La mañana del 31 de enero, Shell se convirtió en el campeón indiscutible de la ronda 2.4 del gobierno mexicano. La segunda empresa petrolera más grande del mundo, con una facturación anual de 234,750 millones de dólares, obtuvo nueve de los 19 campos licitados en aguas profundas del Golfo de México para exploración y producción. “Estamos listos para trabajar con el gobierno que sea electo el primero de julio”, respondió Alberto de la Fuente, presidente y director general de Shell México a Forbes, tras recordarle la promesa de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre una consulta pública para revertir la reforma energética. Aunque el líder de las encuestas presidenciales obtenga la victoria, el directivo mexicano está seguro de que la reforma energética se mantendrá ante su solidez constitucional, avalada por el Congreso y los entes reguladores que respaldan la actividad de jugadores privados. “Estamos seguros de que (las reformas) crearán empleos e ingresos fiscales adicionales, independientemente de quién gane o quién esté en la presidencia”, agregó De la Fuente. De los nueve campos obtenidos por el gigante neerlandés, cuatro (20, 21, 23 y 28) son para desarrollo en solitario en el área de Perdido. Otros cuatro (3, 4, 6 y 7) son en alianza con la firma Qatar Petroleum en el área Cuenca Salina. El campo 2 lo comparte en Perdido con un viejo conocido: Petróleos Mexicanos (Pemex), quien es su socio en la refinería de Texas, Deer Park. Los recursos potenciales de estos campos incluyen aceite ligero, superligero y pesado. “Shell fue la única empresa que era su socia antes de la reforma”, recuerda el directivo. Pero el desarrollo de los campos no será pronto. Primero ocurrirá un programa de exploración de cuatro años donde deberán cumplir con los compromisos establecidos en los contratos gubernamentales. Las autoridades reguladoras estiman que la producción comience dentro de 10 años y alcance un pico de 1.6 millones de barriles por día (bpd) en 2032. El gobierno mexicano estimó una inversión de 93,000 millones de dólares asociada a los bloques adjudicados en esta subasta.   Analizan opciones para traer su gasolina El directivo dijo que están analizando todas las opciones para traer su propia gasolina, desde Temporadas Abiertas hasta la construcción de infraestructura para que llegue su molécula a las más de 1,500 gasolineras que pretende operar con su marca en nuestro país. “Lo más importante es la capacidad de la infraestructura”, añadió el directivo. Shell, igual que otros gigantes energéticos como BP y Total, participan en el mercado gasolinero, pero dependen del suministro de gasolina por parte de Pemex. Fundada en 1907, la empresa que dirige Ben Van Beurden vale 228,800 mdd y emplea a 89,000 personas en el mundo. Ocupa el segundo lugar de las empresas más grandes de petróleo y gas de Forbes.

 

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