

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Finalmente, entre los retos de la IA para contribuir en la carrera por la vacuna, destaca la asimetría en la regulación de esta rama tecnológica, pues la propiedad de los datos y su uso ético aún no tiene marco legal. “Hablamos, por lo común, del uso de IA para reducir costos. Hoy los presupuestos no son un problema: el problema es coordinar y procesar información. Estamos ante una batalla contra el tiempo”, concluye.

Por: ALEJANDRO MEDINA Y VIRIDIANA MENDOZA

 

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