Uno de los problemas principales de la frustración de vuelos con drones es el ataque de las aves a los dispositivos y es por ello que Google detuvo sus entregas a domicilio ante continuos ataques de diversas especies voladoras, hasta al menos encontrar una solución.

El servicio cancelado es Wing, un delivery mediante drones operado por Alphabet, la matriz de Google, que tuvo que detener las entregas en Canberra, Australia, luego que sus aparatos fueran atacados repetidamente por cuervos.

Un portavoz de la compañía dijo en declaraciones que el comportamiento territorial es común durante la temporada de anidación, pero para asegurarse de que sus drones no molesten a la vida silvestre, la compañía pedirá a expertos en ornitología que investiguen el asunto más a fondo.

En la misma línea, Wing enfatizó que, a pesar de los ataques recientes, sigue siendo un hecho bastante raro, pese las miles de entregas que la empresa realiza a diario.

Desafortunadamente, esta pausa llega en un momento inoportuno, ya que la demanda de entregas con drones ha aumentado debido al bloqueo prolongado del país ante el recrudecimiento de los casos de Covid-19.

“En el improbable caso que un pájaro entre en contacto directo con nuestro dron, tenemos múltiples capas de defensa integradas en nuestras operaciones para garantizar que podamos continuar volando de manera segura”, dijo el portavoz de la firma tecnológica.

El punto es que diversas especies de aves persisten en sus ataques a drones instintivamente, no sólo frustrando entregas como las de Google; incluso otras son entrenadas para brindar aspectos de seguridad ante la presencia de uno de estos aparatos voladores.

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Pájaros al ataque: Google pierde entregas y otros dicen ser ‘vigilados’

En Alemania, como revela el video a continuación, las aves son entrenadas por la policía para desarrollar su instintiva reacción y brindar seguridad en perímetros abiertos, donde la seguridad de una persona podría estar en peligro ante la aparición de un dron.

Después están los que abogan por la teoría que dice que muchos de estos pájaros no son reales, de acuerdo con el movimiento estadounidense Birds aren’t real (o Los pájaros no son reales), sino drones de vigilancia con aspecto aviar, que a veces atacan drones.

La organización indica que el gobierno de los Estados Unidos habría matado a unos 12,000 millones de aves y las reemplazó con drones que simulan ser pájaros y son usados para vigilar a las personas.

Si bien Birds aren’t real fue definido por la prensa de ese país como una sátira conspirativa, el activismo continúa.

Pero ante el hecho de que diversas especies ataquen a los drones, ya sea en entregas o en vuelos normales, aún no existe la tecnología que evite que un ave actúe ante un objeto volador de estas características.

En Australia, existe una especie de águilas llamada “de cola de cuña” que son la principal causa de caídas de drones, incluso los más sofisticados con fuselaje en kevlar, que fácilmente son perforados por las notables garras de esta ave de rapiña.

Pese a los esfuerzos por proteger los drones de ataques intempestivos, por ejemplo con sonidos disuasivos como en los aeropuertos o rociadores de gas pimienta en los propios aparatos, siguen sin hacer efecto, sobre las especies que solo actúan instintivamente en pos de su preservación.

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