Por Etienne Krieger*

Comienza el 2020 y al revisar su carrera profesional muchos profesionales sienten que deben emprender nuevas iniciativas cuando su vida no se ajusta a sus aspiraciones o si sienten que todavía tienen que dejar su huella en el mundo.

Pero no todos los profesionales hacen frente a este reto de la misma manera. Según la encuesta realizada a la red de ex alumnos de Executive Education de HEC París, el 44% de los estudiantes tiene como objetivo crear una empresa en los tres años siguientes a finalizar sus estudios. Pero si atendemos a los profesionales de mediana edad con carreras consolidadas, hay más elementos que influyen al decidir si lanzar un negocio propio como su hogar, su familia o una reputación profesional que mantener.

Por ello, antes de dar este gran salto, los profesionales tienen que analizar bien si están preparados para convertirse en fundador de una empresa emprendedora y revisar cuatro cuestiones clave:

  1. Oportunidad y riesgo. Todo emprendedor debe tener claro que asume un riesgo alto y que muchas veces emprender no es fácil. En este sentido, hay que preguntarse si estamos dispuestos a trabajar incansablemente y a vivir sometidos al alto estrés que genera. También, si podemos permitirnos, en caso de que fracasemos, perder el dinero invertido y cuan fácil sería encontrar otro trabajo.
  2. Habilidades: ¿Tienes lo que se necesita? Una buena idea o un espíritu entusiasta no son suficientes para asegurar el éxito. Antes de emprender hay que formarse con el fin de mejorar las habilidades empresariales y obtener más conocimientos que puedan aplicarse para crear una empresa de éxito.
  3. Construyendo tu negocio. En las primeras etapas de un negocio, una estructura sencilla y precisa que cree cohesión es esencial para que cada miembro del equipo conozca su papel específico y cómo beneficia al negocio. Cualquier emprendedor debe ser capaz de desarrollar esta estructura según las habilidades de sus empleados y la importancia de estas. Por ejemplo, el desarrollo de negocio es uno de los roles más valorados en la puesta en marcha, con lo que una estructura justa, debe asignarle más recursos.
  4. Obtener el apoyo necesario. Uno de los mayores retos de un nuevo negocio es ser capaz de unir a socios complementarios, pero diversos, que tengan perspectivas, valores y objetivos compatibles. Ningún emprendedor con éxito ha triunfado sin un socio comercial con el que compartir las tareas y la responsabilidad o con unos cuantos socios cualificados y fiables. La selección de socios diversos y compatibles es vital para crear un negocio innovador y con capacidad de crecimiento. Un futuro emprendedor tiene que plantearse si será capaz de trabajar con personas que tengan esta variedad de ideas y opiniones, y la confianza para desafiar las decisiones imprudentes que en ocasiones se tomen.
  5. Anticiparse. Todo buen emprendedor debe anticiparse a los problemas y planear cómo lidiar con ellos. Porque aunque una estructura empresarial fuerte, una fuerza laboral diversa y una variedad de socios capacitados y responsables pueden crear un negocio exitoso, no lo hace inmune a los problemas.

Si los directivos toman las decisiones correctas en los primeros pasos cruciales para construir su empresa, pueden crear un negocio de éxito. Y la buena noticia para los directivos maduros es que nunca ha habido un momento mejor para dar el salto a emprender.

  *El autor es profesor de Executive Education y director científico del Entrepreneurship Centre de HEC París.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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