A cada uno de nosotros nos han marcado momentos en la vida. Algunos, de forma clara y racional, los podemos explicar, y las demás personas entender. Otros momentos, simplemente ni podemos articularlos, ni los demás alcanzar a dimensionar el impacto. El ejemplo que tomaré es de S19, y lo traspolaré a la oficina hoy, un año después. Ya que en particular aprendí mucho con una sonrisa, y te quiero compartir la historia de un ave fénix. Como antecedente, el martes 19, decidí ver noticias esa noche, y desconectarme. Volví a ver mis redes sociales, cuando me preguntaron por el rescate de Frida Sofía. Misma que no tenía idea quién era. Por pena o por lo que haya sido, en ese momento entré a mis redes sociales, y con lo que me encontré fue, que muchos de mis contactos buscaban a “Lucy”.  Eventualmente en mi timeline apareció una foto espectacular de una chica a la que sacaban del edificio en Álvaro Obregón, con una sonrisa que era mayor, que la propia imagen. Asumí que ella era Frida Sofía, y mentalmente descansé. Sin embargo, unas semanas después, en mi LinkedIn me apareció un artículo escrito por Lucía Zamora, una sobreviviente del edificio de Álvaro Obregón. La nota venía acompañada por una foto del momento de su rescate. Cabe aclarar que es la misma foto que vi en mis redes el día que buscaba saber sobre la pobre de Frida Sofía. Y sí, también Lucy es la misma chica que mis contactos en común buscaban. Desde que la vi la foto, su sonrisa hizo clic en mí. En un instante, se convirtió en la muestra y orgullo del México que necesitamos, de la mexicanidad que nos caracteriza, y la celebración a la vida pese las circunstancias. Tuve la oportunidad de reunirme y platicar hace ya varios meses con Lucy,… y jamás olvidaré una frase que repitió. “Yo decidí, estando en la obscuridad, con poca certeza, vivir y re-nacer”.  Y, ¿te digo algo?… Lo ha hecho. Quedar atrapado por casi 40 horas en un evento así, sin duda te marca, te hace pensar reflexionar, valorar, y te da la oportunidad de priorizar. Con Lucy procesé, más allá del cliché, que somos responsables de la cara que ponemos frente a las circunstancias, el que también, las circunstancias, sólo influyen, más no determinan nuestro futuro. Muchos de nosotros vivimos atrapados en nuestras oficinas, virtuales, o físicas, o home offices, con la loza de contestar “este mensaje urgente”, sin ver y disfrutar el sol por ese gran proyecto. El control de todas esas circunstancias está, en los límites que ponemos y en los planes que hacemos. Tengo la oportunidad de escuchar a ejecutivos de distintas regiones del país, hablar sobre el porqué no han actualizado su plan de carrera, la grilla, las áreas de oportunidad que necesitan trabajar, cómo el otro es el culpable, bla, bla bla… Honestamente, si tienes oportunidad de leer este escrito, tienes el potencial de transformar tu historia profesional y personal. Ser víctima es muy cómodo, y se nos olvida que circunstancialmente, en un instante podemos estar en la obscuridad, sin certeza, y teniendo que decidir si re-nacemos o morimos.
  • Para vivir, más que sobrevivir laboralmente, todos necesitamos tener claro:
  • Qué quiero lograr.
  • Por qué cualidades quiero ser conocido (branding puro de fortalezas).
  • Qué necesito hacer para llegar a donde quiero.
Si hoy dejas pasar un día más sin empezar a definir lo que quieres lograr, perdóname que te lo diga, pero has empezado a morir. Este escrito es por las sonrisas de este mundo que tanto necesitamos, por quienes el sol se quedó en el recuerdo durante S19, y por el México del que todos queremos sentirnos muy orgullosos siempre.   Contacto:
Facebook: By Helga Knoderer LinkedIn: Helga Knoderer Página web: HelgaKnoderer.com Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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