Los mexicanos más creativos en el mundo. La arquitecta mexicana Tatiana Bilbao está más ocupada que nunca, con al menos 25 proyectos en desarrollo, desde iglesias, fachadas, edificios y hasta un mercado en Polanco. ¿Qué la hace una mexicana tan existosa y admirada en el mundo? Conoce más de ella aquí.   Por Ruth Mata Mientras charlamos con la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao en su oficina, 32 personas están en movimiento frenético, algunos recibiendo clientes, otros llamando por teléfono o teclean­do intensamente en sus computadoras. Y no es para menos, porque este despacho tiene por lo menos 25 proyectos en desarrollo. “Nunca habíamos tenido tantos proyectos al mismo tiempo… es una locura… estamos hacien­do un edificio en Guatemala de usos múltiples, uno en España, dos iglesias, un mercado en Polanco, dos proyectos de interés social, uno en Veracruz y otro en Aguascalientes. Estamos haciendo un hotel en Los Cabos, las bodegas de unos viñedos en Coahuila… ya empezamos la obra de tres edificios en Francia, en Lyon, que iba a ser la ceremonia de inauguración, pero con lo de los atentados se canceló. También estamos haciendo un proyecto con U-Storage que será su proyecto insignia.”
Tatiana, entre sus más de 25 proyectos de arquitectura activos, también se da tiempo para enseñar y compartir lo que sabe. Ha dado clases en universidades en México, Chile, Alemania y Estados Unidos. “Me encanta la docencia, es un proceso de retroalimentación muy importante y aprendo mucho cada vez que doy clases. Es un reto muy grande porque le doy clase a graduados y a maestría… es gente muy estudiada, con mucho conocimiento y muy creativa”, dice. Tatiana ha sido maestra en Yale y en la Universidad de Columbia, entre otras. La experiencia de estar en constante con­tacto con estudiantes de arquitectura le ha permitido no sólo tener más conocimiento, sino conocer otras formas de pensar. “En Estados Unidos, las escuelas son muy cosmopolitas, entonces los estudiantes son de varios países y eso es padre porque puedes ver muchas formaciones, muchas maneras de ver la vida y de hacer arquitectura.” Ser docente, incluso, le ha permitido des­cubrir talento; algunos de sus alumnos han sido colaboradores de su despacho. En la pasada inauguración de la Bienal de Arquitectura de Chicago, se presentó el proyecto de vivienda social de Tatiana. Este proyecto ha sido uno de los más emocionantes y uno de los más importantes que ha tenido su despacho llamado Tatiana Bilbao. Como ella misma explica, tiene un fuerte impacto social y es capaz de ofrecer calidad de vida a la gente que hoy no puede tenerla. “Es un proyecto que lo comisionó Patricia Armendáriz que tiene una financiera que se llama Financiera Sustentable; ella otorga microcréditos y decidió entrar al mercado de vivienda rural y vivienda suburbana”, explica. La Autoproducción de Vivienda Asistida es uno de los productos que ofrece la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF). Éste opera con una línea de fondeo de descuento que permite a las entidades financieras, en este caso Financiera Sustentable, ofrecer créditos a las familias, con la asistencia de Agencias Productoras de Vivienda (APV), para ofrecer soluciones habita­cionales de acuerdo con su nivel de ingresos, necesidades, espacios y costumbres, según la SHF. El costo de la vivienda se cubre, en parte, por un subsidio que otorga la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), por el crédito que otorga la financiera y por el ahorro del acreditado. “Llevamos dos años y medio con este proyecto, hicimos dos prototipos en Chiapas… y de ahí empezamos a construir otras haciendo productos piloto. Y de ahí vinieron los de la Bi­enal y nos dijeron: ‘Queremos que enseñes estos proyectos’, y nosotros fascinados e hicimos un prototipo en Chicago”, recuerda Tatiana. La vivienda que propone tiene un costo de 120,000 pesos, cuenta con 62 metros cuadrados de desplante, pero es de doble altura: “Puedes poner una loza intermedia y tener una casa de 120 metros cuadrados, un esquema modular y los materiales se adaptan de acuerdo con la zona… Entonces, al respecto, hemos desarrollado modelos en Adoblock (bloques de adobe), los hemos hecho en Panel W, en block de concreto, madera… tenemos una parte que se cierra con pallets industriales, lo que nos permite más espacio.” Este tipo de vivienda, explica Tatiana, es modular, lo que permite adaptarla de acuerdo a los usos y costumbres de cada región sin que esto signifique sacrificar la estética y comodidad de la vivienda: “Hemos construido 23 casas… estamos por entregar la documentación com­pleta, ya nos la aprobaron, ya está.” Otro de los proyectos que ya tiene en puerta el despacho de Tatiana es la fachada de la tienda departamental Liverpool en Polanco, la cual podría estarse desarrollando en el transcurso de los primeros meses de este año. Entre tanto trabajo, Tatiana nos dice que la arquitectura ha cobrado otro sentido y debe dejar de ser una profesión que se desarrolle sola­mente entre arquitectos. “Ya no podemos pensar en que los arqui­tectos pueden saberlo absolutamente todo, el arquitecto todólogo nunca existió, pero antes eso se creía, y definitivamente necesitamos gente con otra visión, con otras especialidades… Un espacio te puede cambiar la vida, yo siento que tenemos una responsabilidad muy grande, casi después de la necesidad básica que es el alimento viene el techo. Éste puede ser bueno o malo… no somos todólogos. Yo sé distribuir los espacios pero no sé de sociología, no sé cómo van a reaccionar ante tal espacio, no sé cómo el entorno político va a reaccionar, no sé si funcio­nará bien en entornos económicos”, dice. Uno de los proyectos más recientes que tuvo este despacho fue el de diseñar una funeraria. Para llevar a cabo el diseño realizó varias reuniones con tanatólogos para entender justamente cuál es el proceso de un duelo. Entre los colaboradores de Tatiana también se encuentra un filósofo. ¿Qué le aporta un filósofo a su equipo? “Un filósofo lo que le aporta al despacho es entender la manera en que hoy se vive… Es pensar cómo podemos adelantarnos en vez de reaccionar y siento que la arquitectura reacciona, la arquitectura toma mucho tiempo en hacerse… Entonces seguimos construyendo casitas de cocina, comedor, sala y tres cuartos, cuando las familias ya no son así, ahora el núcleo familiar es diferente. Cuántas familias ahora vemos que son el segundo matrimonio o con diversas formas de convivencia, ya no es como antes. Entonces seguimos haciendo casas que ya no satisfacen esta forma de vivir.” Tatiana nació entre arquitectos y tuvo un momento de rebeldía en el que ella pensaba en no estudiar arquitectura. Por su mente pasó ser bióloga o diseñadora industrial, pero la vocación terminó por vencerla y reivindicó el camino. Estudió arquitectura en la Universidad Iberoamericana. Una sala de exposiciones en la ciudad china de Jinhua le hizo darse cuenta de que necesitaba su propio despacho. Antes de esto, tuvo un taller con algunos socios durante cinco años: “Cuando decidimos separarnos dije: ‘¿Qué hago? ¿Pongo un restaurante?’ Ya me había quedado con dos o tres clientes del despacho anterior y tenía que terminar (los proyectos pendientes) y lo fui haciendo y me llegó un proyecto de China y dije: ‘Esto es lo mío’”. A partir de ese momento, la arquitecta no ha parado. Tiene dos hijas y no está dispuesta a perderse un sólo momento con ellas. A Tatiana Bilbao no le encanta ponerse metas en específico, a ella le gusta que la vida la sorprenda y disfruta de manera muy intensa cada uno de los proyectos: “Lo que hago me encanta, no me gusta pensar en qué más querría porque la verdad es que siento que si le pido más a la vida me va a dar un sablazo, me ha dado más de lo que yo puedo pedir.”

 

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